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Una realidad que se repite

Caída de ventas y cierres  de comercio en la ciudad

Varios locales de diferentes rubros optaron por salir del microcentro de la ciudad para bajar los gastos. Otras empresas cerraron sucursales, o  mantienen un solo local. Lo importante es no bajar los brazos y pelearla, porque siempre de las todas crisis se ha salido.

31/03/2017
Caída de ventas y cierres  de comercio en la ciudad

Por las caídas en las ventas, varios comercios de la ciudad atraviesan una crisis que desencadena el cierre de locales o mudanzas para bajar costos de alquiler. El impacto se hace sentir también con despidos.

Carteles de ofertas, descuentos de hasta el 40% en pagos de contado, 10% en pagos con tarjeta, o  el clásico lleve dos y pague 1, son algunas de las opciones. Desde hace meses que los comercios sienten la pérdida del poder adquisitivo de sus clientes.

Se estima que las ventas minoristas habían caído un 20 por ciento. A esto se suma el incremento en los costos para mantener abiertas las puertas de los locales que cierran en varios casos, más de tres veces en la semana, sin una venta. Es así que, de a poco, las vidrieras comenzaron a pintar en aerosol: "Liquidación por cierre". El problema que aún con una rebaja importante, por pago de contado, la gente tiene que tener el dinero para sacar de una sola vez y no lo tienen.

Frente a este escenario una de las situaciones que se está repitiendo en los comercios locales es el retiro del microcentro, comenzaron a dejar el sector para mudarse a zonas no tan alejados pero con alquileres mucho más bajo. Hay locales cuyos alquileres oscilan entre los 5 y los 8 mil pesos, los más pequeños. Si a este valor se le suman los aumentos en las tarifas, se presenta un problema de difícil solución. A esta situación de los clientes, se suman las  elevadas tasas de interés que aplican los bancos a las tarjetas.

En los últimos días, por ejemplo en el rubro alimentos, se han visto que muchos productos de primera necesidad han bajado de precio, especialmente en verduras y frutas. De a poco van entendiendo que más vale vender un producto a un precio menor, que tirarlo por falta de adquirentes.

Otro rubro que tuvo un alza importante fue el de panificación. Existe una diferencia abismal entre los comercios del ramo. El kilo de pan oscila, según la panadería, entre los 24 y 30 pesos; las facturas, desde 50 a 120 pesos.

La mayoría coincide en que hay que prepararse  para una temporada con  menos demanda,  y para ello ofrecerán alternativas que estén disponibles a todos los bolsillos, bajo la vieja premisa de las “TRES B” que siempre ha dado resultado: BUENO, BONITO Y BARATO.

Lo cierto es que resulta triste caminar por el centro de la ciudad, y ver conocidos comercios cerrados, o que su mudan de sus lugares tradicionales. No es una situación fácil de digerir, que a muchos los lleva a mirar la botella media vacía y es lo peor que les puede ocurrir, porque se dejan llevar por la ira, la tristeza, no ven salida a la situación, que no son nuevas, sino que se repiten una y otra vez como si fueran ciclos, de acuerdo a quién esté en el gobierno de turno. Pero hay algo que nos caracteriza…. Y es ese empuje que tenemos para sortear las dificultades, que no nos merecemos, pero que están. A no bajar los brazos y a pelearla. A empezar a usar el ingenio, que es una de las virtudes que  nos caracteriza a los pringlenses.

 

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