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Andrés Goñi

El arte de forjar el acero.

Este arte milenario tiene sus técnicas y secretos. Andrés Goñi es un pringlense, que en sus ratos libres, utiliza este arte para reciclar distintas piezas de acero y transformarlas en cuchillos.

18/05/2017
El arte de forjar el acero.

El trabajo que realiza Andrés Goñi es bien artesanal, al cual le dedica parte de su tiempo libre para crear diferentes cuchillos utilizando, siempre, material reciclado como “un perno de sulky, o unas tijeras de tusar, o cualquier otro material de acero para transformarse en un lindo cuchillo”, como el mismo lo señaló. 

El arte de “cuchillero” lo descubrió por azar, “en el 2014, cuando hice el primer curso que se dictó en la Escuela Profesional. Fue de casualidad porque yo fui para hacer una consulta y terminé escuchando la charla de elaboración de cuchillos por desbaste y por caldeo, que son dos tipos de técnicas que se emplean para darle forma a la hoja de un cuchillo”, relató Andrés. .
Mientras nos mostraba sus trabajos, nos explicó que “cuando se hace un cuchillo es por desbaste, primero se dibuja en el acero la hoja que se quiere hacer, se corta con la amoladora y después se comienza a trabajar a mola o a lija hasta darle la forma deseada. Y después se hace el pulido, también, a mano”
Pero si el cuchillo a fabricar es por forjado, “la pieza que se va a trabajar se la lleva a la fragua a una temperatura de 800, 1000 o 1.200 grados, que es la temperatura de caldeo. Luego la pieza se coloca sobre una bigornia y se la estira con una maza, cuando se enfría se la vuelve a calentar hasta logar el largo deseado y después se hace lo mismo que con el desbaste, se dibuja sobre la hoja, se la corta y se comienza a trabajar. El pulido de la hoja también lo hago a mano. Yo hago todo, desde la hoja hasta el cabo”, relató este artesano..
Elaborar un cuchillo puede demandarle una semana, quince días o más, porque “depende mucho el tiempo que le dedicás y lo complejo de la hoja que se quiera hacer. Todo depende del material a usar, de la técnica”, dijo Andrés. .
“Esto a mí me apasiona –agregó; yo creo que una de las principales cosas que se necesitan para dedicarte a hacer cuchillos es que no lo tenés que ver como un comercio, sino como algo que te gusta”. Y aseguró: “Cuando hago un cuchillo, es tanto las ganas y el cariño que le pongo al trabajo, que me cuesta desprenderme de él”.
Como todo trabajo artesanal, “no vas a encontrar dos cuchillos iguales. He tratado de hacer cuchillos similares a otros pero siempre son diferentes. Por eso también el precio es diferente”.
En cuanto a los materiales que utiliza para la elaboración de los cuchillos “son todos reciclados desde discos de sembradoras para la hoja, hasta las astas de vaca o pezuñas de avestruz para los cabos. Los rayos de madera de un sulky son muy buenos para los cabos o para la funda de un cuchillo. Los cilindros de molinos y monedas antiguas también las uso para los cabos”.
“Y si alguien tiene un trozo de acero o un perno que era de alguna herramienta de un abuelo, que no lo tire porque se puede convertir en un lindo cuchillo”, concluyó este “cuchillero” que a fin de mes estará finalizando un nuevo curso en la Escuela Profesional, “el de acero Damasco, que es un trabajo más complejo”.
Concluyendo la nota expreso su agradecimiento a Victor Bassano instructor del curso de cuchillería en la Formación Profesional Nº 401.
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