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PADRE PEDRO FOURNAU:

"Pringles es una comunidad muy linda, permeable, para trabajar en lo pastoral"

28/02/2021
"Pringles es una comunidad muy linda, permeable, para trabajar en lo pastoral"

Lo expresó el Padre Pedro Pedro , quién hasta fines de enero pasado se desempeñó como Párroco, en nuestra Parroquia Santa Rosa de Lima. Habló de su vida en el Seminaria de Mercedes-Luján, entre otros temas.

 


Pasó solamente un mes de su alejamiento de nuestra ciudad, donde en un lapso de itres años, ocupó su función de Párroco, en la Parroquia Santa Rosa de Lima.

El Orden, así como le dio la bienvenida cuando arribó a Pringles, también lo despidió con su hermoso mensaje a la comunidad. Agradecemos de corazón, su visita de despedida a nuestra Redacción, sus oraciones, que dieron su fruto, sus palabras de aliento, de confianza y cariño. Su escucha y su gran sabiduría.

Un poco de historia
Vale hacer un poquito de historia. Todo se inició, cuando en octubre del año pasado, el Padre Pedro, que se estaba desempeñando en nuestra Parroquia, recibió en 2020 el pedido para incorporarse al equipo de formadores del Seminario Santo Cura de Ars de Mercedes. Su primera reacción fue de sorpresa, pero con el correr de los días, como el Buen Pastor, se fue preparando para la nueva misión encomendada. Claro que no fue fácil, había logrado el cariño de la comunidad, de los movimientos, de los jóvenes y no tan jóvenes.
Pero, a fines de enero partió con destino a la diócesis Mercedes-Luján, para formar a los futuros sacerdotes de nuestra diócesis que allí concurren, jóvenes de las diócesis de 9 de Julio, Azul y de Mercedes.

De allí, que al ver una nota realizada por el diario La Voz del Pueblo, nos dio una gran alegría, y no dejamos escapar la ocasión para reproducir lo expresado por el Padre Pedro en la citada entrevista, que entre otros conceptos manifestaba:

"No es que uno pierde el contacto con la realidad o con lo territorial. En el caso del cura, el párroco, quien está a cargo de la comunidad, lo suyo es el trato con la gente, el andar por las capillas, por los barrios, ir a hacer un responso, reuniones con los grupos, acompañar distintas situaciones. En cambio, el seminario es una tarea más enfocada en algo muy específico. En la comunidad del seminario conviven 40 muchachos, no venimos a recluirnos, pero sí a concentrarnos en la formación para volver al llano, al mano a mano con la gente".

Los fines de semana, los seminaristas "tienen distintos destinos pastorales. Algunos van a hospitales, otros a la cárcel, a parroquias, a la Basílica de Luján a servir. Es el momento más de práctica y contacto con la gente. No es para distraerse el sábado o domingo, es parte de la preparación integral".

Pedro señaló que "esa formación de un corazón de pastor se hace en contacto con la gente, pero necesariamente también en un ámbito que permita la convivencia, la oración y la preparación académica".

Habló de lo que abarca esta función, que llevan adelante en equipo: "Así como tiene una dimensión pastoral, está además el aspecto espiritual, la vida en comunidad, la parte intelectual, la maduración de lo humano", dijo y subrayó: "La tarea que tenemos nosotros es ir velando para que todas esas dimensiones crezcan parejo".
"Los futuros curas estudian durante ocho años, cuatro dedicados a la filosofía y otros cuatro a la teología. "No es solo estudio, pero el período de tiempo previsto está estructurado en esa línea. Los ocho años se pueden abreviar en algo o extender un poco por distintas situaciones", indicó.

"Pringles es muy
permeable"
. "Cuando me fui a Pringles para ser párroco allí, suponía que iba a permanecer más tiempo, estuve poco más de tres años. Fue una experiencia que quedó como a mitad de camino. Quedó esa sensación de que se podría haber extendido más".

