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Entrevista

Curutchet: “El enemigo número uno del acceso a la vivienda es la infl ación

El presidente del Banco Provincia, Juan Curutchet, analizó la nueva política de créditos hipotecarios y la importancia de controlar la inflación. Y dio precisiones sobre cómo avanza el reordenamiento de la deuda que mantiene el Gobierno con la entidad.

15/04/2017
Curutchet: “El enemigo número uno del acceso a la vivienda es la infl ación

¿Cuáles son las expectativas de los préstamos hipotecarios?

Queremos que el Banco Provincia vuelva a ser sinónimo de casa propia. Y creo que gran parte de los cambios macroeconómicos y el sinceramiento del año pasado que fueron costosos para la gente, era para ir construyendo un país más normal y que los bancos sirvieran para cambiar el auto y cambiarse la casa. Hay algo hecho pero falta parte del camino, como tratar de bajar la inflación más en línea con los países de la región. Aun así, la confianza de la gente ha mejorado mucho y tenemos una gran demanda de hipotecarios. El enemigo número uno del acceso al crédito, es decir a la vivienda, es la infl ación. Esta es una estructura de créditos que permite convivir con la infl ación, pero obviamente si esta baja, la demanda crece astronómicamente.

¿Cuáles son las ventajas y la proyección a futuro?

 El Banco Provincia tiene dos puntos distintivos. Nuestro préstamo es también para construcción, que es un reclamo sobre todo en el interior bonaerense, donde no hay tantas casas nuevas a la venta. Además esto genera un dinamismo en la economía local. Y por otro lado, no nos aferramos a la exclusión de vivienda única familiar; al que le salta una propiedad le podemos dar el préstamo.

Arrancamos sin eso y veremos cómo evoluciona. Y esperemos a futuro que haya mejoras como el de financiar más del 75 por ciento, cambiar la relación cuota-sueldo o ampliar los montos.

 ¿Puede generarse especulación y que lo solicite alguien con muchas propiedades?

 No es la idea. Si eso sucede en forma importante tendremos que restringir. Con el Procrear subió el valor de la tierra.

¿Cómo se puede controlar esto o es una cuestión de mercado y el Estado se encuentra limitado? Todo esto lo coordinamos en la mesa de bancos. El Nación va a lanzar una línea de desarrolladores, para alentar la oferta también. Acá no está por ahora, pero va a estar más adelante. Pero siempre que haya más demanda los precios tienden a subir. Pero si la economía entra en un círculo virtuoso, vas a tener oferta y demanda creciente. Los precios activos en Argentina están algo bajo a lo que podrían estar con la economía a pleno, y me remito a los valoren inmobiliarios de Montevideo, Asunción o Santiago de Chile. Lo que pasa es que el porcentaje de gente con acceso a hipoteca bancaria es muy alto en otros países, y acá es marginal.

El argentino sigue pensando en dólares. ¿Puede ser un riesgo esto teniendo en cuenta que hay sectores que insisten en que existe un retraso cambiario?

No le veo impacto en el mercado inmobiliario. En medida que el programa de UVA (la Unidad de Valor Adquisitivo de indexación que sigue la inflación) se consolide, algo que será a unos cuatro años, va a ocurrir que empiece a disociarse el valor de la propiedad del dólar. Nuestros préstamos son hasta 150 mil UVAs (hoy están en unos 18 pesos). Lo que pasa que en Argentina como consecuencia de que hemos destrozado la moneda en los últimos 70 años, la gente compra dólares o ladrillos. Por eso ambos están pegados. Hay que romper esa lógica, que no se hace a punta de pistola.

 Para que tengan éxito los préstamos es clave el control de la inflación. ¿Pero a qué precio? ¿Frenando el consumo o como dijo Dujovne importar más ayudaría?

El plan de Gobierno es gradual a cuatro años, y se está cumpliendo. Lo que pasa es que como las tarifas el año pasado tuvieron un sinceramiento parcial por cuestiones políticas y judiciales, están impactando este año. Por eso la inflación de los últimos meses del año va a ser más baja y en promedio va a dar abajo del 20 por ciento. No hay posibilidades de tener un crecimiento sustentable sin inflación baja.

Argentina tiene una presión tributaria del primer mundo, ¿Cómo se puede revertir esto en un plazo razonable?

Peor que el primer mundo. Tenemos un montón de tasas más altas que Inglaterra, por ejemplo. Pero el año pasado fue el primero en muchos donde bajó la presión tributaria en el país. También tenemos un défi cit fi scal muy grande, y como la sábana es corta no podemos hacer milagros. Pero el crecimiento económico a futuro tiene, en parte, invertirse en bajar la presión tributaria.

 

¿En qué situación está la deuda que tiene el Gobierno bonaerense con la entidad?

Teníamos una deuda de 30 mil millones de pesos cuando asumimos, y cayó a 23 mil millones, y de esos nos quedan unos 11 mil millones solo en una precaria situación jurídica. Pero lo que es muy relevante es que la Provincia y los municipios tengan saldos a favor.

 Antes nos debían plata y estaban en rojo. Ahora nos deben pero tienen depósitos. Cuando asumí había 100 municipios con dificultades y terminamos el año pasado con dieciséis, y sólo dos en una situación grave.

El gremio denuncia que no fueron reemplazados puestos de trabajadores que se jubilaron. ¿Cuál es la situación?

Se reemplazan todos. Tenemos la misma plantilla del día que asumimos. Es un mito de sectores sindicales que se niegan a hablar de otras cuestiones, como la productividad. A ellos les preocupa que haya en presidente que cree que hay que mejorar los procesos, sumar tecnología y que las mejoras pasan por ahí y no por la mera contratación de más gente.

Días atrás salieron a timbrear. ¿Qué expectativas tienen de cara a las elecciones?

 La gente en general mantiene la esperanza. Creo que a Cambiemos le va a ir bien en las elecciones. La situación econó-mica no es floreciente, somos plenamente conscientes, pero hay una demanda de cambio más amplia que lo económico, que en combinación con que el sacrificio vale la pena para estar mejor, explica el mantenimiento de la popularidad del Gobierno y del fenómeno que es María Eugenia Vidal.

Por Fernando Delaiti

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