La Parroquia organiza una "Marcha por la Vida"

Será el próximo 8 de julio, se saldrá desde la Ermita Virgen del Camino, hasta la Parroquia Santa Rosa de Lima, donde se oficiará la Misa. Asistirá a la celebración María Agustina Buide, hija de Cecilia Perrín, quien falleció en 1985, y está en camino de ser declarada santa por la Iglesia, al optar por no recibir tratamientos para el cáncer que le habían detectado que pudiera afectar al bebé que estaba gestando.

El próximo domingo 8 de julio tendrá desarrollo en nuestra ciudad una Marcha por la Vida, solicitada por la Arquidiócesis de Bahía Blanca, en virtud que el citado dia, se celebrará en Luján una misa bajo el lema 'Madre de Luján a tus pies renovamos la esperanza de que vale toda vida', ante el tratamiento que dará próximamente el Senado sobre la despenalización del aborto. Por tal motivo, el Padre Pedro Fournau, invitó a la comunidad a la marcha en adhesión a la cruzada.

Por ello, el domingo 8 de julio, a las 15 horas, se saldrá desde la Ermita de la Virgen del Buen Camino, ubicada en el acceso a nuestra ciudad, donde se dará inicio a la marcha donde pueden asistir con los medios que prefieran, ya sea caminando, en bicicleta, auto o moto.
"Será una marcha comunitaria, alegre, con animación que culminará en la Parroquia Santa Rosa de Lima ", dijo el Padre Pedro.
Al llegar al Templo, se oficiará la Santa Misa, a las 16 horas.

Cabe acotar, que esta será la UNICA misa que se celebrará el domingo, para que se convierta en un signo comunitario concurrido y visible. Es decir que se suspenden los oficios de las 9 horas en Capilla María Auxiliadora y el de las 11 horas, en el Templo parroquial.

También el sábado habrá una sola misa, que será celebrada a las 17 horas en Capilla Virgen de Fátima, y se suspende el oficio de las 19 horas en la Parroquia, por el mismo motivo: "Para que la marcha sea convocante", apuntó el Padre Pedro.
Al término de la celebración se compartirá una merienda en el salón parroquial de calle Colón y Pellegrini.
Para esta Marcha por la Vida, vendrá a nuestra ciudad María Agustina Buide, hija de Cecilia Perrín, quien está en camino de ser declarada santa por la Iglesia.
A los 28 años, Cecilia, frente al diagnóstico de cáncer optó por no recibir tratamientos que pudiera afectar al bebé que estaba gestando y falleció en el año 1985, a los pocos meses de dar a luz su hija Agustina, quien precisamente estará participando de esta Marcha por la Vida en nuestra ciudad.

Quien fue Cecilia Perrín
María Cecilia Perrín de Buide era una joven madre de familia argentina que murió el 1 de marzo de 1985 a los 28 años al rechazar practicarse un aborto para poder así salvar la vida de su hija María Agustina.
María Cecilia Perrín nació en Punta Alta, el 22 de febrero de 1957. Hija de Angelita y Manolo Perrín, fue la tercera de cinco hermanos en el seno de una familia de profundas raíces cristianas.
El 20 de mayo de 1983, tras dos años de noviazgo, Cecilia contrajo matrimonio con Luis Buide.

Estando embarazada le detectaron un cáncer irreversible. Los médicos consideraron la posibilidad de realizarle un aborto "terapéutico" para poder salvar su vida, pero ella se negó rotundamente por su férrea convicción cristiana, sabiendo que esto haría imposible su supervivencia.

Cecilia falleció ocho meses después, ya que su enfermedad había avanzado mucho y ya no había modo de curarla.
Sus restos mortales descansan en el cementerio de la Mariápolis Lía, en la localidad de O´Higgins, provincia de Buenos Aires, donde es visitada por cientos de personas y madres gestantes.

El 10 de noviembre de 2005 la Santa Sede declaró a Perrín de Buide Sierva de Dios, dando así el consentimiento para que se inicie su causa de beatificación y canonización. Su proceso de beatificación se inició en febrero de 2007.

Su fama de santidad, su heroicidad en la entrega, su ejemplo de vida cristiana y muchas gracias que fueron escuchadas y concedidas, han hecho que se inicie su causa de canonización.

Luego del nacimiento de Agustina le hicieron una intervención, pero el mal estaba tan avanzado, que los médicos no pudieron hacer lo que tenían pensado.
Quienes vieron a Cecilia luego de ese momento, se asombraron porque a pesar de que esta operación había resultado un fracaso y ella lo sabía, estaba feliz, con mucha paz.