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EL RINCON NN

FUEGO INSOSLAYABLE

09/09/2020
FUEGO INSOSLAYABLE

Toda la fuerza de la naturaleza al servicio de la destrucción. Nada más destellante e intimidante que las llamas ardiendo sobre superficies naturales no preparadas, llenándonos de interrogantes. El árbol no tapa el bosque, cuando este no existe.


Lamentablemente todos los años la temporada de incendios Córdoba siempre tiene lugar en los meses invernales, siendo agosto el mes de mayor actividad. En este particular 2020, la superficie afectada por los incendios en esta región del país asciende a más de 40 mil hectáreas, el equivalente a 12 veces la superficie de la ciudad capital.
Pérdidas económicas millonarias, productores desbordados, manifestaciones de grupos ambientalistas y el riesgoso y heroico trabajo de las fuerzas de seguridad, desde bomberos, voluntarios y defensa civil, no son suficientes para tomar real dimensión a lo que nos estamos enfrentando.
¿Es el cambio climático? ¿Es algún mequetrefe que no toma los recaudos suficientes? Seguro tildando ambas acertaremos. Ahora bien: ¿qué nos falta comprender? Bien sabido es que luego de estos desastre recurrentes el daño ambiental persiste debido a que escasea el alimento y lugares de anidamiento para los animales silvestres sobrevivientes. Imaginamos también el suelo debilitado volviéndose más frágil ante la erosión del viento y posibles deslaves en tiempos de lluvia, haciendo imposible la vida en esa superficie.

Es el ecosistema el que se ve afectado. Es un problema estructural, entonces requiere una solución estructural.
"A veces los métodos productivos vetustos e irracionales de algunos productores llevan a incendiar campos y el fuego se les va de las manos hasta acaparar zonas muy extensas" afirmó el Ministro de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación. Es un primer paso de incorporar los modos de producción entre las posibles causas.
Los desastres ambientales del "Hombre" vienen desde los tiempos precolombinos. Por ejemplo, una vertiente del estudio de la historia afirma que una de las formas de explicar la caída de la civilización maya, está asociadas a la deforestación masiva, por caso, que modificó el balance hídrico de la región, haciendo insostenible la vida en esas regiones urbanas. Entrar en crisis con el ambiente tiene riesgo de muerte, incluso desde aquellas épocas.
Aquella sí fue una solución estructural, abandonar los territorios. Seguramente no tuvieron alternativa y lejos habrá estado de ser algo elegido con intención. Nuestro mundo hoy es un poco más complejo y requiere en esa estructura incorporar otras visiones, desde la mirada ecologista, la producción y hasta el acceso y los usos del suelo. Hoy hay menos territorio en disputa y más actores dispuestos a obtenerlo y usufructuarlo.
Casi todos los incendios forestales tienen origen en el accionar humano, muchos de ellos iniciados de forma intencional y otros, producto de negligencias o descuidos al iniciar fogatas. Sin intención de soslayar el hecho culposo o doloso, quizá el punto aquí sea hasta cuándo vamos a permitirnos no discutir los modos de producción, el uso del suelo y su renta, la eficiencia energética y el cuidado del ambiente que vivimos.
Es desde la comunidad que nos tenemos que plantear el mundo que viviremos. La Nueva Normalidad es el post covid-19, hasta tanto, vayamos pensando.

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