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Gestos que trascienden

El noble acto de un pringlense con los niños de Sumampa

18/12/2018
El noble acto de un pringlense con los niños de Sumampa

Lucas Margiotta es camionero, todos los días se cruza con los niños de Sumampa (Santiago del Estero), quienes caminan 8 kilómetros por el desierto para poder estudiar. El pringlense, con su camión, les permite volver a sus casas a reencontrarse con sus familias.

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Las buenas acciones hay que destacarlas, acciones que nos demuestran que no todo está perdido, que siempre hay alguien dispuesto a dar una mano por el otro.
En este caso les contamos la historia de los niños de Sumampa (Santiago del Estero), quienes caminan por el desierto unos 8 kilómetros diarios para poder ir a estudiar.
Con unos 40 grados de temperatura, un camionero pringlense al que los horarios de su trabajo le combinan para pasar por el lugar donde los niños parten de regreso hacia sus casas para reencontrarse con sus familias, tras la asistencia a clases, traslada a los niños de Sumampa y les evita soportar la caminata en el desierto, dejando a cada en su domicilio.
Se llama Lucas Margiotta, y a través de una publicación en las redes sociales dialogó con Diario EL ORDEN para contar una noble historia.
"Soy camionero y los cruzo cerca del mediodía" escribió, sobre los niños de Sumampa. "Siempre los alzo y los reparto a cada uno por sus casas. Soy Lucas Margiotta, camionero y colectivero de estas hermosas criaturas".
"Los niños de Sumampa (Santiago del Estero) pertenecen a familias muy humildes" cuenta el pringlense, "muchos de ellos y sus familias viven en casitas cerca del Río Utis (brazo del Río Dulce) donde cazan la carpa (pez de río) con una especie de barcaza armada por ellos, las venden y pueden sobrevivir".

Estos niños, caminan diariamente unos 8 kilómetros cada mañana para poder asistir a la escuela, y el regreso a sus hogares -con unos 40 grados de temperatura- lo hacen arriba del camión del pringlense Lucas Margiotta, quien gracias a sus horarios puede trasladarlos.

"Al mediodía cuando vuelvo a la cantera donde trabajo, los alzo y los llevo a sus casas, son todas muy buenas personas, me han invitado las familias a la casa a comer, compartir chamamé y pescar".

Lucas Margiotta es pringlense y vive actualmente en Olavarría, es el hermano mayor de Federico Nicolás. En su trabajo en la provincia de Santiago del Estero y Córdoba, trabajo que realiza desde hace varios años, traslada piedra a los obradores.
Él no es el único de los camioneros que se solidariza con los niños de Sumampa, en esa y otras empresas que trabajan para la cantera se turnan para poder trasladar a los niños a la escuela y a sus hogares.

 

 

"Nos turnamos porque es muy difícil para esos niños caminar por ahí, en medio del desierto, con animales peligrosos. Yo en Pringles tenía la Escuela 6 a dos cuadras, tenía todo cerca y me costaba ir, imagínense a estos niños. Y ellos van felices a la escuela".

Lucas cuenta que los niños de Sumampa tienen una vida muy diferente a la nuestra, viven sin nada y aprenden a sobrevivir.
"Viven de la caza -salen a cazar nutrias, vizcachas- es su forma de vida, tampoco tienen agua, juntan el agua de lluvia y sobreviven con eso. También cuando el Río Utis se rebalsa, se inunda y queda todo bajo agua. En una ocasión el profesor pasó tres meses sin salir de la escuela, esperando que bajen las cauces del rio".

Para cerrar, Lucas indica que le gustaría que esos niños pudieran contar con algún transporte para que puedan ir a estudiar, y que puedan seguir estudios a medida que crecen.

El pringlense es un granito de arena que posibilita que estos niños puedan regresar a sus casas evitándoles la caminata de 8 kilómetros.
Ahora, Lucas retornará a nuestra ciudad a pasar las fiestas con la familia, y retornará a su trabajo para los meses de enero y febrero.


Un gesto que pinta entero a Lucas Margiotta, y lo más importante es cuando las acciones se realizan de corazón.
Estas acciones solidarias son las que más repercusiones tienen, son las más efectivas y duraderas, porque las hace diariamente al ayudar a 8 pequeños, que día a día, cruzan el desierto para poder estudiar. No existen palabras, todo lo ha dicho él en la nota, y a nosotros de aprendizaje.

 

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