Diáconos permanentes realizaron retiro en Pringles

Desde hace unos años en nuestra ciudad, movimientos y grupos de la Parroquia Santa Rosa de Lima viene realizando retiros espirituales dirigidos a jóvenes o adultos. En esta oportunidad, la actividad tuvo como centro a los diáconos permanentes de la diócesis bahiense (a la que pertenece Pringles) y sus esposas.
Cabe aclarar que el diácono permanente es una persona casada al servicio de la Iglesia facultado para administrar el bautismo, conservar y distribuir la Eucaristía, en nombre de la Iglesia asistir y bendecir el matrimonio, leer la Sagrada Escritura a los fieles, instruir y exhortar al pueblo de Dios, administrar los sacramentales como pueden ser el agua bendita, la bendición de casas, imágenes y objetos; por solo citar algunas actividades que la Iglesia otorga al diácono.
El diácono no es simplemente una persona de ayuda al párroco o al sacerdote. Comporta todo un servicio al pueblo de Dios. De ahí la preparación espiritual, humana, teológica y filosófica que deba tener previo al ejercicio de su ministerio.
El Orden conversó con José Nievas, quien ejerce actualmente el ministerio de diácono, en dos comunidades de la Pquia. San Pablo de Punta Alta, acompañando a su sacerdote.

"El significado de la palabra diácono es "servidor". Nosotros somos personas que por muchos años servimos, por lo general, como catequistas, en Cáritas o en distintos apostolados dentro de la Iglesia. Y en un momento descubrimos que, de alguna manera, queremos ofrecer nuestras vidas al servicio de la Iglesia", nos explicó José.
"El primer paso para ser diácono es consultar con nuestro párroco -continuó-; él es quien nos va orientando, y ve si realmente esta vocación que uno cree sentir es una vocacional diaconal. El sacerdote nos acompaña y va descubriendo, a través de la oración, nuestra vocación, asignándonos alguna tarea especial previo a ir a la Escuela de Ministerios, que es donde nos formamos los diáconos, para ver si realmente tenemos esta vocación que decimos tener".
José está casado con Claudia hace 30 años. Son padres de siete hijos; "uno está casado y su señora está embarazada por lo que pronto seremos abuelos. Además, José y Claudia son los padres de Zacarías Nievas, "el seminarista que, gracias a Dios, este año le asignaron hacer un trabajo muy lindo que es hacer su primera tarea pastoral en esta comunidad acompañándolo y dejándose guiar por el P. Pedro".

Consultado como siente servir a Dios a través del diaconado siendo esposo, padre de familia, teniendo un trabajo u obligaciones como muchos de nosotros, señaló que "es una pregunta interesante y muy linda porque nosotros somos así: padres de familia, vivimos en nuestras casas. Si bien cuando recibimos el Sacramento del Orden dejamos de ser laicos y pasamos a ser clérigos, somos clérigos casados y por lo general los casados tenemos un trabajo".
Contó que es docente y actualmente trabaja en un colegio secundario como secretario; "junto al sueldo de mi señora, que también es docente, hace que podamos mantener nuestra casa", aseguró, destacando que "toda la tarea como diácono uno la ofrece también como cualquier laico, como el apostolado que uno lo hace gratuitamente: servir a la Iglesia, a los hermanos, principalmente los diáconos, como los primeros diáconos que narran los hechos de los Apóstoles, a servir a los pobres, a las viudas, a servir al necesitado".
Sobre el retiro, señaló que "hace unos años que los diáconos tenemos la gracia de hacer un retiro espiritual anual en el mes de febrero y este año nos tocó hacerlo en Pringles. Estamos muy contentos porque nos recibió una comunidad que nos hizo sentir, realmente, como si toda la vida hubiese tenido diáconos, nos hicieron sentir el cariño de toda una comunidad cristiana y que se manifestó de múltiples maneras".
En cuanto al retiro, dijo que "fue predicado por nuestro Arzobispo Fray Carlos, y como sabemos de su profundidad, su calidez y su cercanía, lo transmite en la prédica. Para todos los diáconos fue muy fructífero y estamos muy contentos y de alguna manera esto nos anima a hacer todo un año pastoral en nuestras casas, en nuestros trabajos y en nuestras comunidades".
José Nievas cerró la nota agradeciendo "en nombre de todos los diáconos de la arquidiócesis, a la comunidad pringlense donde pudimos palpar las caricias del Pueblo de Dios que realmente cuida mucho a sus pastores, que los ama, que reza por ellos. Mucha gente nos decía que reza permanentemente por los sacerdotes y que ahora también rezará por los diáconos. Un agradecimiento enorme a toda la comunidad, especialmente en la persona del P. Pedro que nos facilitó todas las cosas para que pudiéramos compartir este retiro", concluyó.