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JUAN VIOLI….

Nueve décadas de vida es algo  muy digno de celebración

En la atalaya de sus noventa años, cuando ya no caben en la cabeza preocupaciones inútiles, es fácil encontrarlo en las mañanas bien temprano retirando los diarios y revistas, abrir su tradicional librería de calle Dorrego, donde funciona desde hace 67 años,  atender a clientes y conversar las últimas novedades con amigos…

04/05/2017
Nueve décadas de vida es algo  muy digno de celebración

Juan Violi, ha arribado ayer 3 de mayo a sus noventa años de edad. Aunque la vida se va haciendo más y más breve,  se da cuenta lo rápido que ha pasado, con la sensación de haberla disfrutado de un suspiro, con el conocimiento que no hay vida más auténtica que la que se ha abordado con la alegría y el dolor.

 

Juan es consciente de ello y los malos momentos, que han sido muchos, no han perturbado sus ansias de ser feliz, y de hacer felices a los demás. Incluso en los días aciagos, sabe encontrar un comentario, un gesto que coloca la pena en su justo lugar, Y entonces percibimos que la sabiduría que da la edad, es más grande que cualquier otro sentimiento, como si la felicidad fuese la auténtica sustancia que lo alimenta, incluso en los días negros.

Para Juan, lo mejor siempre está por venir. Profundamente cristiano,  profundamente creyente,  con esa fuerza que solo las almas nobles, honestas saben transmitir.

 

Es consciente que estos pueden ser los años más gratificantes de su vida y los quiere aprovechar, junto a sus hijos, a sus nietos, a su esposa, sus amigos. Seguir al frente de su librería, levantarse temprano – no a las seis de la mañana por recomendación médica – pero sí a las 7, que es cuando comienza su diario trajinar, con su paso tranquilo, en su vehículo que maneja con prudencia, en verano e invierno, con calor o frío. Juan siempre hace su rutina, a veces sonriente y otras no tanto,  cuando siente algún malestar físico. Y es comprensible, y lo bueno es que se ha convertido sin querer, en una postal de las mañanas pringlenses.

 

La comunidad en general, ha pasado por su clásica Librería, ‘atendida por su propio dueño’,  desde hace 67 años.

Un dueño que ha reemplazado el descanso bien merecido, por el cansancio que produce seguir manejando su comercio como los mejores tiempos, con todas las alegrías y penas que ello conlleva. Pero a Juan a estas últimas las padece con valentía, con sacrificio, y sigue adelante, sin bajar los brazos.

 

Lo mejor siempre está por venir. Sabe que en lugar de simplemente envejecer y renunciar, eligió  seguir haciendo una gran  contribución a la vida.

Una lección que va para todos, para los que tengan 60, 70, 80 o 90 años, y es ser poseedor de  esa sabiduría,  y conocimiento que  lo hace moverse por la vida sin claudicar aún en los aciagos momentos.

Y como alguien dejó escrito alguna vez: ¡Da un paso adelante, utiliza tu voz, sal al mundo y vive!

Felices  90 años, Juan y  todo lo mejor por lo que está por venir junto a tu esposa, a tus hijos y tus nietos. 

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