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DIA DEL ENFERMO

Enfermos de nuestra ciudad recibieron el sacramento de la unción

En el marco de la Semana del Enfermo y en una celebración comunitaria, el P. Ernesto Mendiondo administró este sacramento en una ceremonia realizada en la Parroquia Santa Rosa de Lima.

11/11/2016
Enfermos de nuestra ciudad recibieron el sacramento de la unción

En nuestro país, el segundo domingo de noviembre la Iglesia conmemora el Día Nacional del Enfermo, cuyo lema de este año es “Testigos de Misericordia” y que constituye una oportunidad para sensibilizar al pueblo de Dios sobre el acompañamiento y la asistencia integral a los enfermos, redescubrir el sentido humano y cristiano del sufrimiento, y promover la Pastoral de la Salud en las Diócesis y en las comunidades. 

Dentro de este marco, en nuestra ciudad se desarrolló la Semana del Enfermo que comprendió la visita, por parte del P. Ernesto, a enfermos del Hospital Municipal y del Sanatorio y la Celebración Comunitaria de la Unción de los Enfermos que tuvo lugar en la tarde de este jueves en el templo parroquial, semana que concluirá con la Misa de Enfermos este sábado 12 a las 19 horas en la parroquia.

En cuanto a la celebración comunitaria presidida por el párroco local, contó con la asistencia de un buen número de fieles, en su mayoría enfermos que recibieron el sacramento de la Santa Unción. Para la ocasión, se invitó especialmente a personas que padecen alguna enfermedad compleja o de difícil recuperación; como también aquellos que por estar transitando la enfermedad necesiten ser fortalecidos por este sacramento; personas que van a ser sometidas quirúrgicamente, jóvenes o adultos que padezcan una enfermedad difícil o de larga duración necesitadas de recibir la fortaleza del sacramento, y futuras mamás con embrazados complicados que se someterán a una cesárea. 

Antes de administrar el Sacramento de la Unción a los enfermos presentes, el P. Ernesto reflexionó sobre el tema señalando que “en nuestra fe cristiana, Jesucristo nuestro Señor, no vino a abolir el dolor, vino a darle un sentido distinto” agregando que “a cada enfermo curaba con un gesto de humildad, de acercamiento, de amor” pero “ante la enfermedad y la muerte son dos realidades que tenemos que padecer aunque el avance de la ciencia es maravilloso” donde “la tecnología ha dado pasos agigantados, pero la enfermedad y la muerte son dos realidades que siempre están en el horizonte de la humanidad y de nuestro propio horizonte” destacando la labor de los médicos “a través de los cuales Dios también cura”.

En otra parte de su reflexión, expresó que “el cristianismo no quita nada, asume; y como dicen los Santos Padres de la Iglesia lo que no es asumido no es redimido. Y Cristo, el Hijo eterno del Padre, se hace hombre igual a todos nosotros menos en el pecado, para asumir también esta realidad, como él la asumió en la muerte, en la cruz. La enfermedad es parte de nuestra vida y Dios no quiere la enfermedad” y “desde el punto de vista de la fe: ofrecerla” porque “Dios no manda la enfermedad, (nosotros) nos enfermamos como las plantas y los animales. Somos los tres únicos seres vivientes que nos enfermamos. Como seres humanos, tarde o temprano la realidad de nuestro cuerpo por una u otra situación, empezamos a perder la salud; todo eso para nosotros es, también, una oportunidad de ofrecimiento para el Señor que va guardando todo en su corazón”.

Concluyó resaltando que “esta oportunidad de recibir la Santa Unción, también sea motivo para fortalecer nuestra fe, nuestra confianza y saber que en Él nosotros recibimos la fuerza. Recordemos que Dios nunca permite una prueba por encima de nuestras fuerzas, y nunca nos deja solos”.

Durante esta celebración también se administró el Sacramento de la Comunión. 

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