viernes 19 de abril de 2024
Muy nuboso 12.8ºc | Pringles

MENSAJE

Saludo de Navidad del Padre Pedro E. Fournau

24/12/2019
Saludo de Navidad del  Padre Pedro E. Fournau

Queridos vecinos de Coronel Pringles:

Aprovecho la cercanía de la Fiesta del Nacimiento de Jesús para desearles las Paz que el Niño nos ofrece, y a las puertas de un nuevo año implorar juntos las bendición del Señor para el tiempo que empezaremos a compartir, dando gracias también por todo lo recibido de su Providencia en este año que culmina.

Dice el Profeta Isaías (lo escucharemos en la Misa de Nochebuena) que "el pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz; sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz" (Is 9,1). Esa oscuridad no nos resulta desconocida, ni lejana. Tenemos experiencia, a veces muy dolorosas y cercanas, de violencia, de mentiras, de injusticias, de divisiones. Esa tiniebla se esconde en el rostro endurecido de la insensibilidad, y en corazón atrofiado del que tranza con la corrupción y la usura. Pero para los cristianos, esa Luz bendita llamada a ser fogarata que arda de amor el mundo entero, esa Luz tenue que empieza a disipar la noche, también tiene un rostro concreto y un nombre que es misión: es Jesús que traducido significa "Dios salva", el Hijo de Dios y de María, el Emanuel "Dios con nosotros" que se hace hombre para que los hombres compartamos la vida de Dios. Esto es lo que celebramos en Navidad: la Navidad es Jesús, que nace y nos trae la oportunidad de la Paz. Sin Dios, sin Jesús, la Navidad (y si me permiten, la vida entera) pierde su sentido trascendente y se queda trunca en un simple disfrute pasatista, muchas veces signado por el consumo.

Para qué nace Jesús? Este Niño nace para hacer la comunión siendo la "luz del mundo" (Jn 8,12), y en torno a este fueguito y calor que se enciende en Belén, alrededor de la belleza que irradia, todo (Dios y el hombre, los hombres entre sí, y la creatura con la creación) se va uniendo y reuniendo en comunión. Este Niño es el Dios que se hace hombre, y se hermana con todos los hombres, y si lo dejamos puede también hermanarnos haciendo la comunión entre nosotros. Nace para unir: a María y a José, y a todas las parejas; y a unirnos con la creación, nuestra "casa común", pues en gozosa armonía en el pesebre están en torno a Él los asnos, bueyes, ovejas y hasta las estrellas que se detienen en Belén para señalar al Emanuel (Mt 2,9). Este Niño causa también la comunión entre los hombres, pues ahí en el pesebre nadie sobra ni es condenado, aunque sus orígenes son bien distintos: están los pobres, los pastores, los primeros que se enteran y alegran, y están también los magos con valiosas ofrendas. Gente del lugar y forasteros, los humildes y los sabios, todos están alrededor de ese Niño. Ninguno de ellos se dice o cree poseedor de la verdad, sin embargo todos la andan buscando y para encontrarla han peregrinado hasta el mismo lugar.

Vale el esfuerzo de quedarnos, en familia, un ratito mirando el pesebre que lejos de ser un adorno es para el cristiano un Evangelio en sí mismo. Al contemplarlo, descubriremos que el Señor algo nos quiere decir. El querido Papa Francisco hace poco nos ha recordado que el pesebre es una invitación, pues en el se nos invita a tocarlo, al tocar la ternura de un Dios que por misericordia se hace pequeño para engrandecernos, que se hace pobre para enriquecernos.
Es una invitación, también, a seguirlo en ese modo que eligió nacer, vivir y morir. Seguirlo en el despojo, en la humildad y en la pobreza. Y por último, es una invitación a encontrarlo y servirlo en cada hermano, en especial en aquellos que hoy comparten su misma suerte en Belén: los ancianos, los pobres, los que sufren.
Muy feliz Navidad, y el deseo de un bendecido año 2020, con los frutos que nos trae el Emanuel: la paz, la justicia y la unidad para cada familia de nuestro pueblo entero.
P. Pedro E. Fournau Párroco

Te puede interesar
Ultimas noticias