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PARROQUIA SANTA ROSA DE LIMA

Las misas no se suspenden

16/03/2020
Las misas no se suspenden

La Arquidiócesis de Bahía Blanca, también sugirió cambios en las prácticas rituales y pidió que los mayores de 65 años no asistan a ninguna celebración.

 


En el marco de la emergencia sanitaria dispuestas por las autoridades municipales, provinciales y nacionales en virtud de la pandemia por el Coronavirus (COVID-19), el Cura Párroco Pedro Fournau, dispuso una serie de medidas para el cuidado de los fieles que asistan a las celebraciones religiosas, para evitar contagios.
En línea con la decisión del Papa Francisco de transmitir el Ángelus por Internet, la Iglesia argentina también adoptó medidas para frenar la expansión del Coronavirus.
En nuestra ciudad, el Padre Pedro Fournau confirmó que las misas no se suspenderán, pero aclaró que se harán ciertas modificaciones para evitar contagios.
Se pide el compromiso y solidaridad de los fieles para evitar que las personas con síntomas directamente no concurran

Con respecto a la misa, se acató las recomendaciones de la Conferencia Episcopal Argentina: no suspender la misa pero tomar sí algunas medidas. Por ejemplo: No habrá agua bendita en los accesos, omitir el saludo de la paz, administrar la eucaristía sólo en la mano y quienes la administren, deben lavarse las manos antes y después

Se apeló a la responsabilidad de las personas, sobre todo a las que tienen síntomas de la enfermedad, para que no concurran a la celebración. Lo mismo para las personas que son de mayor riesgo, como los adultos mayores y los niños pequeños.. Quienes estén en esa situación pueden seguir los cultos a través de los medios de comunicación.

Mensaje completo de la Arquidiócesis de Bahía Blanca

A continuación el texto íntegro del mensaje del Arzobispo de Bahía Blanca, Fray Carlos Alfonso Aspiroz Costa O.P.:
"La oración que nace de la fe salvará al enfermo, el Señor lo aliviará…"
Santiago 5, 15a

"A todas las comunidades eclesiales de la Arquidiócesis de Bahía Blanca
Muy queridos hermanos y hermanas en Cristo y María, Madre de la Merced:
Estamos todos al tanto de la situación sanitaria creada por la difusión del COVID - 19 (coronavirus) y otras enfermedades.
En sintonía con lo sugerido por la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina (11 de marzo); las normativas nacionales y provinciales; habiendo consultado a los miembros del Consejo presbiteral, compartimos con ustedes algunas indicaciones.
Deseamos también que las mismas encuentren su marco en los siguientes textos que animan en nuestro caminar:
Todos deben someterse a las autoridades constituidas, porque no hay autoridad que no provenga de Dios y las que existen han sido establecidas por él (…). Porque la autoridad es un instrumento de Dios para tu bien…Por eso es necesario someterse a la autoridad, no sólo por temor al castigo sino por deber de conciencia… (Romanos 13, 1. 4).

"Deber de los ciudadanos es cooperar con la autoridad civil al bien de la sociedad en espíritu de verdad, justicia, solidaridad y libertad. El amor y el servicio a la patria forman parte del deber de gratitud y del orden de la caridad. La sumisión a las autoridades legítimas y el servicio del bien común exigen de los ciudadanos que cumplan con su responsabilidad en la vida de la comunidad política (Catecismo de la Iglesia Católica 2239)".

"La Iglesia, que por razón de su misión y de su competencia, no se confunde en modo alguno con la comunidad política (…) es a la vez signo y salvaguardia del carácter trascendente de la persona humana" (Gaudium et Spes 76 - Catecismo de la Iglesia Católica 2245).

1. Exhortamos ante todo a la conversión, serenidad y la calma (cf. Isaías 30, 15). La conversión no solamente indica generar cambios en el propio corazón sino también en nuestro modo de obrar y comportarnos exteriormente.

2. Nuestra arquidiócesis abraza un extenso territorio de la Provincia de Buenos Aires y comprende diecisiete (17) partidos de la Provincia de Buenos Aires. Así como queremos ser dóciles a las normas nacionales y provinciales, hemos de tener en cuenta también aquellas que las autoridades municipales van ofreciendo a lo largo del tiempo (ya que esta situación manifiesta un dinamismo que no deja de sorprendernos). En este sentido lo que sigue está también sujeto a posibles cambios y circunstancias (ej. Semana Santa, etc.).

3. Al ser el saludo de la paz, antes de la Comunión, un rito optativo, por este tiempo, vamos a prescindir de él.

4. Invitemos a nuestros fieles a disponerse convenientemente para recibir la Sagrada Comunión con una renovada actitud interior que se haga patente en los gestos exteriores, expresando la fe y la máxima reverencia, debida a la presencia real del Señor Jesús en el Santísimo Sacramento.

5. Siempre somos indignos a de acercarnos a recibir la Comunión de cualquiera de las dos formas permitidas, como lo decimos antes de comulgar inspirados en la frase del centurión romano "No soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme…" (cfr. Mateo 8, 8). En esta situación particular invitamos a todos los fieles a recibirla en la mano. La responsabilidad común en evitar la propagación del virus y la misma caridad fraterna nos reclaman esta fuerte recomendación dado que la primera vía de contagio es la oral. La distribución de la comunión en la boca, aún con recaudos, no elimina la posibilidad del contagio y que el virus se propague de fiel a fiel, incluido al propio ministro.

6. Extrememos las medidas higiénicas al distribuir la Sagrada Comunión. Los ministros extraordinarios, como también los sacerdotes y diáconos, procuren lavarse las manos antes y después de brindar este servicio.

7. Mantengamos vacías las pilas de agua bendita. En nuestra devoción a las imágenes -siempre en este contexto que motiva esta carta- abstengámonos de tocarlas o besarlas. Animémonos a mirar a nuestros santos y santas con los ojos del corazón y supliquemos a ellos también su mirada del corazón intercesora.

8. Como lo dijimos respecto al saludo de la paz, tengamos una enorme prudencia para evitar los saludos al terminar nuestras celebraciones.

9. Invitamos insistentemente a todos aquellos que han regresado de otros países, especialmente donde esta enfermedad es más fuerte, como así también las personas con salud vulnerable o bajas defensas y los mayores de 65 años a que se abstengan de participar en las celebraciones litúrgicas teniendo en cuenta que, por este motivo, están dispensados de cumplir con este precepto. Los medios de comunicación ofrecen la posibilidad de poder participar de la Misa dominical a través de la radio y/o Televisión.
10. A los responsables de las comunidades les solicitamos que en cada Eucaristía eleven oraciones por la situación que estamos atravesando y muy especialmente por todos los enfermos. Que a través de la Pastoral de la Salud a nadie le falte la cercanía, el consuelo en la enfermedad y la posibilidad de recibir la Sagrada Comunión.

11. Exhortamos a mantener en la medida de lo posible abiertos los templos parroquiales, capillas, oratorios, para que los fieles puedan acercarse a orar.

12. Pedimos a todos tener una actitud de caritativa comprensión y colaboración, con los demás, para hacer más eficaz la prevención de esta enfermedad, atentos a las disposiciones de las autoridades civiles, para llevar tranquilidad y a la vez colaborar tomando los recaudos sugeridos.

Teniendo en cuenta las circunstancias de tiempo y lugar, confiamos especialmente en la prudencia y caridad pastoral de cada uno de los sacerdotes, diáconos y animadores de las comunidades.
A todos los bendecimos en Cristo y María, salud de los enfermos y consuelo de los afligidos"

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