Más de 70 jóvenes acamparon en el Balneario Municipal

El campamento comenzó el martes 3 a las 10 de la mañana y finalizó el miércoles 4 a las 17 horas, tiempo en el que realizaron diferentes actividades a cargo de los padres Pedro Fournau, sacerdote de Tres Arroyos y referente a nivel zonal del Movimiento Caminos; y Matías Burgui, sacerdote de Coronel Dorrego. También colaboró con los Padres Pedro y Matías, el seminarista pringlense, Nicolás Palazzolo.

“Gracias a Dios, esta es la segunda vez que podemos hacer en Pringles este campamento con chicos y chicas que hicieron la experiencia de Caminos”, nos comentó el P. Matías, quién además estuvo estrenando ministerio, ya que “gracias a Dios, el 17 de diciembre recibí, junto con Javier Di Benedetto, la Ordenación Sacerdotal, por lo que me siento muy feliz”.

Explicó que “por una cuestión geográfica, Pringles nos queda a todos cerca y a la misma distancia”, destacando que “siempre la ciudad nos va recibiendo como movimiento a nivel zonal, de la zona Este de la Diócesis. Estamos disfrutando mucho esto de poder compartir la fe con los caminantes, con los chicos que ya hicieron la experiencia del retiro de Caminos. Y sobre todo, reactualizar lo que se fue viviendo durante el año, y recibiendo también a los nuevos que se van integrando y compartiendo”.

“Esto es un movimiento que está trabajando a nivel zonal”, comentó el joven P. Matías, “todos los jóvenes que están aquí son de distintas parroquias y localidades. Cuesta un poco que durante el año nos veamos seguido. Este campamento nos permite, también, celebrar como comunidad caminante y poder compartir el vínculo que nos hace estar reunidos, que es Jesús. Es compartir la fe, ir reactivando ciertos temas, en cada campamento se van tratando temas distintos. Este año elegimos como lema “La Santidad en el día a día”.

Si bien todos “todos estamos llamados a vivir la santidad”, dijo que el llamado a los jóvenes es especial porque tienen un desafío, a lo mejor, un poco más grande que la persona adulta. Y este campamento es como una evangelización entre nosotros, donde vamos compartiendo cómo, cada uno, va viviendo la fe desde su día a día y desde su experiencia concreta de Jesús”.

Con su trato con los jóvenes, le permite tener una mirado diferente a la del resto de la gente, la cual ve a la juventud como perdida o por un mal camino. Sin embargo, el P. Matías, al igual que muchos, ve a la juventud, “fundamentalmente con una palabra: esperanza; y yo creo profundamente en esto. Yo me considero todavía joven, tengo 27 años, y gracias a Dios he podido trabajar mucho con jóvenes en este último tiempo; y lo que ellos me enseñan, lo que me hacen crecer, a uno lo llena de asombro. Ellos siempre tienen la palabra justa, a lo mejor no lo saben expresar; pero con su vida, con su testimonio te transmiten a Jesús de una manera tan viva, tan real, tan presente, que uno se llena de esperanza”, aseguró.

“Y lo vemos reflejado en esto. Acá tenemos más de 70 jóvenes de la zona que hicieron mucho esfuerzo por venir y uno descubre que no está todo perdido como lo dicen los medios o en otros ámbitos”.

Manifestó que “es cierto que hay situaciones que duelen, que son cruces, que hay que mejorar. Pero el gran camino es seguir a Jesús; y se puede ser joven y seguirlo a Jesús, se puede ser católico y seguirlo a Jesús, y se puede hablar de Dios sin hablar de Dios expresamente, sino con la vida. Lo más importante es esto: esperanza, esto no está perdido, al contrario es una lucha que tenemos que hacer todos juntos: adultos, jóvenes, personas mayores y niños para decir todos estamos apuntando para el mismo lado, estamos caminando juntos”.

Y concluyó que “si nos caemos, nos ayudamos a levantarnos, nos sostenemos, nos soportamos que no es aguantar sino ser soporte. Es poder decir ánimo, aquí estoy. Eso es lo lindo de la fe”.