“Haber jugado al futbol le facilita las cosas al árbitro”

El “Colo” HORTICOLOU se sumó a “la hora referee”, y contó sus inicios en el arbitraje, el debut en primera división, los partidos que lo catapultaron a ser uno de los árbitros con mayor proyección en la zona y también las anécdotas que le deja cada domingo.

Marcos Horticolou está considerado como una de las mayores proyecciones en la zona, por su pasado como jugador interpreta las acciones de manera certera, dirige pegado a la jugada y mantiene un ida y vuelta interesante con los jugadores, en donde da lugar a la charla y la humorada, pero siempre manteniendo la severidad a la hora de cobrar.

En “La hora referee” habló de sus comienzos, de su crecimiento como árbitro, del comportamiento de los jugadores, de aquel día que le tocó sufrir una agresión y de las cómicas anécdotas que le deja el arbitraje.

¿Qué te llevó al arbitraje?

-Siempre se me había cruzado por la cabeza hacer el curso, pero por una cosa u otra nunca lo terminaba haciendo. En el 2014 empecé de nuevo con la idea, porque tenía miedo de tener una lesión grande jugando al futbol y como no tenía obra social todo podía llegar a ser más complicado, además, quería empezar a pensar alguna alternativa para estar vinculado con el futbol para el día que fuera más grande. También mi novia me empezó a insistir que hiciera el curso al menos para probar, al mes que empecé dejé de jugar al fútbol para meterme de lleno en el arbitraje.

¿Tu debut?

-La primera vez que entré a una cancha como árbitro fue un Libertad vs. Tiro Federal, en infantiles, eran 4 partidos en la tarde, fui para dirigir a los más chiquitos solamente y terminé dirigiendo el de los más grandes también. Los chicos con los que fui ese día, cuando me vieron dirigir a los más peques, me dijeron que estuve bien y que dirigiera a los de octava, me sentía re confiado y le di para adelante. Seguro que habré sido un desastre (risas), pero así fue el inicio.

Y en primera, en la liga del sur, fue un Liniers vs. Olimpo, el que ganaba entraba a los play off, además que era un partido definitorio era mi 7ma planilla en primera y me permitía hacer el curso nacional que tanto me había esforzado para lograrlo, así que fue la frutilla del postre del 2015.

¿Lo más gracioso que te gritaron en una cancha?

-Siempre se les complica cuando quieren insultarme, por el apellido. Un día en ese intento me gritaban distintas formas de apellido, pero el más gracioso fue “colorado Papadopulo” (risas), también otra vez me dijeron: “enano te vas a ahogar en un charco”. Son cosas que uno escucha y después, más tranquilo, se termina riendo.

Algunos jugadores son incansables a la hora de la protesta, ¿Qué jugador sabes que te va a complicar el partido?

-Cuando conoces los equipos porque lo has dirigido alguna vez, sabes cuál es el jugador cabecilla del equipo y que si pones limites a tiempo no sólo controlas a ese sino que prácticamente tenes controlado a todo el equipo, porque si el caudillo no protesta, menos va a protestar un jugador más tranquilo. Y cuando te toca un equipo que jamás dirigiste la experiencia de los partidos te lleva a descifrar rápidamente quién es ese jugador más complicado por así decirlo. Siempre haciendo referencia más que nada a protestas desmedidas, porque siempre va a ver algo para protestar y conversar dentro de la cancha y me parece algo lógico, no se puede pedir que un partido nadie proteste o esté de acuerdo con lo que pitas, siempre busco que esas charlas sean en términos normales. 

¿Qué jugador te impresionó por su forma de jugar?

-El Pocho Troyansky en Olimpo, Lautaro Parisi en Ferro de Pico (ahora está en Arsenal de Sarandi) y Matías Izzi, que juega en la liga de Dorrego, son jugadores que marcan la diferencia cuando tienen el futbol en los pies, pero también es interesante verlos como se mueven cuando la jugada va por otro lado.

Conocer a los jugadores, saber cómo juegan y que mañas tienen, ¿Te ayuda o te perjudica?

-Claramente me ayuda, para mi haber jugado (bien o mal) siempre me favoreció para entender lo que le pasa por la cabeza al jugador y por sobre todas las cosas entender el juego. Tampoco soy de pensar que si no jugaste al fútbol, no podes dirigir, sólo creo que te da más herramientas haber estado alguna vez dentro de la cancha.

El árbitro siempre es criticado, incluso a veces en un mismo partido y por los dos equipos. ¿Cómo te llevas con eso de ser el malo de la película?

-Prácticamente la mayor parte de las críticas que provienen de los equipos son subjetivas, porque cada equipo/hincha busca que el árbitro lo favorezca para poder ganar, si después el árbitro acertó o no, casi a nadie le interesa. Lo que si te tienen que hacer ruido son las criticas objetivas como es la que hago después de cada partido, la que viene de compañeros, instructores o alguien imparcial que son para mejorar y corregir errores.

