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AVENIDA HOTEL

Un emblema cerró sus puertas tras 63 años de historia

23/08/2018
Un emblema cerró sus puertas tras 63 años de historia

El ícono Avenida Hotel, de la familia Gutiérrez, cerró las hermosas puertas del más bello y tradicional hotel de Coronel Pringles, dejando atrapados entre sus muros lámparas, tapices, episodios de más de seis décadas.

 

 

Como adelantara El Orden en su página web el martes último, el Hotel Avenida, enclavado en plena Avenida 25 de Mayo, cerró sus puertas.

Así en silencio, este ícono pringlense puso una pausa, creemos que sería la mejor expresión.

 Es un emblema que nació hace 63 años, de la mano de don Julio Gutiérrez, un batallador que llegó a Coronel Pringles, en víspera de Año Nuevo, el 31 de diciembre de 1954, para hacerse cargo del Avenida Hotel el 1º de Enero de 1955.

 Vale recordar su historia, muchas veces contadas desde nuestras columnas, primero por don Julio, después por su esposa René, y luego por sus descendientes, principalmente Néstor, aunque no es muy adicto a los reportajes, pero un buen amigo.

 Así fue, que en dicha fecha, procedente de Rio Colorado (Río Negro), arribó a nuestra ciudad, con el único caudal de optimismo y férrea voluntad que lo animó siempre y que le sirvieron para crearse una situación de independencia y encarar con tranquilidad la dificultosa lucha por la vida, cimentando así el bienestar que finalmente logró.

 Así, cediendo a las exigencias progresistas que lo animó y en consonancia con la buena marcha del negocio, refaccionó su hotel, convirtiéndolo, arquitectónicamente, en un majestuoso edificio, dotado en su interior de las más amplias comodidades requeridas para la importancia conquistada por la Casa. Sus hermosas habitaciones, totalmente alfombradas, con baño privado, teléfono, música funcional, aire acondicionado, radio, televisión. Además brindaba un servicio de restaurante a la carta excelente.

El salón comedor fue decorado sobriamente y con lujo de detalles. Sus grandes ventanales, dejaban ver la hermosa Avenida 25 de Mayo, confiriendo al edificio una apariencia romántica.

 Para completar esta grandiosa labor años después se inauguró una moderna confitería en el anexo del Hotel, sobre calle Dorrego y sobe los altos del edificio, contó con canchas de bowling.

En nuestra ciudad, formó su hogar con la señora Renee Arias, en el año 1956, naciendo de esta unión, sus tres hijos: Néstor, Silvia y Graciela.

 Al fallecimiento de don Julio, su esposa Renee se hizo cargo del hotel, acompañada de sus hijos, principalmente de Néstor, quien continuó modernizándolo, conservando siempre la fachada, tan clásica con el frente cubierto de banderas de distintos países, que era la admiración de todos.

 La noticia nos llenó de tristeza, sin palabras, el mismo sentimiento que sentimos cuando perdemos un ser querido, y precisamente, a través de los años, el Hotel Avenida, o Avenida Hotel, como lo bautizó Don Julio Gutiérrez, se convirtió en un estimado amigo, donde se podía tomar un café, una bebida con amigos, almorzar o cenar en un salón siempre colmado…

 No vamos a decir, que el Avenida Hotel cerró sus puertas… vamos a decir simplemente que la familia Gutiérrez, hizo una pausa por un tiempo indeterminado, por ese sentido de pertenencia que nos dio orgullo y nos conmueve.

 Por ese motivo transcribimos textualmente la entrevista que EL ORDEN, le realizara el 7 de marzo del año 2013, a la señora Reneé Arias , en su columna Perfil.

 

Una mujer emprendedora

 En el Día Internacional de la Mujer, entrevistamos a una mujer que ha realizado su sueño y logró tener una vida completamente realizada. Emprendedora, luchadora y muy meticulosa, así es Raneé Arias, propietaria del Hotel Avenida.

 El calendario nos marca fechas especiales, fechas en las cuales nos detenemos por un momento en esta vorágine que es la vida moderna, para centrar nuestra mirada en aquellas personas que, en definitiva, despiertan nuestra admiración.

 

 

Hoy es el Día Internacional de la Mujer. La Mujer (así con mayúsculas) es sinónimo de vida y de hogar. Pero también hay mujeres que saltan la barrera de los prejuicios y van más allá. Este es el caso de Reneé Arias, originaria de Rio Colorado al igual que su esposo Julio Gutiérrez fallecido en 1997, quién nos cuenta que “yo soy un poco de todo, ama de casa primero, porque siempre me dediqué a criar a mis hijos” y “a llevar a mi hogar adelante y también al negocio, ayudando a mi marido”.

