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LA OTRA CARA DE LA HUELGA DOCENTE

Las que convicción decidieron dar clases igual pese al paro

Son maestras de colegios estatales de la nuestra ciudad,  y dicen que dieron el presente por los chicos y coincidieron en señalar que se deben respetar las dos posturas, sin agresiones, ni acciones que ofenden.

24/03/2017
Las que convicción decidieron dar clases igual pese al paro

Mientras los sindicatos docentes y el Gobierno nacional y provincial mantenían sus habituales cruces al evaluar el paro (para unos la adhesión suele ser “alta”; para los otros, “dispar”), en las aulas de algunas escuelas públicas,  la educación siguió su curso, pese las ausencias de unos y la retórica de los  otros.

 En los alrededores de varios  establecimientos educativos de nuestra ciudad,  ayer se observaron carteles ofensivos dirigidos a las docentes que no adhirieron a la medida de fuerza y fueron a sus aulas a dictar clases. 

El Orden conversó con algunas docentes, que  si bien adhieren  al reclamo de un sueldo más justo,  decidieron ir a trabajar igual.

Coinciden con sus compañeros en que su principal motor es la defensa de la educación pública. Mientras otros la reivindican con el paro, ellos eligieron hacerlo desde el aula, destacando la mayoría, que es una decisión personal y se debe respetar las dos posturas.

 

Reservamos sus nombres,  y  la escuela donde dictan clases,  obviamente para evitar que las agresiones se realicen de manera personalizada, ofendiendo a quienes mantiene una postura diferente ante el paro.

 

*“Nuestros alumnos vienen de la periferia. Tienen tantas necesidades que no queremos privarlos también del derecho a aprender”, explica C. M.

 

*”Vinimos porque queremos garantizarles la continuidad pedagógica a los chicos –asegura L.A- Creo que esta no es la manera de reclamar. La medida estuvo muy politizada, mientras que no hemos tenido respaldo de los gremios frente a episodios de maltrato y los problemas edilicios”.

 

*También S. T,  que trabaja doble turno en centros educativos públicos de la ciudad, fue a dar clases: “No adherí al paro porque sé que mis alumnos me esperan. Ellos son mi motor; siento que no les puedo fallar".

 

*“El sueldo no me alcanza”, aclara D. P.  Y explica que por eso tiene dos cargos, que la obligan a recorrer la ciudad todos los días.

“Comparto el reclamo, pero no la medida de fuerza. No juzgo al maestro que  hizo paro. Nosotros ponemos mucho dinero de nuestro bolsillo; yo traigo galletitas para que los chicos tomen la merienda, a veces llegan sin comer”, describe.

 

* La docente A.G., señaló: “Vine a trabajar por convicción, porque creo que la mejor defensa de la escuela pública es con los alumnos dentro del aula”, asegura.

En su escuela, el paro tuvo gran adhesión en el turno mañana, no tanto en los turnos tarde. Ella afirma: “Pese al paro, y aunque el reclamo sea legítimo, nosotros venimos por respeto a ese alumno”.

 

En tanto, M. S,  remarcó: "Creo que cada uno, desde su lugar de trabajo, debe hacer un aporte  para salir de la crisis. No me parece que el paro sea la solución al conflicto."   

 

*“Es un momento muy difícil para la educación en la provincia de Buenos Aires, y decidimos continuar con la lucha en las aulas, ya que no estamos de acuerdo con algunas medidas tomadas desde la dirigencia. Hay muchas necesidades en las escuelas y hay que ocuparse de eso también, no sólo del salario”, explicó S. A, directora de un establecimiento educativo.

 

Algunos maestros que suelen sumarse a  todas las protestas decidieron, por esta vez, ir a dar clases.

Una de ellas, clarificó: "No me pareció lógico hacer un paro después del receso de verano. Creo que eso sería acrecentar el caos y por eso decidí venir"

 

 Escuchamos más voces, y si bien todas  compartían los reclamos de sus colegas,  decidieron no adherir al paro,  mostrando  así, una cara diferente de la realidad que vive el sector educativo.

En nuestra ciudad, el acatamiento no fue el esperado, y  al igual que en otras ciudades de la región, la adhesión no excedió el 50 por ciento, de acuerdo a lo informado.

 

Creemos que en democracia, se deben respetar todos los pensamientos, aún aquellos con lo que no se comulga,  evitando  agredir a otros docentes que piensan distinto, con carteles ofensivos, que no se los merecen y la Educación tampoco, más aún si las llevan a cabo quienes tienen a su cargo la misión de educar.

 Vamos mal, si esta  medida de fuerza, se convierte en otra acción paralela de ir, ‘docentes contra docentes’.

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