Constituyó un tiempo "intenso, muy bien vivido, muy bien trabajado. Ante mi traslado, llegó el padre Matías Pardo, actual párroco de Pringles".
En la labor cotidiana, percibió que "la parroquia tiene bastante vida, hay muchos colaboradores. Es una comunidad muy linda para trabajar en lo pastoral, porque es muy permeable".

Venía de tener "una experiencia hermosa en la Parroquia del Carmen". Cada lugar posee sus propias características y Pringles "conserva un perfil más de pueblo, son 23.000 habitantes. Con mucha actividad pastoral, capillas y colegios que había que acompañar, la parroquia, muchos grupos".

Dejó en claro que "el párroco no es que atiende solo a grupos de la Iglesia, sos cura para toda la población. Me pasa en la calle, cuando vas a pagar una cuenta o a hacer una compra en el mercado. Surgen diálogos y relaciones más allá de los grupos parroquiales, por otros motivos. Dios se la va rebuscando para ir tejiendo vínculos a través de distintas circunstancias o necesidades".

En pandemia
Las consecuencias de la pandemia de Covid-19 son duras. "El año 2020 fue tan particular, muy marcado en lo sanitario por la pandemia, y en lo social por las consecuencias que eso fue acarreando y que continúa acarreando", reflexionó.
En este contexto, destacó que "hubo un trabajo importante de nuestra Cáritas, salió fortalecido por la ayuda de jóvenes que no se habían podido ir a estudiar. Mucha fuerza joven para darle una mano a personas que necesariamente tenían que estar resguardadas en su casa".

Expresó su gratitud porque "tuve la dicha de que se me permitió seguir entrando al Hospital. Es habitual que los curas en nuestros pueblos vayamos al Hospital, como pasa en Tres Arroyos también, porque te llaman o haces una recorrida, vas a ver a los enfermos. Fue una bendición que en momentos muy críticos en Pringles me dejaran seguir ingresando".
En este sentido, recordó que "me alentaron a que pudiera ir una vez por semana, con todos los recaudos, me enseñaron a vestirme, a tener un montón de cuidados acerca de cómo entrar o salir de cada habitación.

Una experiencia muy fuerte, siempre había visitado enfermos, pero en este marco muchos atravesaban la pandemia y el sufrimiento en soledad. La visita, rezar un poco juntos, era muy consolador, un gran alivio porque ha sido un tiempo muy marcado por la soledad. No siempre podía haber un familiar cerca o dentro, era comprensible pero a su vez muy difícil".

Le otorgó relevancia a que "en Pringles trataron de manejarse con mucha sensibilidad para, en lo posible, evitar esa soledad e incluso que la persona muera estando sola".
Hubo un período en el distrito muy crítico por el Covid-19, sobre lo cual Pedro manifestó que "en pocos días se nos fueron muchas personas especialmente ancianas, y algunas más jóvenes, como el papá de una chica de uno de los grupos de la parroquia".

Pudo estar cerca de los pacientes y del personal de salud. "Cada vez que iba les agradecía mucho -expresó-, porque han sido muy generosos al dejarme entrar y al cuidarme, valoraban que yo esté y se preocupaban en que hagamos las cosas bien".

En la misma barca
Las misiones y llamados implican nuevos desafíos. Pedro comentó que "uno va pasando por las comunidades, pero no quiere decir que cada lugar no quede en la memoria. En el corazón está el compromiso de rezar por esa gente. El deseo de que estemos bien como comunidad, que sea más aliviado este año con respecto a la pandemia y que de todo esto que está pasando podamos aprender algo".
Citó lo que dijo el Papa Francisco hace poco menos de un año, en el comienzo de la pandemia. "Nadie se salva solo, estamos en la misma barca y nos necesitamos unos a otros. Ojalá este tiempo de sufrimiento e incertidumbre nos haga crecer en la conciencia de que somos responsables unos de otros", concluyó. (La Voz del Pueblo - 28-02-21).

Sabemos que el Padre Pedro, sigue diariamente el diario acontecer de nuestra ciudad, y aprovechamos para saludarlo y agradecerle su hermosa tarea pastoral, y sus oraciones. ¡Que Dios y la Virgen lo protejan en todo lo que emprenda para Gloria de Dios!.

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