La parroquia homenajeó a Zulema Tejerina y Pitina Gardey

El homenaje consistió en colocar a los salones de catequesis los nombres de Zulema Tejerina, Pitina Gardey y San Juan Pablo II, éste último como “el gran catequista que fue para nuestro tiempo y que dio un viraje muy importante en la catequesis después de San Pío XI que es el patrono de los catequistas”, señaló el P. Ernesto Mendiondo, agregando que “Juan Pablo II, iluminado de una forma especial en todos los aspectos que hacen a la pastoral de la Iglesia, ha mostrado y dejado caminos maravillosos como para que la Iglesia los siga desarrollando incluso después de su muerte. Y uno de esos caminos ha sido en la catequesis, su gran documento Catechesi tradendae”.

Luego de las palabras introductorias del acto y de la lectura bíblica del libro del Eclesiástico 44, 1-16, el P. Ernesto reflexionó que ese pasaje “resume cual es el sentido de este sencillo acto en el que tenemos en cuenta Zulema y a Pitina, y en ellas por supuesto, a todos aquellos catequistas que nos fueron precediendo con el mismo deseo de servir a la iglesia en una tarea tan sentida, hermosa y comprometida como es dar catequesis a niños, adolescentes, jóvenes y adultos. Por eso elegimos este día”.

Destacó también “la huella tan marcada que dejaron en nuestro camino con su ejemplo, con su sabiduría” por lo que “es bueno hacerles un homenaje, que si se lo hubiéramos hecho en vida Zulema y Pitina no lo hubieran aceptado, porque ellas, con su bajo perfil, siempre estuvieron para servir y no para servirse, ni de la fama, ni de la sabiduría, ni de lo todo que habían hecho al servicio de Dios”.

Luego el P. Ernesto procedió a bendecir las tres placas colocadas en las tres aulas de catequesis: Aula 1 Zulema Tejerina, que es la primera a la derecha; Aula 2 San Juan Pablo II, ubicada al final de los salones; y Aula 3 Pitina Gardey, frente al aula de Zule.

Palabras de los hijos de Zule y Pitina.

“Para mí es una emoción muy grande y un agradecimiento a la parroquia haberse acordado de mamá. Eternamente agradecida por esto”; fueron las palabras de María José Berdini. Por su parte, Mario Berdini expresó: “Estoy muy emocionado. Fue una linda ceremonia. Muy agradecido a las catequistas, al P. Ernesto y a la parroquia por este reconocimiento a mamá. Ella llevaba en su alma la catequesis que nos transmitió a todos porque tanto María como yo, ella fue nuestra catequista como de tantos chicos. Sus enseñanzas es algo que lo vamos a llevar de por vida”.

Alejandro Tejerina: “Esto es un orgullo. Ella vivió para esto. Un reconocimiento siempre es bueno y creo que se lo merece. Su vida fue eso, su objetivo era en la vida era cumplir con los demás. Y a la vista está por los muchos reconocimientos que ha tenido”.