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Ciclo viajero alemán paso por Fra-Pal

Cuando viajar cura el alma

17/11/2018
Cuando viajar cura el alma

Michael Oefele, tiene 42 años y recorre América desde hace 2 años. El jueves pasado llegó a Fra-Pal e hizo noche para seguir su recorrido hacia el Sur, exactamente hasta Tierra del Fuego.

En diálogo con Michael, mientras terminaba de acomodar sus cosas en horas de la mañana del viernes, nos contó parte de su historia de vida.

 

Nació en Bavaria, sur de Alemania a 100km de Munich . Es profesor de Educación Física y de Economía. En sus tiempos libres se dedica a viajar, y muchas veces no solo lo hace con su bicicleta, sino que también combina su auto con la bici, para avanzar más rápido.

 

Desde los 16 años que comenzó a viajar, y no dejó de hacerlo... A sus 15 años perdió a su padre, y luego de esa situación, comenzó sus recorridos por todo el mundo.

A los 18 años, compró su bicicleta, la que actualmente sigue utilizando, y el peso total de su equipaje de viaje, es de 70kilos.

 

   Es la segunda vez que recorre toda América. Su primer ciclo viaje por este continente, fue en el 2006 y duró 4 años. (Hasta el 2010). Desde Canadá hasta la Patagonia Chilena (no llegó hasta Tierra del Fuego por época de mucho frio), y recorrió parte de Argentina en el sur, un tramo de la ruta 40.

Luego volvió a su país de origen a trabajar por 6 años, y en 2016, decidió nuevamente salir a recorrer el Mundo. Por otra ruta diferente, donde incluyó España, Portugal, Cuba, Colombia, Venezuela, Brasil, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Argentina dentro de su Itinerario, Para luego culminar su viaje por América, en Tierra del Fuego, pasar hacia Chile y tomar un avión hacia Tailandia, (su único lugar del mundo sin conocer). Más tarde continuar por Asia, Indonesia, Tailandia, Vietnam, Bangladés, India y África.

Uno de sus golpes más duros en sus viajes, recuerda que fue cuando estaba recorriendo América por primera vez, y recibió un mensaje cuando se encontraba al norte de San Francisco (Estados Unidos) , comunicándole que había fallecido su madre en Alemania.

 

   Confundido y desorganizado, dejó todas sus cosas en la casa de una pareja que le ofreció ayuda, y tomó un vuelo hacia su lugar de origen, retomando su recorrido nuevamente luego de un mes del fallecimiento de su mamá, el cual lo ayudó para estar mentalmente bien y equilibrado, porque a partir su muerte, su vida cambió. A través del trabajo físico, él limpiaba su mente, y sacaba su tristeza.

Recuerda que fue algo muy duro y muy importante retomar su viaje aquella vez, para poder continuar su vida, mirando siempre hacia adelante.

 

   También nos contó, que su paso por Venezuela fue muy grave (en esta segunda vuelta, aproximadamente mes de Mayo de este año), ya que quisieron terminar con su vida. Tres personas a caballo y con capuchas, se aparecieron, y con machetes y a piedrazos, lo persiguieron por un camino de ripio inhóspito, causándole heridas graves en su cabeza (rompieron uno de sus tímpanos) y salvó de milagro su vida, ya que herido y sangrando de los golpes, mantuvo el equilibrio como pudo en su bici, llegó hasta una casa, pidió ayuda y aunque no lo recibieron, quedó cerca de esa casa y estos maleante se fueron. Siguió su camino, hizo la denuncia a la policía de ese país por lo sucedido, y una familia le ofreció ayuda y lugar para quedarse en su casa.

Luego de atenderse por días en un hospital por sus heridas, antes de irse, esa misma familia le robó el dinero que llevaba en efectivo. Entonces se dio cuenta que no podía seguir más en Venezuela y buscó huir de allí lo antes posible.

Pero dentro de las cosas malas que le han pasado, también nos cuenta que la gente de América del Sur, por lo general es muy amable. Sin ir más lejos, su paso por Pringles quedó grabado por la calidez humana, ya que en un autoservicio, al que él llamó "El Supermercado de Alberto", fue a pagar a la caja, buscaba cambio para darle al cajero, y le dijo que lo dejara, que no había problema... hablaba con las señoras en el supermercado como si fueran de la familia y hasta una de ellas le regaló chocolates para su viaje.

   También nos contó, que en la bicicletería frente al municipio (comercio de los hermanos Mandrini), lo ayudaron y le dieron repuestos por si en el camino los llegaba a necesitar.

“Son cosas muy agradables que a uno le quedan guardadas en el corazón.." nos comentó mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

 

Luego de haber terminado la entrevista, nos comenta que no dejará de viajar hasta que su cuerpo le diga basta, y que seguirá viajando todo el tiempo posible, ya que es el estilo de vida que eligió.

Michael acomodó sus últimos detalles en el equipaje, saludó a Pancho (una llama que se encuentra en el Paraje), se tomó algunas fotos, y luego de despedirse, siguió su ruta para continuar con su sueño.

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