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Pobreza: la realidad no se condice con la última medición del Indec

Si bien el instituto anunció que hay 1,9 millones de pobres menos que a fines de 2016, referentes sociales de la zona aseguran que la demanda de asistencia sigue subiendo. Advierten, además, que la situación podría empeorar.

07/04/2018
Pobreza: la realidad no se condice con la última medición del Indec

Los números del Indec fueron el tema central de la reunión de esta semana entre el presidente Mauricio Macri y su gabinete: según el organismo, la pobreza bajó al 25,7% en el segundo semestre de 2017, lo que indica que 1,9 millones de personas que eran pobres hace un año ya no lo son. Los datos fueron difundidos en medio de un clima de optimismo y alegría que, al menos por el momento, no comparten la mayoría de las instituciones de la región que atienden problemáticas sociales.

   “Desde el mes de enero decimos que esto va a empeorar, y eso se está dando”, dijo a La Nueva. la coordinadora del Comedor Comunitario Spíritu Santo en Coronel Suárez, Norma Gaab.

Norma Gaab.

   El centro recibe a unos 60 chicos por sábado. Debido a la demanda están evaluando habilitar el comedor durante la semana, pero hay un problema: “los números no dan”, aclaró la directiva.

   “Desde hace unos meses vienen familias enteras a pedir mercadería porque no llegan a fin de mes. Son gente que tiene trabajo o changas, pero no llegan con su sueldo”, contó Gaab. 

   “Y lo peor se va a ver en unos meses, cuando el aumento de las tarifas se sienta en los hogares humildes y los despedidos de (la fábrica de calzado) Dass que no han conseguido trabajo se gasten la indemnización”, advirtió.

   La hermana Liliana Moyano, directora del Hogar La Providencia, también de Suárez, coincidió en que se están viendo problemáticas muy difíciles. 

   “Somos testigos de situaciones límites -confió-. La semana pasada anunciamos la entrega de zapatillas y de entrada se presentaron 160 personas. Algunos hasta se llevaron zapatillas con números distintos, pero igual se las dieron a sus hijos para que al menos pudieran tener un par nuevo”.

   Virginia Apphatie, directora de Cáritas Parroquial de Pigüé, dijo que la demanda de ayuda está en alza.

   “En los últimos meses se han acercado más familias. Son gente trabajadora, con un ingreso medio, que de golpe se encontraron con que no llegan a fin de mes o no pueden alimentar como corresponde a sus hijos. Esta situación nos ha sorprendido”, confesó.

   "Ayer vino una chica que nos contó que llegaba a pagar alquiler y servicios, pero no le quedaba nada para la alimentación básica”, agregó.

   En Coronel Pringles -reconocieron varios actores sociales- la situación es similar: la demanda de ayuda no decae, sino que aumenta.

María Fernández.

   “No te digo que hay pobreza extrema, pero sigue viniendo cada vez más gente pidiendo ayuda. Todos los meses se suman 7 u 8 familias, y en este último tiempo te puedo decir que estamos igual o peor. Los nuevos que llegan dicen que no les alcanza el dinero y no hay fuentes laborales”, contó María Fernández, de Cáritas.

   Mario Machado, responsable de dos de los comedores comunitarios locales -Rinconcito de Acuarela y Acuarelados- dijo que la entidad trabajó siempre con niños, aunque últimamente “se han sumado 3 o 4 familias enteras, o madres con chicos, que piden leche, fideos y alimentos para la semana”.

Mario Machado

   “Teníamos 25 chicos en cada comedor, pero ahora hay 10 más. La necesidad se nota, se ve. Hay gente que hace 20 cuadras los fines de semana por un plato de comida”, agregó.

   Fuentes del área de Acción Social del municipio de Tornquist coincidieron: “en lo que va del año ha aumentado notablemente el número de personas que vienen a solicitar la bolsa de mercadería y el refuerzo”.

   “También creció la demanda de ayuda económica para el pago de energía eléctrica y gas, ya sea envasado o natural. Esto se debe, según nos comentan las personas que se acercan a la oficina, a que no cuentan con los recursos suficientes para hacer frente a los precios actuales de la canasta básica”, señaló la fuente consultada.

   Ana Schneider, coordinadora del comedor barrial El Parquecito de Tres Arroyos, dijo que “desde 2017 se nota un aumento” de la demanda.

   “Empezó a entrar una buena cantidad de madres con sus hijos. Se ve la pobreza, el hambre. Antes teníamos anotadas a 50 personas, y hoy son casi 80”, describió.

   “El problema -no duda- es que no hay trabajo. Todas las madres que se acercan son solteras. Antes no venían, pero ahora están al almuerzo y a la merienda”.

A los comedores han empezado a llegar familias que piden comida porque, si bien tienen trabajo, les alcanza sólo para pagar el alquiler y los servicios básicos.

   Marta Blasetti, coordinadora de los jardines maternales Frutillitas I y II, dijo que  la asistencia a madres jóvenes comenzó "hace ya 3 o 4 años".

   "No veo un incremento extraordinario (en la demanda), pero tampoco se puede decir que la situación ha mejorado”, agregó.

 

24% más. Hugo Echeverría, presidente del Consejo Escolar de Monte Hermoso, dijo a La Nueva. que la asistencia a los servicios alimentarios escolares aumentó un 24%. “Las familias no pueden cubrir sus necesidades, y está muy claro que (la situación) va a empeorar”, sostuvo.

Duplicado. Rosana Sotelo, del área de Acción Social montehermoseña, dijo que la demanda “se ha duplicado” respecto de hace un año. “En febrero se reducen los pedidos por el trabajo de temporada (estival), pero este año fue mucho mayor”, lamentó.

Desesperados. Claudia Fuhr, directora interina de la Casa del Niño de Carhué -donde se cuida a niños de 45 días a 12 años de edad-, dijo que desde noviembre del año pasado hasta hoy la demanda de ayuda subió un 20%. “Las familias que vienen a pedir lo hacen con mucha desesperación por la necesidad de trabajo”, contó.

El unico alimento. La coordinadora del taller Salón San Cayetano de Puan, licenciada Alejandra Zabala, dijo que ha aumentado la asistencia a chicos de 6 a 12 años de edad. “A los chicos que vienen a apoyo escolar les hacemos un refuerzo (alimentario). Acá vienen, estudian, se recrean y saben que tienen su merienda. Más de uno se va, quizás, con el único alimento que va a comer antes de irse a dormir", comentó Zabala.

Cáritas. “Lo que más nos preocupa, ahora que se viene el invierno, es el tema del gas y la leña. Hay familias que no tienen gas natural y que se sostienen con garrafas y leña, cuyo costo subió muchísimo. Esto es algo que estamos conversando con otras Cáritas de la zona” (Virginia Apphatie, de Cáritas Pigüé).

LA NUEVA 

 

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