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Testimonio desgarrador

"Decidí hablar porque ya no tengo más mi vida"

 Lo señaló con dolor Nadia Andrade. No ha tenido paz desde hace años. Esta joven de  22 años, desea terminar con un silencio atroz y decidió hablar de quien le robó la inocencia, desde cuando tenía 8 años. Su deseo es que su denuncia pública sirva a otras víctimas. Pide que no se callen y teme por su vida y la de su bebé.

11/05/2017
"Decidí hablar porque ya no tengo más mi vida"

El pesado secreto estaba dejando marcas en su cuerpo. No fue una cuestión de valentía, tomó la decisión para que la comunidad sepa lo que le sucedió.  A las demás víctimas de abuso les recomienda "que hablen, que no callen, que hablar es sanar. Que busquen ayuda  para estar contenidos".

Tiene miedo que la justicia  deje libre, a su progenitor ( así lo llama), por ella y por su bebé, y esas también fueron los detonantes para hacerlo público.

 Es un caso doloroso, muy delicado, y como tal, trataremos que sea la propia joven quien cuente lo que siente. Necesita de ese apoyo moral, no que la juzguen, sino que la contengan. Y tomó la decisión con valentía, porque siguió los comentarios en las redes sociales, donde todos pedían que se den los nombres. Y dio la razón, al señalar que la gente sabe que la peor condena que existe es la social.  

 En una entrevista con El Orden, Nadia Andrade, quien por propia decisión puso en su Facebook lo que había padecido y  habló del infierno que le tocó vivir junto a su padre a quien denunció por violación, dijo que necesitaba hablarlo. Es una sobreviviente de abuso sexual infantil por parte de su padre, empezó cuando tenía apenas 8 años

 Cuando le recordamos que la Justicia, no brinda el nombre del violador cuando lleva el mismo apellido, para cuidar a la víctima y su entorno, nos interrumpió al señalar: “A esta altura, no  me molesta para nada que se conozca el nombre y apellido. No es momento para resguardar el nombre a quién te estropeó la vida, a quien te quitó la niñez y la juventud. Quiero que se conozca con nombre y apellido, para que tenga la condena social. Ese es mi objetivo. No fueron dos años, ni tres, fueron muchos años. Ahora necesito un poco de paz,  de tranquilidad. Solo puedo decirles a todos los sobrevivientes que NO se callen, me costó mucho entenderlo, pero nosotros no tuvimos la culpa y la vergüenza la tiene que tener nuestro abusador, no nosotros”

 

“Y lo hago también para resguardarme. Ustedes no dieron el nombre para resguardarme a mí, pero quiero que sepan que mientras más me resguardan más desprotegida estoy. Mi familia no me apoya, sino que apoya a mi progenitor, y si a mí me hacen algo, o me matan, o a mi hijo, estaríamos totalmente desprotegidos, por eso que nunca se dieron a conocer los nombres”.

“Y eso es lo que estoy pidiendo hoy, y les agradezco esta oportunidad que me están brindando. Ahora debo cuidar no solo mi integridad física, sino la de mi pequeño bebé. Si me llega a pasar algo, a mí o a mi hijo, sabrán que fue mi progenitor”, señaló Nadia Andrade.

 

“También pido a la gente que no me juzguen, porque fueron años de calvario, sin saber qué hacer, a quién acudir, amenazada permanentemente. No quiero seguir ocultando una verdad  que ya está a la vista”.

“La prueba que hicieron del ADN,  a mi bebé, dio positivo, y no se puede mentir en algo tan delicado. Estuve todos esos años sola, sin apoyo, con miedo, y es hora que librarme de ese infierno”.

“La única forma que vi para expresarme, fue a través del Facebook y ahora por ustedes, a quienes agradezco. La gente tiene que saber quién fue la persona que me quitó los sueños de niña y de joven… fue mi propio padre, el que debía velar por mi seguridad, fue quien se convirtió en mi verdugo”-

 

“Sería importante que muchas chicas que estén pasando por todo lo que viví, que salgan a gritarlo, que lo digan públicamente a la sociedad, porque la peor condena, es la condena social, y para que no sigan sucediendo estas cosas”.

 

“Les autorizo a que publiquen  lo que estoy diciendo, hay terminar con estos hechos que siempre se tapan para proteger a la víctima. Y les reitero: No la están protegiendo, la están hundiendo, porque en caso que la justicia los deje en libertad, continúan actuando de la misma manera o peor aún. Y eso es lo que quiero evitar.

 

 Él está preso acá en un calabozo de Pringles, no está en una penitenciaria. Y si lo sueltan y me hace algo a mí o a mi hijo, ¿quién será el responsable? Porque nunca se va a conocer el caso, al no dar el nombre, y nunca se va a poder hacer justicia. Ahora me estoy defendiendo, por mi hijo y por mí”.

 

“Una vez, un político de acá, lo sacó de la cárcel pagando una fianza, ¿y si pasa lo mismo ahora?. Tenía que hacer algo, y lo estoy haciendo, porque al estar ‘quemado’ en todo Pringles, no se va a poder acercar ni a mí, ni a mi hijo. Por eso doy la cara”, concluyó Nadia Andrade, la joven abusada por su progenitor que busca que nunca más sucedan estos hechos, que al ser callados por la justicia o las mismas víctimas, se siguen cometiendo amparados por un anonimato que favorece siempre a los victimarios no a las víctimas.

 

Nuestra solidaridad para Nadia,  y nuestra esperanza para pueda superar todo este calvario por el que ha tenido que padecer...

 

 

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