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EL CASO SACUDIÓ A LA COMUNIDAD

En la Casa de los Chicos se perdió a una familia

Los niños aún no pueden reponerse del repentino fallecimiento de Paola y Daiana a causa de una bacteria.

09/09/2017
En la Casa de los Chicos se perdió a una familia

Paola me cuidó desde chiquito y Daiana ya me conocía; perderlas es algo que no se puede explicar. Lo lamenté y me puse mal. Pero más allá de la tristeza, a todos los chicos nos dejaron lindos recuerdos y sus consejos”.

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Una difícil situación se vivió en la Casa de los Chicos de Coronel Pringles esta semana, tras la pérdida de dos de sus cuidadoras, Paola Ullua y Daiana Vitale, quienes contrajeron una infección fulminante provocada por la bacteria meningococo.

El caso sacudió a la comunidad. El pánico se apoderó por unos días de empleados, niños, familiares y de la población, por el temor a un contagio masivo.

Las autoridades sanitarias, junto al intendente Carlos Berterret, explicaron lo sucedido y organizaron el tratamiento de profilaxis indicado, y hoy la situación casi ha vuelto a la normalidad. Salvo, por supuesto, en el hogar de niños, donde el dolor y la angustia aún no se superan.

“Fue una situación difícil y traumática”, confió la secretaria de Desarrollo Social, Silvia Cherubini, a casi una semana de las trágicas pérdidas.

“Cuando llegó la noticia del fallecimiento de Paola, había que buscar la forma de decírselos a los niños. Nos tuvimos que sentar a explicarles a los más grandes, porque son quienes tienen teléfonos y redes sociales”, agregó.

“El sábado a la tarde (tras el fallecimiento de Paola) lloraron mucho pero, de una forma u otra, había que explicarles”, agregó Estefanía Yáñez, compañera de trabajo de ambas en el último año.

A la pérdida de Paola se le sumó horas después la de Daiana. “Yo estaba con su cuñada (Luz), quien también es compañera nuestra. Me dijo que había mejorado, pero a los cinco minutos se agravó y falleció. Me cayó como un balde de agua fría”, recordó.

Las dos muertes llevaron pánico a la comunidad pringlense en general. Muchos empleados de la Casa de los Chicos no se presentaron a trabajar en los días subsiguientes, y las familias decidieron no enviar a sus hijos a clases, o al jardín, por temor a contraer el virus.

“En el caso de los niños, el lunes (por el último 4) no se los llevó a la escuela para su protección. Era un día difícil por la pérdida de dos cuidadoras; había mucha tristeza y estaban vulnerables”, señaló Cherubini.

“Los nenes fueron cuidados todo el tiempo con muchas personas que hicieron reemplazos y colaboraron. Hubo gente que se ofreció a cualquier cosa que necesitemos”, dijo Cherubini.

Yáñez no sólo compartió momentos laborales con Paola y Daiana, ya que se conocían de antes, aunque con Paola se dio una situación muy particular: ambas habían perdido un hermano.

“Con Paola compartimos que nos falleció un hermano en poco plazo. Ella perdió a dos de sus hermanos; yo a uno que tenía 18 años. En su momento fui fuerte para superarlo, y en esta ocasión lo asimilé y traté de dar contención a Luz, quien trabajaba conmigo. Hoy, el objetivo es ayudar a los chicos; para ellos nosotros somos la madre, la familia, o lo que sea”, sostuvo Yáñez.

Estefanía fue una de las empleadas que, más allá de lo sucedido, no dejó de ir al trabajo.

“Sé que las primeras semanas son las peores, pero hay que ponerle el pecho a las balas y mirar para adelante. Cuando Luz se ve caída, me llama y le levanto un poco el ánimo”, contó.

“Se hizo el tratamiento de profilaxis dentro de las 24 horas y con la medicación adecuada”, dijo la doctora Mariana Agulla.

“Los niños no fueron a la escuela ese lunes porque necesitaban contención especial. Fallecieron dos cuidadoras, para ellos es su familia, estaban en duelo y en una situación de mucha vulnerabilidad”, agregó.

“Se decidió resguardarlos para contención. Son niños que estaban muy vinculados emocionalmente a las chicas”, aseguró.

FUENNTE : LA NUEVA 

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