martes 23 de abril de 2024
Cielo claro 9.4ºc | Pringles

A SU MEMORIA…

 Hace 22 años asesinaban a José Luis Cabezas

25/01/2019
 Hace 22 años asesinaban a José Luis Cabezas

Su crimen fue un atentado directo a la libertad de información. Hoy, ninguno de sus asesinos está preso. Qué pasó el 25 de enero de 1997 y la historia detrás de la foto que le costó la vida. 

 

 

Veintidós  largos años pasaron desde aquella infausta madrugada en la que un grupo mafioso le arrebató la vida a un trabajador de prensa de 35 años, padre de tres niños —Juan, Agustina y Candela—, hijo de José y Norma (un matrimonio de origen italiano), hermano compinche de Gladys, amigo risueño y destacado reportero gráfico que supo ver a través de su lente más allá de lo que muchos veían con sus ojos. José Luis Cabezas fue secuestrado, golpeado, esposado con las manos en la espalda y obligado a arrodillarse ante los cobardes que estaban enfrente. En esa posición le dispararon, dos proyectiles entraron en su cabeza. Luego colocaron su cuerpo en el interior del auto que antes manejaba y lo incendiaron con él adentro. El lugar elegido por la banda comandada por uno de los hombres más poderosos de los 90 fue una cava en General Madariaga, hecha 15 días antes. Su crimen puso de pie a todo el país y otras 70 naciones se solidarizaron para pedir justicia. Por primera vez en democracia se atentaba de tal manera contra un periodista, que cometió el grave “pecado” de fotografiar a Alfredo Yabrán.

 

 

La historia

Vale repasar la historia. El 23 de agosto de 1995, el entonces ministro de Economía, Domingo Felipe Cavallo, denunció ante la Cámara de Diputados negociados en el Correo y apuntó a una mafia que tenía respaldo del poder político.  La exposición de Cavallo, junto a su gabinete completo, duró al menos seis horas. Ante ellos cuestionó tajante: “¿Quién es el señor Yabrán? ¡Nadie lo conoce! ¡Pero él sí va a conocer todas las pruebas que tenemos!”. Debajo del puño enardecido que sacudía de un lado a otro había un sinfín de hojas y expedientes que daban letra a esas acusaciones.

 

Al día siguiente todos los diarios titularon en primera plana: “Cavallo denunció una mafia enquistada en el poder”.

Meses después el economista fue separado del cargo, pero había logrado su cometido: el nombre de Alfredo Yabrán comenzó a estar hasta en las charlas de café. Todo el país se preguntaba por el enigmático empresario acusado de tener vínculos carnales con el presidente riojano Carlos Menem.

  En 1997 no era fácil acceder a los datos de una persona (Google no existía, las primeras webs cobraban vida, los celulares con cámaras eran impensados). Fue así como la revista Noticias pidió una entrevista con el dueño de las múltiples firmas. Aceptó con la salvedad de que no hubiera fotos porque ni los servicios de inteligencia conocían su cara. Se rumoreó que dijo: “Sacarme una foto a mí es como darme un tiro en la frente”.

 Cuando las sospechas del crimen de José Luis Cabezas cayeron en su contra, Alfredo Yabrán se presentó en Casa de Gobierno y, foto del reportero gráfico en mano, negó todo vínculo con el hecho. En mayo de 1998, antes de ser arrestado por ese caso, se pegó un tiro en la boca.

 

La foto que le costó la vida a Cabezas

   El 16 de febrero de 1996 el reportero gráfico José Luis Cabezas logró fotografiarlo mientras caminaba por una de las playas de Pinamar. Junto a su amigo Michi tenían estudiados los movimientos de Yabrán, quien también tenía vigilados los de ellos. El 3 de marzo, la imagen fue tapa de la revista. El valor periodístico de la foto es altísimo desde donde se la mire, pero nadie jamás imaginó que por ella se pagaría un precio tan alto. Nadie pensó que la ira del magnate llegaría tan lejos y que decidiría poner fin a la vida del fotógrafo.

Lo hizo. Su hombre de confianza y custodio personal, Gregorio Ríos (ex militar), recibió órdenes que trasladó a Gustavo Prellezo, al servicio de la Policía Bonaerense. Él se contactó con la banda de Los Hornos (conocidos como “los horneros”) y ejecutaron el “encargo”.

El entrecruzamiento de llamadas de los sindicados determinó, más tarde, que hasta ese 25 de enero Ríos y el ex comisario se hablaron frecuentemente y la comunicación cesó tras el crimen. Los secuaces de la mafia seguían cada uno de sus pasos con ayuda de la policía local, que había liberado la zona para que los delincuentes actuaran con libertad. Desde noviembre de 1996, el policía incriminado comenzó a delinear el asesinato del fotógrafo.

 

 

   Esta fue la última imagen con vida del fotógrafo retirándose de la casa de Andreani, en la madrugada del 25 de enero de 1997-

Lo que siguió fue el secuestro de José Luis. Salía de la fiesta de cumpleaños de Oscar Andreani, lo esperaron, lo golpearon y lo llevaron a la cava de Madariaga en el mismo auto alquilado por la editorial para que se movilizara mientras cubría la temporada.

La investigación del caso fue buena, las primeras condenas parecían ejemplares, pero los años convirtieron al martillo de la justicia en una corneta de agua. En diferentes tiempos y con distintas excusas, cada uno de los sentenciados por el crimen de Cabezas quedó en libertad por bajas de la pena en Casación, por buena conducta en el penal y porque la cárcel era muy húmeda. El último en ser liberado fue Gustavo Prellezo, el hombre que sin un mínimo temblor en sus manos le disparó en la cabeza a sangre fría. Lo demostró en la reconstrucción del hecho, y no le importó.

 

YABRÁN

Alfredo Yabrán , tenía 47 años.  Había pasado de vender helados con un  carrito fabricado por él en Larroque, a ser un hombre exitoso.

Protegido por funcionarios y políticos de todos los colores,  el violento magnate pudo cobijarse en las sombras para multiplicar sus negocios mafiosos… hasta que lo descubrió NOTICIAS. Ya destapado y señalado por la ejecución de Cabezas –quien cometió el “pecado” de fotografiarlo-, Alfredo Yabrán tuvo que irse a la Casa Rosada a plena luz del día, en un gesto desesperado por blanquearse y buscar la complicidad explícita del menemismo, aquel  poder de turno. Ya era tarde: todos los medios y la opinión pública se habían lanzado a cuestionarlo. Lamentablemente, también era tarde para Cabezas.

Cuando se dictaminó una orden de arresto contra Yabrán, éste pasó a la clandestinidad. Cinco días después, el 20 de mayo de 1998, Alfredo Yabrán se suicidó disparándose con una escopeta en la boca, que le desfiguró el rostro y  hacía al cadáver irreconocible.

Este viernes, 25, a las 10.00 en la Cava del Paraje Manantiales de General Madariaga, lugar del crimen, ubicado en Ruta 11 km 385, a  22 años del asesinato de José Luis Cabezas, será recordado en Pinamar. Y a las 12.00 en el monolito que lleva su nombre en Avenida Bunge 2100, Pinamar, frente a la terminal de micros.

  

     A 22 años del hecho más despiadado con los que se enfrentó el periodismo argentino, no nos olvidemos de José Luis Cabezas, porque sus asesinos están en libertad y siguen siendo peligrosos para todos.

Te puede interesar
Ultimas noticias