Cuando la discapacidad es una forma ingeniosa de vivir

Decía Benjamín Franklin: “La felicidad depende más del deseo interior de ser felices que de las circunstancias externas”.

Y es verdad. La gente con capacidades distintas, tiene el poder de demostrar a los demás el verdadero significado de la  capacidad. La lógica es una ilusión comparada con el poder que nos da la determinación.

Si bien la vida es una montaña rusa de emociones, el secreto es aprender a disfrutar de los momentos de temor e incertidumbre, pensando que están seguidos de paz, satisfacción personal y fortaleza 

Y es así….Los retos nos hacen mejores. Los retos nos hacen crecer. Los retos nos hacen vivir.Somos más parecidos que diferentes, pero somos todos individuos con habilidades y necesidades únicas.

Una historia única

Precisamente, cuando en la Fiesta de Egresados de Rotary Club hicieron entrega del diploma al joven no vidente Nicolás Nuñez, de la Escuela Secundaria Nº 3, y de un reconocimiento, se vivieron momentos muy emotivos y el estruendoso aplauso del público, que lo premió por su esfuerzo, por el sacrificio que le valió llegar a la primera etapa de su meta… porque la historia no termina ahí, sigue.

Y así lo contó Nicolás al programa Despertando la Ciudad, que conduce Ricardo Giacone, y se emite por FM Ciudad, del cual extrajimos algunos conceptos:

Contó que tenía una visión normal hasta que fue intervenido quirúrgicamente y luego durante la internación padeció de un problema serio que lo privó de su visión: “Recuerdo a un señora de más de 70 años que la iban a operar de lo mismo que padecía yo, y salió muy bien de la cirugía. Me dijeron que estuviera tranquila porque iba a ser intervenido de la misma forma y que todo iba a salir bien. No fue así, me infecté con un virus intrahospitalario, decían que era Meningitis que casi me mata, y fue lo derivó luego en la ceguera. Me decían que hiciera la rehabilitación en otro hospital, pero no quise, quería estar acá, e hice nuevos amigos. Tuve mucha contención, de la misma escuela me venían a buscar para que rindiera y vuelva, y todo eso hizo que fuera lo soy hoy y les voy a estar agradecidos eternamente”, remarcó.

Consultado cuándo había comenzado con el problema de la vista, señaló: “Comenzó todo en abril de 2011, y ya había pasado a segundo año, que antiguamente era octavo. Pero me dije que de esto me iba a levantar. En el hospital me hicieron pruebas psicológicas y fue cuando decidí volverme a Pringles. Los médicos cuando me dieron el alta, me dijeron que los contrales me lo tenía que realizar en Pringles y así lo hice”.

Y rescató: “en el ínterin desde la escuela insistieron que debía volver a clase y que comenzara en el ciclo lectivo de 2012. Que iban a preparar a mis compañeros para instruirlos sobre el trato que debían tener conmigo. Y los instruyeron tan bien, que siento una gran emoción cada vez que me acuerdo. Al principio, me costó mucho, pero después encajé perfecto. Era un compañero más para ellos y mi cabeza se concentró en lo que era la escuela. Saqué el Mejor Promedio en 3º año, 4º, 5º y en el 6º, me lo tomé mucho más tranquilo”, aclaró.

Señalando además: “El ejemplo, fue el colegio para mí, por el trato que me dieron y la contención que me brindaron, porque si no hubiera sido por la escuela, seguramente no hubiera llegado hasta donde llegué y todavía me propongo más cosas. Quiero seguir estudiando y no parar”.

“Ahora el 16 de diciembre, cuando tenga la fiesta de la escuela se lo voy a agradecer de corazón. Porque, ellos fueron el ejemplo. Tendría que haber más colegios que incluyan, si los hubiera, tendríamos una sociedad excelente”, apuntó Nicolás, agradeciendo el llamado de la docente de la ES3, Adriana Martínez que se comunicó al programa para testimoniarle que representaba un testimonio de vida y de responsabilidad y tuvo palabras de elogio para la docente Gabriela Vallese “y para todos los que están en la escuela”, sintetizó.

En otro momento, expresó que “si todo sale bien como hasta  ahora, me voy a mudar a la capital de Formosa en el verano. Me da un poco de pena que me voy, porque me han ayudado bastante. Tengo a mi familia, y tengo cerca la Universidad donde voy a ir. Pienso arrancar primero con Historia y después con la Licenciatura de Psicología. Es decir que hasta los 32 ó 33 años no voy a parar, quiero explotar mi conocimiento al máximo. Me voy contento”, reiteró.

Luego, dijo que por el colegio descuidó otras cosas, como estudiar el sistema Braille,  o tener una novia: “Espero que este año pueda tener una compañera”, enfatizó.

La entrevista continuó, pero lo importante que Nicolás, tiene en su mente las imágenes de su ciudad, de su familia, de sus amigos, su trabajo en Buenos Aires, los días de internación, tal como los veía cuando tenía visión. Imágenes que continúan intactas,

Dijo ante la pregunta si existía una posibilidad de recuperación, expresó: “Hice varias consultas, principalmente en el Hospital Santa Lucía, de Buenos Aires, y me dijeron que podía tener u na posibilidad de acá a seis años. Me dijeron que hay un especialista que hace este tipo de operación que está en Mendoza (Dr. Saldivia). Lo que tengo inflamado es el nervio óptimo, si se consigue desinflamar, la vista se podría recuperar”, concluyó Nicolás Núñez, el joven que terminó una etapa, y este verano comenzará otra, la que le posibilitará su desarrollo profesional y por qué no sentimental al encontrar la compañera que está buscando y poder formar una familia.

Debemos recordar que una persona con capacidad diferente, es una persona antes que nada, y detrás de la aparente discapacidad, hay un mundo ilimitado de capacidades por descubrir y el mejor proverbio para encontrar lo que buscás en la vida, es “No dejes piedra sin ser volcada”.