“Siempre estuve en el negocio junto a mi marido, desde que llegué a Pringles, hace 57 años y Pringles para mí es esto, y es mi lugar en el mundo, aunque ya quiero irme para poder pasear un poco”, confió.

 Reneé quedó viuda hace 16 años, tiene 3 hijos, - Néstor, Silvia y Graciela- de los cuales Néstor es quien comparte con ella la responsabilidad de ”llevar adelante el negocio -como ella misma lo nombra al hotel- ya que yo de a poco me estoy alejando” aunque reconoce que “me cuesta un poco alejarme definitivamente”, destacó.

 “Al Hotel -relata Reneé- lo construimos nosotros y esto era muy viejito, todo era planta baja, pero para empezar nos sirvió. Primero vino mi marido y cuando nos casamos en el año 1956, vine yo y luego poco a poco lo fuimos remodelando, tirando paredes, hasta llegar a lo que es hoy en día”.

 Para Raneé “esto es mi sueño realizado, porque nos casamos con estas miras, ya que mi esposo de soltero, se vino para Pringles con un socio que luego por cosas de la vida se separaron y hoy es el dueño del Hotel Pringles”, recordó.

 Comparando el paso de los años, Renee señala que “ha habido muchos cambios de la mano de la modernización, empezando por la tecnología que hay ahora que antes no había” y esto “facilitó el trabajo, aunque antes con menos personal se hacía mucho más, porque hoy la gente trabaja lo justo, ni más ni menos”, sintetizó.

 Consultada con respecto a su hijo Néstor sobre la administración del hotel, Reneé señaló que “va quedando en manos de mi hijo, que está muy preparado para esto, ya que nació aquí , además de haber realizados cursos” y que “lo más importante es que intercambiamos puntos de vista, con respecto al hotel”, sintetizó orgullosa del apoyo que tiene en Néstor.

 En cuanto a sus prioridades hoy en día, indicó: “poder alejarme definitivamente de aquí, que mi hijo quede a cargo y yo poder disfrutar de mi hermosa familia, y no sé si me siento orgullosa, pero si hecha y realizada en mi vida, al haber tenido tres hijos maravillosos, y es muy lindo llegar a este punto de la vida y hacer lo que a uno le gusta y a mí me apasiona esto más la gastronomía”.

 Con respecto a sus hijas Silvia y Graciela, nos cuenta que “mis hijas están muy lejos, pero con la tecnología de hoy en día, con solo encender la computadora o utilizar el teléfono las distancias se acortan”.

 Para finalizar Raneé señala que “a todas esas mujeres que tienen proyectos y por ahí no se animan a llevarlos adelante que se animen, antes nosotros nos teníamos que animar si o si, porque queríamos progresar y no teníamos la ayuda de nuestros padres, entonces hubo que lucharla, y haciéndonos nuestro propio camino en la vida”, aconsejó con sonrisa.

 

ANÉCDOTA

Reneé nos contó que “hay una anécdota que siempre recuerdo, y es que una vez mi esposo junto con su socio alquilaron un hotel en Mar del Plata y estuvo yéndose como 9 o 10 años durante el verano, y yo me quedaba sola acá a cargo de todo”

“Un año de esos, fue cuando remodelamos todo lo viejo que había acá y mientras se demolía todo adentro, nos teníamos que cruzar a la vereda de enfrente por el polvo que había ,y mi marido cuando me llamaba y escuchaba los ruidos, me decía que le estaba tirando el hotel abajo, grande fue su sorpresa cuando llegó y vio el gran baldío que había quedado”, detalla sonriente Reneé, con una tranquilidad que refleja el tener una vida realizada, pero con toda la fortaleza de una mujer que supo trazarse su propio camino en la vida, primero junto a su esposo don Julio Gutiérrez, y a su fallecimiento, junto a sus hijos mostrando su temple, y el empuje que la animó siempre.

Hoy su hijo Néstor se encuentra al frente de la empresa, manteniendo firme el timón que una vez, hace muchos años, un 31 de diciembre de 1954, un joven proveniente de Rio Colorado, impulsó con optimismo y voluntad, lo que es hoy el Avenida Hotel, un símbolo en Coronel Pringles. (Archivo El Orden).

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