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CERVEZA ARTESANAL CARDIFF.

“Si no le ponemos onda, nadie va a invertir en Pringles”

Lo señaló Pablo Bastard, quien a casi dos meses de la puesta en marcha de su emprendimiento artesanal de cerveza, se muestra satisfecho por los resultados que va logrando,  como así molesto, por algunos inconvenientes surgidos por un subsidio municipal otorgado, y ha originado olas que sale a aplacar.

08/04/2017
“Si no le ponemos onda, nadie va a invertir en Pringles”

A principio de año, se inauguraba en nuestra ciudad un nuevo emprendimiento, traído de la mano del pringlense Pablo Bastard, quien conjuntamente con otro socio, se animaron a hacer realidad el sueño de la cerveza propia.

  El lugar elegido fue el antiguo local de calle Pellegrini y Rivadavia,  que perteneció a Eduardo Bastard, y precisamente fue el espacio donde su hijo Pablo eligió, para abrir el emprendimiento, bajo la razón social “Cumbre 3”.

 Allí Pablo, montó su fábrica artesanal, con los mejores equipos,  y comenzó con la elaboración de su producto que se conoce con el nombre de  Cerveza Artesanal Cardiff – Pilsen.

Trabajó duro para llegar hasta aquí. Realizó un curso que le permitió hacer muchas probaturas hasta dar con la composición adecuada de maltas, lúpulo y levadura, y es la que hoy se conoce como cerveza  Cardiff.

 A dos meses de haber iniciado el emprendimiento, EL ORDEN, entrevistó a Pablo Bastard, para conocer cómo se está desenvolviendo su empresa, el alcance y logros obtenidos, y por qué no… también de los sinsabores de los cuales nadie está exento.

En este sentido, sabemos que están los que se alegran que se abra en nuestra ciudad una nueva empresa, que da la posibilidad de dar trabajo,  y están los otros, los que critican y buscan razones para boicotear un emprendimiento.

 

-¿Cómo se está desenvolviendo la empresa hoy?

-Hace dos meses que arrancamos a full, pero  recién  hace un mes que empezamos a embotellar. Ya estamos vendiendo ya en la zona. Tenemos tres personas trabajando, en blanco como corresponde, con  la proyección de poner cinco o seis personas más de acuerdo a lo se vaya vendiendo. La idea es ir poniendo más gente. Para vender, embotellar o etiquetar, que lleva mucho trabajo manual.

 

-¿Qué comentarios has recibido de quienes probaron  la cerveza Cardiff?

-Por suerte está gustando, porque estamos vendiendo no solamente en Pringles, sino también en Bahía Blanca y por amigos también  en Buenos Aires. Pero lo más fuerte, está en Pringles que es lo que nos interesa.

 

-¿Cómo nació el proyecto que hoy es una realidad?

-Con este proyecto arranqué primero yo solo, con una indemnización de un trabajo que tenía. Después como la inversión se fue haciendo más grande, tuve que incorporar un socio más, que es Martín, el sudafricano como lo llaman algunos,  radicado en Argentina desde hace 35 años, y después pusimos una tercera persona 

 

-¿Cuánto invertiste en este emprendimiento?

- Invertí, más de un millón y medio de pesos, entre máquinas, arreglos que hubo que hacer en la fábrica, en mampostería, electricidad, pintura. Si bien hay muchas fábricas artesanales, son fábricas muy caseras que elaboran la cerveza en las ollas de aluminio de 20 litros, pero estas máquinas  son especiales, que brindan lo necesario para un excelente producto. Está muy bien puesta

 

-¿Qué producción están realizando actualmente?

 

-Ahora estamos haciendo entre cuatro y cinco mil litros mensuales y queremos llevarlo, a medida que se vaya vendiendo, a 20 mil litros mensuales, dentro de poco, si Dios ayuda. Y ahí es donde vamos a necesitar más gente.

 

-¿El municipio te ayudó con un subsidio?

-Sí,  en realidad es un subsidio- préstamo. Son 75 mil pesos que hay que devolver  en cuotas,  luego de los seis meses de gracia. No me los dieron, tengo que devolverlos.

 

- ¿Estás conforme con todo lo actuado hasta el momento?

 

-Sí estoy muy conforme. Aposté a este proyecto, porque soy de Pringles, mi familia es de Pringles y mis amigos también. Aquí está toda mi vida. Me fui a estudiar a La Plata, trabajé en Buenos Aires, pero soy de Pringles. Podíamos haber puesto el emprendimiento  en otro lugar, en La Plata mismo, pero con mi amigo elegimos Pringles, para generar algo nuevo para el pueblo y eso me da mucha satisfacción, porque ir a una confitería o a un bar y ver que estén tomando tu cerveza te alegra el alma.

