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Desidia, policía a juicio y un femicidio que ¿se pudo evitar?

23/12/2019
Desidia, policía a juicio y un femicidio que ¿se pudo evitar?

El oficial Guillermo Damián Erro tendrá que responder por tratar de encubrir a su hermano en un caso de violencia de género. Días después, la joven víctima murió a manos de otro hombre.

 


Doce días antes de que Julián Di Paolo la matara a puñaladas y se suicidara, Florencia Rueda había sufrido el último ataque machista del que pudo sobrevivir. Pero no fue de su asesino, sino de Federico Javier Erro, su expareja y padre de un hijo en común.
El 25 de septiembre de 2017, sobre las 6, en Coronel Pringles, se registró el penúltimo acto de violencia de género en la tortuosa vida de Florencia, con apenas 25 años de edad.
De Federico había logrado separarse 10 meses antes, después de 7 años de relación. "Era violento y me golpeaba", decía ella.

 

Julián Di Paolo, el femicida de Florencia, se ahorcó luego del ataque.

 

Sin embargo, nunca pudo escapar de ese círculo maldito, que parecía atraparla con casi todos los noviazgos que iniciaba.
Aquella madrugada, Federico irrumpió en su casa y comenzó a agredirla, con insultos y violencia en sus brazos. El hombre se llevó al hijo de ambos -en ese momento de 4 años- y regresó para continuar el ataque, aunque la policía fue alertada y frustró un hecho más grave.
El oficial subinspector Guillermo Damián Erro, hermano de Federico, se enteró del hecho y llamó a la comisaría de la Mujer para que no intervenga. Dicen que ordenó el traslado de la joven a la seccional pringlense.
Florencia fue recibida por su excuñado, quien la hizo pasar a una oficina y le tomó una declaración a modo testimonial, no como denuncia.
"Cuando le preguntaron si instaba o no la acción penal ella dijo que sí, pero el oficial puso que no", según consta en la causa.
La mujer recibió una copia recién ante su insistencia, porque Guillermo Erro no quería dársela, al argumentar que "las denuncias y las declaraciones quedaban en la dependencia".
"Consignó lo que quería y no lo que yo le dije", sostenía Florencia.
"No señaló que estaba dentro de mi pieza. Además, entró en mi casa contra mi voluntad, nos golpeó, se llevó a mi hijo una cuadra de distancia, luego regresó y cuando llega la policía lo único que hace es sacarlo de la casa. Al final me preguntó si yo instaba la acción. Le contesté que sí pero puso que no", había ampliado la joven en la fiscalía.

 

No firmó él
Para colmo, al final de la actuación no firmó el oficial Erro sino la oficial subinspector Cristina Isabel Juárez, quien no estuvo presente en la declaración.
Esta última situación fue confirmada por la propia policía.
"Guillermo Erro le tomó la declaración a Florencia. Yo recuerdo haber entrado varias veces a la oficina porque estaba haciendo otras diligencias. No presté atención a lo que ella estaba declarando, sí recuerdo haberle ofrecido un vaso de agua porque no la veía muy bien. Cuando terminó, delante de ella Guillermo me pidió si yo podía firmar la declaración porque él no podía, ya que se trataba del hermano (del denunciado). Y así lo hice", declaró Juárez.
Guillermo Erro fue indagado por falsificación o adulteración ideológica de documento, incumplimiento de los deberes de funcionario público y encubrimiento calificado.
Negó los cargos y aseguró, por el contrario, que era Florencia la quería declarar ante él, aunque se contradijo al referirse a la firma del acta cuando declaró que la joven "estaba en disconformidad que la atienda yo" y por eso figuraba su colega Juárez.
Florencia estaba cansada de que no la escucharan. De llamar a la policía y que no fueran cada vez que la agredían. Y el 6 de octubre de 2017 no se la escuchó más.

No fue Erro pero sí Julián Di Paolo -una nueva pareja no formal- quien interrumpió su vida en presencia de sus hijos de 11 y 4 años, a quien también hirió. Y después se ahorcó en un establecimiento rural.

 

Tendrá que ir a juicio
La jueza de Garantías Susana Calcinelli negó el sobreseimiento pedido a favor del policía Erro.
El defensor particular del oficial, Pablo Damián Soteri, apeló la medida. Consideró que no estaba probado el delito ni la autoría de su asesorado.
Pero ahora la Cámara Penal acaba de confirmar la resolución de Calcinelli, con lo cual Erro tendrá que ir a juicio oral por no cumplir con sus deberes de funcionario, encubrir la conducta de su hermano y falsificar el documento.
La Sala I del cuerpo judicial, con los votos de los jueces Pablo Soumoulou y Gustavo Barbieri, ratificó esa decisión en las últimas horas.
A criterio de los camaristas, el defensor "solo discrepa con el modo de apreciar la prueba" de parte de la jueza de primera instancia, pero "sin demostración de arbitrariedad".
El testimonio de la oficial Juárez -como complemento de la denuncia- fue de vital importancia para la Cámara, porque fue ella quien confirmó que "llamó por expreso pedido de Guillermo Erro a la Comisaría de la Mujer para que trasladaran a Florencia a la Estación Comunal para tomarle declaración testimonial, y que la declaración fue recibida por el suboficial Guillermo Erro -hermano de la persona que denunciaba Florencia-, quien no dejó debida constancia de los sucesos relatados".
Admitió, además, haber firmado la declaración testimonial de la joven sin estar presente en el acto.
En definitiva, consideraron que los elementos probatorios son "suficientes" para elevar la causa a juicio.
Soteri hizo reserva de presentar recurso ante la instancia federal, aunque se estima que no va a prosperar.

 

Una vida rodeada por la violencia
Emblemático. El camino que condujo al femicidio de Florencia es bastante común en este tipo de casos de violencia de género. No solo por los ataques recurrentes de los que fue víctima la joven sino por la falta de una respuesta eficiente o a tiempo de quien debería haberla protegido.
Círculo. Sin embargo, al mismo tiempo surge una pregunta casi inevitable: ¿puede alcanzar la mano del Estado para resguardar o rescatar a mujeres que parecen estar condenadas a vivir dentro de estos círculos de violencia? ¿De qué manera?, en la medida que no se elimine, definitivamente y en forma general, la cultura machista.
Hasta un hermano. Tras el deceso se supo que uno de los 9 hermanos de Florencia también la golpeaba, en complicidad con Federico Erro.
FUENTE LA NUEVA

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