¿Cuál fue ese partido en donde te salieron todas bien?

-En enero de este año por Copa Argentina, fui designado a Mar del Plata de asistente, fueron veedores de AFA a ver el partido y tuve muy buena devolución, después empecé a ser designado por el Federal  A  todos los fines de semana. Era el partido donde me tenía que salir las cosas bien y tuve suerte. También tuvo uno bueno en Bahía, dirigiendo en la Liga del Sur, Olimpo vs. Sporting, cobré 4 penales, tuve que expulsar a dos jugadores, tuve muchas decisiones determinantes, si fallaba podía afectar en el resultado del partido y por suerte acerté, además eran de los primeros partidos que dirigía y creo que me sirvió para empezar a ganarme un lugarcito en una liga tan importante y con tantos buenos árbitros.

¿La tarde en que no pegaste una?

 -Comercial vs. Villa Mitre, es de los partidos que menos me gustó como dirigí, si bien no es que me comí una expulsión o un penal, sentí que estuve errático. Después hay partidos que no sancionaste un penal o no expulsaste a alguien y después te queres matar, cuando volves a mirar el partido porque obviamente uno es el que menos se quiere equivocar, pero hay que tener autocritica y usar esos errores para ajustar la mira y que no vuelvan a suceder.

Todos los jugadores piden, protestan y creen tener la razón. ¿Crees que son muy buenos actores o que se creen su propia mentira?

-Creo que cada uno busca su beneficio para obtener ventajas, está en nuestro ADN cuando entramos a una cancha a jugar al fútbol, por eso que lejos de molestarme lo tomo como parte del juego y está en nosotros los árbitros lograr leer cada situación y descifrar cuánto hay de real en cada acción.

Las charlas y peleas entre los jugadores en las canchas son imperdibles, ¿te acordas algún dialogo cómico de esos que se pueda contar?

-Me gusta charlar mucho durante el partido con los jugadores para descontracturar la situación, pero tampoco soy de prenderme en el ida y vuelta en momento de discusión con el jugador porque entiendo que están a mil con las pulsaciones y en ese momento no genera una solución, sino todo lo contrario. Igual, una vez uno me tenía cansado, se encargó de reprocharme todo el tiempo y decirme que me vivía equivocando, que no pegaba una, entonces le tiré que cada uno teníamos lo que nos merecíamos, pero que de última podíamos dedicarnos a las bochas, no le gusto para nada (risas), pero bueno, me banqué las respuestas, porque creo que hay que tener códigos y si uno como árbitro dice algo después debe aceptar la respuesta, porque si no sería un abuso de autoridad. Igual después lo hablamos y quedo más que bien y nos terminamos riendo de la situación.

Muchas veces un partido se desborda y lamentablemente el árbitro termina siendo agredido, ¿te tocó alguna vez?, ¿se puede contar?

-Sí, una vez en una liga amateur en Bahía Blanca, un jugador le faltó el respeto a una chica que estaba como asistente y lo expulsé. Se había ido y de la nada volvió y me tiró unos golpes, alguno esquivé a lo “Maravilla” Martínez (risas) una mano me entró media de costado, busqué defenderme, pero también por suerte los dos equipos actuaron rápido y lo agarraron. Lejos de reprocharme algo, se solidarizaron conmigo y repudiaron la acción de ese inadaptado.

“Siempre se les complica cuando quieren insultarme, por el apellido. Un día en ese intento me gritaban distintas formas de apellido, pero el más gracioso fue “colorado Papadopulo” (risas), también otra vez me dijeron: “enano te vas a ahogar en un charco”. Son cosas que uno escucha y después, más tranquilo, se termina riendo”.

EN EL MICRO DE AFA

“Cuando hacia el Curso Nacional, nos llevaban desde AFA a Ezeiza en el micro de la selección, entonces cuando íbamos entrando al centro todos miraban el micro y buscaban pensando que iba Messi, con un amigo siempre nos sentábamos en la parte adelante y le hacíamos seña de atrás (como que iba atrás). Un día en un semáforo a 3 hombres le hacemos lo mismo porque miraban en el micro desesperados, justo se bajó el instructor vestido con ropa de AFA,  (se imaginaban que era la selección) y le intentó explicar que éramos árbitros, después nos contó que eran brasileros y le decían Messi, Messi, Messi (risas).

REACCION DE JUGADOR

“Dirigiendo, a un jugador le hicieron falta, se levantó para protestarme, en eso me tiraron la pelota para alcanzármela por el aire, la dormí con el pie (no entiendo cómo, pero me salió) y cuando me empezó a decir que le saque amarilla al otro, le digo, “¿viste como la bajé?”, ¡enserio te digo!, me dijo, y yo le contesté, “yo también, jamás me sale, déjame disfrutarla”, y nos empezamos a reír y se olvidó de la jugada (risas).