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OCURRIÓ EN NEUQUÉN, DURANTE UN TORNEO INFANTIL

Su mejor decisión: un árbitro se sacó las zapatillas y las cambió con un chico que las tenía rotas

15/02/2020
Su mejor decisión: un árbitro se sacó las zapatillas y las cambió con un chico que las tenía rotas

Siempre se dijo que el árbitro es el único que no tiene hinchada en un partido de fútbol.

   Al menos hasta el jueves, porque ese día, en la ciudad de Neuquén, donde se disputa un certamen infantil, todos aplaudieron a Marcos Troncoso.

   Este hombre, de 34 años y que se gana la vida manejando un taxi en Villa Regina, estaba dirigiendo un partido cuando observó que el arquero de la categoría 2007 del humilde club Los Cuervitos, de Cipolletti, tenía dificultades para jugar.

   Enseguida notó que el chico, de 12 años, estaba incómodo y que el motivo eran sus zapatillas, que estaban rotas y le impedían pegarle bien a la pelota.

   Sin dudar, se sacó las que tenía colocadas y las intercambió con el nene.

   Pero su solidaria actitud no quedó ahí, porque cuando terminó el partido se acercó al pequeño “1” y se las regaló.

   Juan Vasquez, técnico del equipo cipoleño, les sacó una foto a ambos, la que en las últimas horas se viralizó junto al relato de la historia.

   "Esto tuvo demasiada repercusión, no me lo esperaba", dijo Marcos al ser contactado por La Nueva.

   Fue uno de los momentos más emotivos que brindó la 9ª edición de la Neuquén Cup. 

   "Me di cuenta que tenía las zapatillas rotas en la punta y que cuando sacaba le dolían los deditos del pie. Me acerqué y le pregunté cuánto calzaba, entonces me dijo que 39 o 40, que casualmente es lo mismo que calzo yo. Se las di y le dije que las usara para jugar más cómodo. Cuando terminó el primero tiempo lo comenté con mis compañeros y decidí junto a ellos que se las iba a regalar".

   "Cuando terminó el partido, que perdieron por penales contra Independiente de Neuquén, me las vino devolver y le dije que se las quedara, que se las regalaba. Es un chico muy humilde, que no habló ni se quejó en todo el partido. Un excelente arquero y muy educado", siguió diciendo.

   También describió la reacción del arquerito al enterarse de que iba a tener zapatillas flamantes para seguir atajando.

   "El nene se largó a llorar, estaba emocionado. Uno piensa en los chicos, porque es un lindo torneo, los juegan con ganas y son muy educados. Se viven de otra forma estos momentos y se disfrutan más".

   Marcos es papá de tres hijos (un nene y dos nenas) y hace apenas un año que se acercó al arbitraje.

   "Nunca me había pasado algo así. También es la primera vez que dirijo a chicos, porque siempre juego como árbitro en campeonatos libres, en Fernández Oro, donde juega gente de entre 18 y 40 años".

   "Hoy en día, que los chicos jueguen al fútbol es muy sano, los mantiene ocupados. Del colegio a fútbol y de ahí a la casa. Los sacás de la calle y evitás un montón de cosas conteniéndolos".

   En un momento donde deporte y violencia conforman un cóctel trágico, actitudes como la de Marcos resultan una bocanada de saludable oxígeno y esperanza...

 

LA NUEVA 

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