Tras una ley para la patrulla rural

Institucionalizarla es el objetivo de Carbap. La entidad dialoga con los sectores políticos para que no esté a merced del deseo de un futuro Ejecutivo que la pueda borrar de un plumazo.

La vida en el sector rural de la provincia de Buenos Aires cambió de manera radical desde los tiempos del Martín Fierro. No sólo en cuanto a la geografía y la población, sino también en lo referido a su seguridad.

Sin embargo, algunas características se mantienen invariables con el paso del tiempo. "Acá, el vecino más cerca está muy lejos, y ni siquiera podés comunicarte por celular, porque en ocasiones no hay señal", asegura Matías de Velazco, presidente de la combativa Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap).

Esta situación puntual, con buena parte del territorio bonaerense conformando el tejido rural, es tierra fértil para el delito, diferente del que se registra en zonas urbanas. Allí, tierra adentro, la seguridad está en manos de la denominada Patrulla Rural, un cuerpo creado en tiempos del exgobernador Daniel Scioli, aunque se realizó a través de una disposición del Ejecutivo, con un Superintendente en la conducción (hoy, a cargo del comisario Jorge Luis León).

Desde la organización de productores han comenzado a moverse para lograr que las patrullas se creen por ley, lo que les daría autonomía presupuestaria y un marco de estabilidad. "Así como están ahora, un día, la Gobernadora o el Gobernador que asuman se levanta y disuelve el cuerpo", indican. Para cortar camino, la cúpula de Carbap ha tomado contacto con legisladores de varios sectores. Piden reflotar -con modificaciones, si es necesario- un proyecto del exdiputado provincial Orlando Yans (exmassista y primer legislador puramente del PRO en la Legislatura), presentado en 2017, que busca crear una Superintendencia General de Seguridad Rural.

La situación de los móviles policiales en la actualidad es preocupante, con vehículos en malas condiciones o sin fondos suficientes para combustible que les permita patrullar en extensiones considerables, según afirman desde el sector ruralista. Esto hace que, además, municipios y hasta las propias organizaciones deban colaborar, en ocasiones, para su sostenimiento. "Incluso, muchas funcionan en dependencias de las sociedades rurales", explican.

La iniciativa podría, además, crear la carrera específica de este tipo de policía. Más allá de las cifras oficiales, que hablan de un descenso del 20% en delitos, Carbap considera que la crisis ha hecho crecer algunas prácticas, como el abigeato (robo de ganado). "Además se mantienen pequeños delitos, como la carneada de dos o tres animales, que es moneda corriente", asevera Roberto Igolnikow, dirigente de la Sociedad Rural de Las Flores.