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Equitación

No sólo es competir

Un deporte en el que trabajan muchas personas. Cómo se desarrollan los días previos a las competencias y cómo es el armado de cada uno de los viajes que realiza la Escuela de Equitación de nuestra ciudad

27/04/2017
No sólo es competir

Competir, disfrutar, obtener resultados, es solo el último de una serie de pasos que se deben seguir a la hora de afrontar los distintos torneos en los que participan los integrantes de la Escuela de Equitación de la Sociedad Rural de Coronel Pringles.

 Varias familias trabajan para este noble deporte en nuestra ciudad, y tanto para las fechas que se disputan en Pringles, Bahía Blanca o la zona, los preparativos para poder afrontar las competencias son muchos.

 Quien es el encargado de cuidar a los caballos día a día, y les da de comer, es Raúl Andrada, un excelso colaborador de la escuela.

 Los días previos a las competencias se realizan clases especiales, una especie de prueba piloto como entrenamiento específico para el concurso a afrontar, con las vallas puestas de determinada manera en la pista, simulando la competencia. Y ya el día anterior a la misma, nadie monta a los caballos, no es conveniente ya que pueden cansarlos.

 Cada propietario de caballo se ocupa de preparar el suyo, pero la escuela en este caso trabaja como un grupo, donde todos colaboran con todos.

 Para los viajes, la preparación de los animales es fundamental. En el caso de los baños dependen de la época, cuando el clima es bueno se bañan los caballos para que a la hora de viajar vayan frescos, limpios, y prolijos. Si hace frío, no se los moja tanto, pero sí se los emprolija.

 Se le coloca a cada uno su capa para protegerlos del frio, así como sus vendas y protectores de embarque, de manera de proteger patas y manos. También el colero, y unos “cestos” como bozales para evitar que se muerdan en el viaje.

 Lo más difícil antes de partir, es subir los caballos al camión de transporte, algunos lo hacen bien, pero otros se ponen muy nerviosos. Esta tarea únicamente puede demandar hasta incluso horas.

 Pero la preparación a la hora de afrontar competencias no es sólo el alistar los caballos, se sigue también un trabajo logístico en el que se comienza por buscar presupuestos para el transporte, al no poseer uno propio. Para ello hay personas que se encargan de averiguar precios, contratación, alojamientos del chofer y los caballos, ya sea para competencias de una jornada o dos.

 También hay que tener en cuenta el alojamiento para la gente que viaja, hay varias familias que se trasladan hacia las sedes de competencias.

 Todo, todo, lleva mucho tiempo, pero hay que armarse de paciencia y quienes participan lo hacen con mucho gusto.

 Depende del club en donde se realicen las pruebas, se transporta alimento o no para los animales,  como fardos o avena, así como recipientes para el agua. Para el traslado, se les arma una especie de cama a los caballos, un colchoncito de paja para amortiguar el viaje.

 Según la cantidad que viajen a competir, los caballos a veces entran todos en el chasis del camión, en otros casos es necesario un acoplado. Y cada caballo debe poseer su libreta sanitaria completa a la hora de viajar, con sus vacunas correspondientes.

 Todos esos pasos, son solo para salir desde Pringles hacia otro destino, una vez llegados al lugar de competencia se hace todo a la inversa, bajarlos del camión, quitarles protectores y colero, darles agua y dejarlos que descansen en los piquetes o corrales libres.

 Ya en lo que es la competencia en sí, se hace precalentar al caballo en la ante pista para que no entre frío a las pruebas, que comienzan con las alturas más bajas o –en el caso del paso obligado- con los palos sobre el piso.

 Una vez terminado el concurso, comienza la tarea de acondicionamiento, preparación y traslado de vuelta a la ciudad, nuevamente varias horas de trabajos para poder retornar.

 En la pista, más allá del resultado, los participantes disfrutan. Y por ejemplo en la última competencia en Río Colorado, debutaron tres integrantes de esta escuela, que tiene como profesor a Hugo Goizueta de Tres Arroyos.

 Disfrutar más allá de los resultados y trabajar en grupo, esos son los logros alcanzados por la Escuela de Equitación de la Sociedad Rural de Coronel Pringles. Como se ve, no sólo es competir…

 Agradecemos la excelente predisposición de Mónica Gardey, Paola Peredo, Alejandra Nazar, y todos aquellos que permitieron observar cada uno de los movimientos para hacerse una idea de lo arduo, y extenso de los trabajos preparatorios. Sin eso, describirlo hubiese sido más que complicado.

 RG

 

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