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Filosofía

La filosofía al rescate de la mente

26/02/2020
La filosofía al rescate de la mente

La filosofía y la ciencia nacieron unidas, como una misma actividad. La medicina estaba dentro de la ciencia y, dentro de ella, a su vez, surgió a finales del siglo XVIII la psiquiatría, la parte de la medicina que se ocupa del estudio, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades mentales. En el siglo XX, especialmente tras los trabajos de Sigmund Freud, se estableció casi como una disciplina propia.

 


¿Pueden las enseñanzas de la filosofía ayudarnos frente a los problemas mentales? En una sociedad como la actual, con un auge del consumo de fármacos para combatir el estrés, la ansiedad, la depresión, es importante conocer de qué herramientas disponemos. Durante siglos, fue la filosofía la que se preguntó acerca de la mente, y sus enseñanzas pueden, si no sustituir a la terapia y los psicofármacos, sí ayudarnos a la hora de alcanzar una vida más plena.
Originalmente, la filosofía y la ciencia fueron una misma actividad, quedando la medicina en manos de la última. Dentro de la medicina, a su vez, surgió a finales del siglo XVIII la psiquiatría -la parte de la medicina que se ocupa del estudio, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades mentales-, que lograría establecerse como un ente cuasi propio en el siglo XX, especialmente tras los trabajos de Sigmund Freud.
Parecido fue el caso de la psicología, encargada a su vez de estudiar los procesos mentales y el comportamiento del ser humano en relación con el ambiente físico y social que lo rodea. Durante muchos siglos, la labor psicológica fue llevada a cabo por filósofos, hasta que se fue generando poco a poco una brecha entre ambas. Por un tiempo, incluso las dos disciplinas parecieron convivir en armonía, si bien cada vez más son entendidas como dos cosas diferentes.
Esto, más que una ventaja, ha supuesto una pérdida tanto para la filosofía como para la psicología, ya que cualquier filosofía que no tenga un punto de vista psicológico quedará coja, mientras que, a la inversa, se perderá efectividad al dejar de lado el trasfondo filosófico. La atención psiquiátrica, qué duda cabe, es una ayuda inestimable para la solución de los problemas mentales, pero no siempre puede ofrecer una solución duradera. La filosofía, por su parte, es incapaz de sustituirla, pero aporta una serie de enfoques que, a nivel práctico, pueden suponer una ayuda frente a los problemas de la mente que nos asaltan día tras día.

Soluciones filosóficas a los trastornos de la mente
¿Qué papel puede tener la filosofía a la hora de ayudarnos a resolver los problemas que nos afligen? ¿Son importantes las ideas a la hora de determinar nuestra vida? ¿Qué dicen las distintas escuelas filosóficas respecto a este o aquel trastorno? Vamos a profundizar en estas dudas, tratando de buscar una respuesta y, de paso, destacando el papel que tiene la filosofía como herramienta para solucionar algunos problemas que se han dado en denominar "mentales".

La utilidad de la filosofía
De un tiempo a esta parte, la filosofía ha ido haciéndose cada vez más inaccesible para el ciudadano medio, y los problemas de este, cada vez más irrelevantes para la filosofía académica. Y es triste que así sea, cuando las ventas de libros de autoayuda y de divulgación científica y psicológica se cuentan por miles. La gente está hambrienta de conocimiento, incluida la de filosofía, y a menudo ni siquiera lo sabe.
Antiguamente esto no era así. De hecho, los filósofos solían ser quienes estaban a disposición de cualquiera que necesitara consejo para superar los malestares de la vida.
Y hoy, a pesar de las opciones que tenemos, seguimos echando en falta el tipo de ayuda que solo el filósofo puede ofrecer. La filosofía puede ayudar mucho a las personas que se enfrentan a problemas en su vida cotidiana gracias a la aplicación de las ideas que ha ido desarrollando a lo largo de la historia.
Normalmente, cuando sentimos tristeza o ansiedad a un nivel fuera de lo asumible, tendemos a acudir a la consulta de un psiquiatra o un psicólogo. Y eso no deja de ser una decisión adecuada, habida cuenta de que su labor es precisamente el estudiar y solucionar dichos problemas. La cuestión es que, en ocasiones, hemos de diferenciar entre si lo que nos aqueja es un verdadero trastorno o un simple (no por ello menos doloroso) malestar. Por ejemplo, si nuestro pasado nos afecta, es posible que un psiquiatra nos diagnostique un trastorno de estrés postraumático o una depresión.
Es decir, una explicación médica de por qué nuestro pasado nos afecta negativamente y nos produce dolor o insatisfacción.
Ahora bien, hemos de tener en cuenta que tener preocupaciones acerca de sucesos ocurridos en nuestra vida no significa necesariamente que estemos enfermos y, si bien la medicación puede ayudar, existen más herramientas en distintos ámbitos que nos pueden ayudar a resolver el problema.
En este sentido, la filosofía puede darnos un enfoque distinto y suplementario al de la medicina, lo mismo que la práctica del yoga, la meditación o la psicoterapia. E incluso si la medicación funciona, en algún momento nos veremos obligados a abandonarla (si así lo indica el médico) y empezar a vivir, de nuevo, solos y por nosotros mismos.
La filosofía puede ser la brújula que encauce nuestros pensamientos en la dirección adecuada cuando eso ocurra, así como una estupenda vía para conocernos mejor, de manera que podamos enfrentarnos a los problemas que nos acucian. La máxima de Sócrates, "conócete a ti mismo", es un ejemplo de esto, lo mismo que su sistema, la mayéutica (alcanzar la verdad a base de hacernos preguntas), permite indagar no solo en la búsqueda de la verdad, sino en nuestra propia psique.
No se trata, de ninguna manera, de que la filosofía suplante a la psiquiatría o la psicología, puesto que es obvio que un paciente con depresión puede correr un gran riesgo si prescinde de los psicofármacos que le han sido recetados para curarse.
Se trata de un complemento aplicable también a momentos de la vida en los que no estamos "enfermos". Podemos entender la filosofía como un extra, una herramienta más que probar y usar para sentirnos mejor. Pero esto es materia del próximo martes. Hasta entonces!

El autor: Maximiliano Garaicochea es Nacido en Coronel Pringles, profesor y Licenciado en Filosofía por la Universidad FASTA, docente en todos los niveles educativos, desde primario hasta Universitario.

fuente: https://www.yorokobu.es/ 29 de febrero de 2019

Maximiliano Garaicochea Estimados lectores del Diario Ell Orden. Como han hecho notar algunos lectores, esta nota que publiqué con algunos aportes no que citada en tu totalidad como se debe. Hago mi descargo de torpeaz sin mala voluntad.No ha pretendido ser en ningun momento una apropiació de algo ilegitimo ni una falta a la honestidad intelectual. comparto todo lo que dicen los autores mas mis propias reflexiones. Omití citar la fuente y pdo disculpas por ello. Gracias a los lectores que asi lo hicieron notar y a ellos tambien les pido disculpas.
 
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