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LA CIUDAD

La silla en la vereda y la Vuelta al Perro, bellas costumbres del ayer

24/12/2019
La silla en la vereda y la Vuelta al Perro, bellas costumbres del ayer

Eran hermosos rituales que se daban siempre en horas del atardecer o anochecer para dialogar con vecino y "tomar aire", sentados en cómodos sillones, mientras los pequeños jugaban en la vereda, y los jóvenes se preparaban para ir a la Vuelta del Perro o a los 'asaltos'

 


Hay costumbres que perviven en la memoria, sobre todo aquellas que se convirtieron en un modo de vida para varias generaciones de pringlenses, que con el devenir de los años, y otros estilos de vida, se fueron perdiendo.
Lo acontecido en la noche del domingo pasado en la Peatonal del Centro, ver a miles de personas caminando por las dos manzanas, que durante décadas se conocieron como "La Vuelta del Perro", nos retrotrajo precisamente a ese tiempo. ¿Nostalgiosos…? Si, posiblemente, porque hemos sido parte de ese bello pasado.,
Un tiempo donde nuestros mayores, principalmente nuestros abuelos, tenían el hábito de sacar la silla a la vereda, para disfrutar del atardecer o anochecer en el verano, donde todos se conocían y la inseguridad no era una preocupación. Era el tiempo de las casas abiertas y los autos sin llave…
Cada día salían a la misma hora a disfrutar de una distracción gratuita en un espacio común, que les permitía socializar con los que vivían en la misma cuadra, tomar unos mates, o simplemente respirar un poco de aire fresco, mientras miraban pasar a la gente.
La cuadra era el escenario donde los chicos jugaban o aprendían a andar en bicicleta, bajo la atenta mirada de sus mayores, se compartían los brindis de Navidad y Año Nuevo y en los carnavales se desataban verdaderas batallas de agua a la hora de la siesta.

Las esquinas céntricas se llenaban de adolescentes, que como un ritual caminaban la Vuelta del Perro, haciendo planes para un 'Asalto', (reuniones bailables en casa de familia), donde la 'barra' se reunía para luego a la noche, ir a los bailes que los clubes organizaban tanto para Navidad, como Año Nuevo y Reyes. Los bailes eran patrocinados por dichas sociedades, e hicieron época en nuestro ambiente y eran esperados con singular deseo por el elemento juvenil, que se disfrutaba de ellos con el sano anhelo de pasar algunas veladas de grata expansión en medio del bullicio y de la alegría que producían los festivales de esa índole y tenían como tope las tres de la mañana.
El tradicional Vermouth bailable del Club de Pelota, del Hotel Pringles, o el Club Alem, o Independiente con cantantes reconocidos…la Cervecería El Munich….., con sus mesas y sillas en la vereda, todas colmadas de familias…. Como las calles donde los autos venían como en procesión que nunca llegaba a su fin, a paso muy lento, formándose largas colas, imposible a veces de seguir.
Son rituales que se fueron perdiendo, y que marcaron una bella época a quienes hoy peinan canas, y muchos al ver la postal que presentaba el Centro de la Ciudad, y calles aledañas, nos hizo recordar aquella "época, dorada" de los '60. (M.A.C.).

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