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DÍA DEL BOMBEROS VOLUNTARIO

La sublime vocación de salvar vidas sin hacer preguntas

01/06/2021
La sublime vocación de salvar vidas sin hacer preguntas

 En 1884 el italiano Tomas Liberti creó la Sociedad Italiana de Bomberos Voluntarios de La Boca, y es por eso que para celebrar se toma esa fecha, en el que se funda el primero de los Cuarteles de Bomberos Voluntarios. En Coronel Pringles, el Cuerpo de Bomberos fue creado el 12 de Enero de 1950, por Don Manuel Abalo.

 


El día 2 de Junio se celebras el Día del Bombero y como cada año se los recuerda especialmente en fecha tan especial que al igual que el año pasado, en plena pandemia originada por el Covid-19. Aún así, estos benditos hombres salen cuando un siniestro los convoca.
Muchas veces, en la desesperación, los vecinos llaman y dicen: "Se está quemando mi casa", sin dar mayores precisiones, inclusive sin especificar la dirección.
Entonces los bomberos deben acudir, sin saber la mayoría de las veces a qué se van a enfrentar: una planchita de pelo que quedó enchufada, una olla que alguien olvidó sobre la hornalla encendida, un cortocircuito o algo más dantesco aún.
. Un cuartel que cumplió el 12 de enero de 2021, sus 71 años de servicio, con un plantel que se fue renovando con los años.
Nadie se los pidió, nadie los obliga, ellos lo eligen desde lo más profundo de su ser. Ante todo, son bomberos. Más allá de cualquier otra cosa. Las 24 horas de cada uno de sus días. Lo hacen porque así lo sienten. Muchos, porque es lo que vieron y vivieron desde chicos.
.Pero más allá de ser lo que son porque tal vez así estaba escrito, ellos siguen eligiendo esta vocación cada día.
¿El motivo? Es algo que se siente muy adentro, dicen. Aunque todo tiene un precio. Muchos de ellos dejaron relegada su vida personal. Y reconocen que las esposas y novias son las que más terminan sufriendo.
Tampoco saben con certeza si podrán compartir un cumpleaños o una noche de Navidad: cuando el deber llama, todo lo demás queda en suspensión animada. Un incendio tiene un comienzo determinado, pero es imprevisible. Un simple foco puede convertirse en una tragedia si el viento no ayuda, por ejemplo. Entonces, el bombero no estará a las 21 horas en su casa para cenar con su familia.

Son seres muy especiales. Todos los días dan su vida por otros, sin preguntar edad, nacionalidad, religión, pensamiento político. No discriminan. Y enfrentan al fuego con una sola misión: rescatar a quien está del otro lado. Su entrega es completa y desinteresada, es admirable.

Sin embargo, a veces no pueden lograr su cometido. Y son los jefes los que tienen que decidir. En cuestión de segundos, deben analizar la situación y enfrentar la realidad. Como cuando se prende fuego con pérdidas totales en una vivienda, y el último siniestro, acaecido en la Escuela Agrotecnica.
De regreso al cuartel, hablan. Y hablan. Hablan. Descargan la frustración, la impotencia, la bronca. Y también lloran.
A ellos los vemos como súper héroes, creemos que todo lo pueden y que nada les va a pasar, sin embargo, son simples seres humanos que sufren y saben que no pueden cambiar lo ocurrido.
Lo que sucede en las series de televisión no se aleja tanto de la realidad y podemos comprobarlo con sólo acercarnos a un cuartel.

Si nos quedamos un rato frente a calle Belgrano al 800, podremos ser testigos del vértigo, la entrega, la valentía. De todas las autobombas con que cuentan, esperando… Basta con estar ahí y ver cómo se preparan estos bomberos para salir una, dos, hasta cuatro veces en un solo día, como ya ha ocurrido.
Es para destacar que la mayoría de los llamados que reciben no son para apagar incendios. También acuden a ayudar en accidentes automovilísticos, para salvar mascotas que se quedaron atrapadas o subieron muy alto y no saben cómo bajar, o en tiempo de inundaciones, para ayudar a quienes viven cerca del arroyo, cuando crece el agua y entra en las casas.

Una hermandad
Tanto dentro como fuera del cuartel, cada uno es imprescindible. Uno depende del otro en todo. Todas las tareas son importantes y si falla uno repercute en el resto. Así, se forma un vínculo de hermandad.

Todo a voluntad, todo a pulmón. Ninguno tiene problema en desarmar, pintar o arreglar un vehículo, ni tomar una escoba para hacer limpieza en el Cuarte.

Y como en cualquier casa, los bomberos pagan los gastos, desde las facturas de servicio hasta los elementos de limpieza y lo que falta lo ponen los directivos, cuya comisión está presidida por Jorge Fernando Sweedyk.

Parte del dinero que utilizan, además de colaboraciones de vecinos, y del Estado, proviene de su Fabulosa Rifa Casa que cada año sortea una hermosa Casa habitación, y las cuotas de socios.

La misión de estos bomberos voluntarios, que -aun sabiendo que un día puede ser que no regresen- sonríen al tener éxito cada vez que suena la sirena o la alarma y se encuentran en el salón donde están colgados sus uniformes. Siempre listos para ayudar a los vecinos. Siempre listos para salvar vidas.
Desde estas líneas vaya nuestro sincero agradecimiento por el esfuerzo que realizan diariamente, por las horas de trabajo que les demanda combatir un siniestro…

¡Feliz Día y gracias por ser BOMBERO!

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