Menores realizaron serios daños en el vivero municipal

Vándalos sin escrúpulos se introdujeron, -primero el sábado -  y en una segunda visita en la madrugada de ayer,  al Vivero Municipal “Las Achiras”,  ubicado en boulevard 40, entre 15 y 16, y destrozaron todo lo que estuvo a su alcance.

A veces, la droga, el alcohol y el aburrimiento, son un combo perfecto para cometer este tipo de desmanes, y la ignorancia los ayuda.

Esta gente, desconoce por ejemplo, que los árboles son fuente de innumerables beneficios para el hombre. Una diversidad de productos como alimento, forraje, madera, leña, medicinas, entre otros y una serie de beneficios, como la sombra, la protección de cultivos, la belleza de un paisaje, son sólo algunas de las bondades que brindan las diversas especies forestales.

No saben que la falta de árboles y espacios verdes en las ciudades privan al hombre de los beneficios de los árboles para mejorar su calidad de vida.

Desconocen que los viveros forestales, precisamente son el punto de partida de un cambio necesario para revertir la degradación de los recursos naturales y mejorar la calidad de vida de la población.

El vivero forestal es un lugar en el que se cultivan árboles hasta que estén listos para ser plantados.

No saben que en los viveros forestales, se controlan todas estas condiciones durante la delicada etapa que va desde la semilla a un plantín lo suficientemente “criado” como para crecer sano y fuerte cuando lo plantemos.

Los árboles que se plantan en la ciudad, y que se regalan a particulares y a instituciones, nacen en el Vivero Municipal, que está dedicado preferentemente a la producción de árboles y arbustos de especies nativas y algunas exóticas.

El hecho

Precisamente…. ese hermoso Vivero, que cuenta con un número importante de distintas especies, donde la producción es destinada a organismos municipales y obras que se realizan en los límites del partido pringlense, fue prácticamente destrozado.

Así lo relató Gabriel, la persona a cargo del lugar: “El sábado en horas de la tarde vine a regar y me encontré con la canilla abiertas, y al entrar al invernáculo, vi las bandejas para criar las plantas dadas vueltas,  las macetas y los cajones para hacer los almácigos tirados, destrozados como si lo hubiera agarrado a patadas. Un destrozo generalizado.  Eso fue la primera parte. Hicimos la denuncia y esta mañana (por ayer lunes), cuando ingresé a trabajar, me encontré con que habían entrado nuevamente”.

“En esta oportunidad, rompieron un termómetro de humedad ambiental, otro termómetro de máxima y mínima, y más bandejas con plantas tiradas y destrozadas. Había cajones con almácigos de Eucaliptus que los perdimos, había entre 300 o 400 plantas que lamentablemente se perdieron. Perdimos Fresno Americano… En total, como mínimo, hemos perdido, mínimo 500 plantas”.

 “Lo peor es que atacaron la producción de este año, o sea que es un año de trabajo, nos cuesta muchísimo, porque no podemos errar un riego, ni el tema de la sanidad, es un trabajo día a día”, señaló.

Contó que “estiman que los vándalos ingresaron por el portón ubicado detrás del Vivero, por calle 41. Esto que hicieron es todo maldad, no entraron para robar las platas, que además nosotros las regalamos, sino para hacer daño, porque no robaron nada, solamente se dedicaron a hacer destrozos. Estuvimos averiguando entre los vecinos y tenemos alguna pista, parece que son menores de edad. Cuando hicimos la denuncia, esto no lo sabíamos,  y fueron dos o tres pibes que los tenemos vistos”, reiteró con impotencia.

¿Qué más se puede agregar ? El escritor español José María Izquierdo decía lo siguiente:

“Si queréis apreciar el grado de cultura de un pueblo, visitad sus jardines. Y cuando los hayáis contemplado secos, polvorientos, sin aromas, en un triste abandono y en un completo olvido; sembrados de fragmentos de estatuas los paseos, y los árboles deshojados, quebrados, mutilados…”

“Cuando hayáis visto a los jóvenes (aun a los instruidos) romper los faroles y los alambrados y los herrajes de un típico balcón sobre el río, y a las jóvenes (aun las distinguidas) penetrar en los sembrados para saquearlos…”

“Cuando hayáis presenciado todo esto, bien podéis exclamar con el corazón angustiado: ¡este pueblo no tiene sentimientos, no tiene arte ni amor, carece de cultura, de educación… está todo perdido!”

“Cuando el último árbol se haya talado, el último pez consumido y el último arroyo envenenado, será demasiado tarde,  porque habremos asesinado a nuestro Planeta, y precisamente en ese instante,  nos daremos cuenta de que no podemos vivir de Dinero.