Los pringlenses nos preparamos para la llegada de un nuevo año

Y es que siempre que le damos la bienvenida a un nuevo año, nos proponemos cumplir con una serie de metas en el orden personal o en el campo propio de las profesiones, oficios u ocupaciones de que se trate.

Claro está, la situación por la que atraviesa el país es bastante pedregosa, pero mientras exista fe en nuestra capacidad para transformar la realidad y en tanto pongamos nuestra confianza en el Ser Supremo, las puertas hacia el cambio estarán abiertas.

Siempre resulta difícil transitar desde un camino lleno de avatares hasta un sendero floreciente. Todo depende del trabajo que se realice para lograr ese objetivo o del empeño puesto en el mismo.

Está demostrado que los pringlenses, somos un pueblo fuerte, valiente y con una disposición especial para crear las condiciones que nos lleven a un mejor estadio de bienestar.

Dos mil diecisiete se presenta como un período duro. Entraremos en un año político, cuando los pringlenses habremos de acudir de nuevo a la cita democrática para elegir a nuestras autoridades.

Nuestro reto enorme sigue invariable: Intensificar nuestra lucha para vencer los obstáculos que han relegado a las mayorías de mejores condiciones sociales y económicas.

Precisamos imprimirle más fuerza a la batalla contra la pobreza, la indigencia, el desempleo y los altos niveles de corrupción, impunidad y violencia criminal que colocan en estado de vulnerabilidad a diversos grupos poblacionales.

Necesitamos empujar con denuedo y confiar en que las cosas pueden cambiar para bien, creer que es posible disipar los nubarrones que se ciernen sobre nosotros y que hemos de salir airosos de este trance, toda vez que establezcamos claramente los objetivos de país.

Con la mira puesta en la construcción de un mejor destino y con la esperanza de convertir en realidad los propósitos individuales y colectivos, los pringlenses nos disponemos a darle la bienvenida a 2017.

     ¡Que la ventura y la gracia del Altísimo nos acompañen en este sendero!

                                                                     EL ORDEN