 

-¿Cuál es el mayor negocio dentro de la producción?

 

-Son los barriles, pero estos no dan marca, por lo que hacemos botellitas o porrones, para que la marca se conozcan en todos lados y que lleve la marca de Pringles, para que el día de mañana se pueda decir Cardiff  Pringles. A eso apuntamos, esa es la idea.

 

- Cuándo te referís a tu socio Martín, agregas el ‘sudafricano’, ¿por alguna razón especial lo llamás así?

 

-Porque veo que se está haciendo mucho ruido con el africano. Es un gran amigo mío, que hace 35 años que se nacionalizó argentino, es una persona en quién confío, y apostó a este proyecto, más allá que fuera americano, africano, de la nacionalidad que sea. Trabaja en su empresa, la plata es bien habida y la puso en un proyecto como este en Pringles, que es bien habido. No sé cuál es el problema, porque tenemos todas las cosas legales como corresponde.

 

- ¿Me estás diciendo que han tenido problemas por cuestiones de nacionalidad o territorio? Si así nadie de afuera podría instalar empresas o emprendimientos y generar trabajo en ningún lado.

 

-Sí, cuestionan el subsidio de 75 mil pesos, cuando la inversión llevó más de un millón y medio de pesos. Elegimos mi ciudad, y acá estamos. Y te soy sincero, cuando tenga el dinero lo devuelvo íntegro. Es más, el tope del subsidio era de 150 mil pesos y  nos dieron 75 mil pesos porque recién arrancábamos. Si me hubieran dado 150 mil, no sé qué hubiera pasado, nos cuelgan en la plaza.

 

-Esto es un ejemplo de por qué la gente no quiere invertir en Pringles.

-Si no le ponemos un poco de buena onda a las cosas, no va a venir nadie. Si tenemos todo en regla, si estamos apostando a un proyecto que empezó bien y sigue bien, si estamos dando trabajo, si de a poco la cerveza se está conociendo y consumiendo, que aparezcan este tipo de cuestionamiento tildando a mi socio de sudafricano, y  porque no tiene domicilio en Pringles  nos parece una cosa de locos.

 

-Para tu tranquilidad, este no ha sido el primer caso, se ha dado en varias oportunidades, de gente que ha querido invertir en Pringles y finalmente lo han hecho en Coronel Suárez.

 

- Sí, recuerdo un caso,  hace varios años cuando la fábrica de Adidas se iba a instalar en Pringles, y por las exigencias que le pedían, siguió viaje y se instaló finalmente en Coronel Suárez, por las trabas  que le ponían en Pringles.  Está bien que a una fábrica no se le puede regalar todo porque el Municipio es chico, pero dale una mano para que arranque. Sino es imposible.

 

-Probamos la cerveza, y la verdad  tiene un sabor muy delicado, y rico, se nota que está elaborado con productos de calidad.

 

-Sí, lo bueno es que el emprendimiento está funcionando bien, a la gente le gustó mucho, y la están consumiendo, porque tiene un sabor excelente.  Además la cerveza está elaborada seriamente, con productos de Bélgica, de Alemania,  todo de primera. Queremos hacer un buen producto y que se venda como tal.

 

-¿De qué valores estamos hablando?

-La caja de 12 botellas, cuesta $300, y el botellón que se puede recargar,  $300 y la recarga $120, en tanto el porrón $25. La tenemos a ese precio para la gente la conozca, la tomen.

 

Lo positivo,  es que el emprendimiento artesanal de Cerveza Cardiff,  marcha bien, y este emprendimiento no se logró solamente con el subsidio rotatorio  que se debe devolver en cuotas,  sino que está dando trabajo a gente que necesita trabajar con la posibilidad de ir agregando más empleados. Eso es lo importante.

Es lamentable que un concejal como Schubmann, se haya expedido como lo hizo en la sesión inaugural del período legislativo el jueves pasado. No todo pasa por la política. Pasa en generar fuentes de trabajo, y hay que defender todas aquellas que se deseen abrir en nuestra ciudad. No importa si quien genere desarrollo, tenga domicilio en África, en  China, Japón o Bahía Blanca… más cuando se habla de subsidios que hay que devolver. Además, en nuestra ciudad hay varias  empresas radicadas, cuyos propietarios no son de Pringles. ¿Dónde está el problema?

 

 

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