“El trabajo en el tenis formativo local es excelente”

De paso por Pringles para festejar las fiestas de fin de año, Mauro Batisteza (ex jugador de tenis de excelente nivel en Pringles y la zona), se acercó al Club Alem para rememorar otras épocas y relajarse jugando al tenis con Mauricio Arano, profesor de la institución. Allí, Mauro -quien hoy reside en Chicago, Estados Unidos-, destacó el gran trabajo a nivel formativo de la Escuela Tenis Arano.

“Me parece espectacular lo que está haciendo Mauricio” remarcó Mauro, “me acuerdo cuando yo era numero 1 o 2 de la región y en muchos casos ni siquiera teníamos un profesor en la ciudad. Debíamos jugar solos contra el frontón, y los fines de semana viajar a Coronel Suárez u otra ciudad para los torneos. Antes era bastante complicado, hoy voy a la escuela de Alem y veo como ha crecido, con más de 100 chicos, me parece buenísimo lo que hace Mauricio y su equipo de trabajo”.

Mauro Batisteza se inició, como muchos otros, en las canchas del Club de Pelota, con entrenadores que venían y se iban de Pringles como Alberto Maronna u Oscar Rabago. Jugo allí hasta que pasó al Club Alem, y tuvo su mejor época entre los 12 a 15 años.

En diálogo con Diario EL ORDEN, cuenta dónde vive, su paso por Pringles, y su historia en el tenis.

¿En donde vivís actualmente, y que marca dejó el tenis en tu vida?

-El tenis me dio una formación de vida, voy a estar muy agradecido a este deporte que me permitió conocer un montón de gente y me abrió un montón de puertas en todos lados.

Me hizo ser mucho más competitivo en todo sentido, en el deporte, la escuela, universidad, el trabajo, te genera esa mentalidad competitiva.

Hoy resido en Chicago, siempre vengo todos los veranos para las fiestas unas dos o tres semanas. Lo llamé a Mauricio para tener unas clases de tenis y de paso relajarme y hacer un poco de deporte, hoy es un pasatiempo y juego una o dos veces por semana.

¿A qué edad comenzaste a jugar, y hasta cuándo?

-Empecé a los 10 años en Club de Pelota, en esa época jugaba para Coronel Suárez. Se entrenaba mucho, pero era más frontón y físico; además en Pringles ese entrenamiento era muy limitado, jugaba solo contra el frontón y los fines de semana viajaba a jugar a Suárez o a los torneos.

Después jugué en Alem, y mi mejor época fue entre los 12 a 15 años, estaba 1-2 en la Federación Bahiense, era distinta época, en la zona andaba bien pero en los provinciales se complicaba.

Antes había que ganar las zonas, salir al menos segundo en la Federación para ir a los provinciales, recuerdo que entre otros estaban Franco Davin y Guillermo Pérez Roldan en el circuito.

Después en Tandil hice un par de pretemporadas, y jugué hasta los 17 o 18 años, hasta que me fui a estudiar a Buenos Aires.

¿Qué siguió después?

-Después del tenis me fui a estudiar Contabilidad, trabajé en Buenos Aires y en el 2000 me fui a hacer un máster en finanzas a Estados Unidos. A partir de ahí me quedé en dos compañías y en 2012 por rotación de trabajo estuve en Alemania por tres años. Ahora volví a Chicago, después de dejar el tenis no volví a agarrar una raqueta por años.

Lo importante es que la mirada -ya sea de un pringlense o alguien que viene desde otra ciudad- respecto al trabajo que se realiza en Pringles en formativas de tenis es muy positiva, ya lo han destacado varias veces desde la zona al presentarse en los interclubes formativos; y en este caso Mauro Batisteza amplió mucho mas al compararlo con los trabajos que se realizan en países con excelente tradición tenística como son Estados Unidos y Alemania, países en los que pudo ver de cerca las tareas que se hacen y que no distan en absoluto con las de nuestra ciudad.

ANECDOTAS EN EL CLUB ALEM

Mauricio Arano recordó la historia de Mauro en el tenis pringlense, y compartió algunas anécdotas: “Recuerdo que yo era más chico, estábamos con Dante Bottini en el grupo y Mauro jugaba muy bien al tenis. Cuando empezamos a jugar un poco mejor, Mauro ya no estaba en Pringles sino que entrenaba en Tandil, la gente de antes se debe acordar, con entrenamientos que en aquella época eran más difíciles.

Todo era más repetitivo, hoy las técnicas de entrenamiento cambiaron para que sea más entretenido, motivar mas a los chicos, y el juego se adapta para que siga vivo.

En aquella época se aprendía a jugar bien el tenis, luego cada uno tomó distintos rumbos, en mi caso me dediqué a esto como una salida laboral; Mauro siguió su carrera universitaria y luego su actividad laboral. Viene poco a Pringles, me llama y nos juntamos a jugar al tenis, recordamos mucho pegándole a la pelota y es un gusto jugar con él.

Como anécdota te puedo contar cuando nos alojábamos y parábamos en el Club Sportiva, íbamos a jugar ahí los nacionales, él representaba a Coronel Suárez y se armaban tremendas guerras de almohadas, esa era la parte más divertida de los torneos competitivos. Al otro día, éramos durísimos rivales dentro de una cancha”. RG