Se quitó la vida el 'caminante' que pasó por Pringles

El parte policial brindado por la Comisaría de Las Flores, informa que el sábado 28 de enero de 2017, a las 9 horas, se tomó conocimiento por parte de dos personas que pasaban por la Ruta Nacional 3 en dirección al sur, que a la altura del kilómetro 221 de la mencionada ruta, en una planta ubicada en la banquina mano derecha, sentido de circulación Las Flores- Azul, había una persona sin vida, colgada.

Constituido personal policial al lugar se constató veracidad de los dichos, observando que había una persona de sexo masculino, mayor de edad sin vida, ahorcado, colgado con una soga de una rama de un árbol, desconociendo su identidad, al parecer un caminante o comúnmente denominado croto.
Realizadas las pericias de rigor por personal de Policía Científica Azul, se determinó que se trataba de RAMON ROJAS CACERES, nacionalidad Paraguaya, de 66 años edad, el cual efectivamente era un caminante y venía desde el sur, más precisamente de la ciudad de Coronel Pringles, donde había estado visitando un amigo.
No poseyendo este sujeto domicilio en Argentina, el cuerpo fue trasladado a la morgue Judicial de Azul, donde se realizó la operación de autopsia, determinando que se trató de un suicidio.
Se instruye Investigación penal Preparatoria caratulada SUICIDIO con la intervención de la Ayudantía Fiscal Las Flores a cargo del Dr. PABLO IPARRAGUIRRE.- Fdo. Crio LUDUEÑA GERMAN

SU PASO POR PRINGLES.

Bajo el título "Historias de vida… el caminante que sabe adónde va", EL ORDEN, entrevistó a este personaje que pasó por Coronel Pringles el 2 de setiembre del año pasado, proveniente de Comodoro Rivadavia, interesados en su historia, que era conocida a medida que llegaba a un pueblo en su largo trajinar.
Ese caminante desconocido, de 66 años, llamado Ramón Rojas Cáceres,, un paraguayo de 66 años, tenía una historia digna de escuchar y de contar.
Su silueta se veía desde lejos, con su paso pausado y cansado. Con su "mono" a cuesta. Barbudo y con sus ropas descuidadas, pero con un paso firme.

A él, no le gustaba vivir así, pero era un aventurero solitario, que cuando comenzó a hacerse viejo, y no encajaba en el mercado laboral, tuvo que salir a buscar trabajo hacia otros caminos y eligió irse al sur. Exactamente a la Ciudad de Comodoro Rivadavia, donde consiguió trabajo hace unos años atrás como empleado de empresas constructoras.
Pero su historia se remitía hace muchos años atrás, donde a la edad de 29 años, se fue de su país de origen (Paraguay) justo en una época muy dura, la época de la dictadura. Nos contó que se fue de su país, por problemas "con el dictador" (por Stroessner, se conocían personalmente) y cruzó hacia la ciudad de Corrientes.
Ramón era un excelente mecanógrafo y se dedicaba al periodismo, con lo que logró conseguir rápidamente trabajo en ese lugar como periodista de medio impreso, en el más conocido diario de Corrrientes, llamado "Época".
Dejó ese lugar, y con unos pesos ahorrados, comenzó a viajar y "observar" otros países para quedarse a vivir.
Entre ellos Colombia, Perú y Ecuador. En este último, volvió a conseguir trabajo como periodista para el diario "El Tiempo" (de Quito), pero solo se quedó un año y medio, luego volvió a la aventura, para radicarse en Argentina.
Decidió irse a Comodoro Rivadavia, porque le gustaba el clima y la gente del lugar. Estuvo en esa ciudad sureña como empleado de la construcción por años, hasta la empresa quebró y se quedó sin trabajo, comentó a Paola Garcia en la entrevista.
Entonces Ramón, ya sin trabajo nuevamente, volvió a la aventura... pero no porque le gustara vivir así, ni porque le gustara hacer turismo de esa manera, sino porque la vida y la sociedad lo llevó a vivir así.
Y comenzó su periplo, recorriendo varios kilómetros por día. Elegía lugares donde no hubiera gente para acampar y estar solo. Su objetivo, era regresar a la Capital Federal "y cuando al fin me quede quieto, quiero escribir un libro", comentó en la nota Ramón.
No llegó a la capital federal. Se quedó en la ruta 3, y vaya a saber qué le pasó por la mente en ese segundo fatal, que decidió despedirse de esta vida, con su "mono a cuesta", y una pequeña radio que se hallaba junto a él y le fue obsequiada en Pringles.
La policía encontró solamente entre sus pertenencias, un solo número, el de la familia Nieto de nuestra ciudad, que fue rápidamente notificada.
Ramón Rojas Cáceres, descansa ahora en la Paz del Señor. Elevamos una oración en su memoria.

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