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HISTORIAS DE VIDA

Roxana Banegas, más de diez años trabajando en el Balneario Municipal

04/09/2021
Roxana Banegas, más de diez años trabajando en el Balneario Municipal

La pringlense es una de las personas que trabaja en el balneario local, con la atención a los turistas y vecinos de la comunidad, además del mantenimiento de las instalaciones. Comenzó sus tareas en 2009.

 

 


"Cuando empecé a trabajar en el balneario lo hice limpiando los baños, después me pasaron a mantenimiento de las parrillas, para manejar el tractor de riego y con la atención a las personas que vienen a acampar".

Roxana Banegas es una de las caras visibles en el Balneario Municipal, siempre dispuesta a la atención de los visitantes, locales o foráneos, y una persona muy trabajadora.

En 2009 ingresó al predio del Balneario Municipal y hoy sigue trabajando en ese mismo lugar. Al contrario de la gente que visita este espacio para descansar o en vacaciones, no puede disfrutarlo en su totalidad. Ella y sus pares en época estival es cuando más trabajo tienen.

En el único momento que disfrutamos del balneario es en el invierno, porque en el verano andamos mucho. En mi caso recibo, junto a mis compañeros, a la gente que viene de acá y de afuera. Mucha gente viene a acampar" comentó.

Cuando hay grandes eventos, quienes trabajan en el balneario lo hacen desde las 7 de la mañana hasta las 12 de la noche, y más en fines de semana.
Actualmente, trabaja sábados, domingos y feriados de 7 a 19 horas.

 

"PARA MÍ, EL BALNEARIO ES TODO. ES MI SEGUNDA CASA"

Roxana se dedica a la atención de los visitantes, a controlar el uso de las parrillas y fogones, y también a manejar el tractor de riego, ese mismo al que un día le dijeron si se animaba a subir, lo "encaró" y hoy sigue manejando sin ningún traspié.

Siempre en contacto con la gente, también con los adultos mayores y sus profesores que año a año (excepto en época de pandemia) utilizan el predio para sus actividades.

"A los adultos mayores siempre los atendemos, nos quieren mucho. Siempre traen algún regalo, bombones, tortas...nos quieren engordar -cuenta con risas-. Y los profesores continuamente con ellos".

"La gente que viene a acampar también deja propina o traen reglaos, me han dejado regalos de Bahía y Mar del Plata" agrega.

Y quien en algún momento pierde algo, que se quede tranquilo que Roxana y sus compañeros lo encuentran y lo devuelven, como ha pasado con teléfonos celulares perdidos en vasta extensión del predio.

Durante todos estos años, también ha habido algunas discusiones mínimas, eso siempre pasa al mantener trato con las personas.

"Primero hubo que concientizar a la gente que no arroje los residuos, que lo haga en los cestos. En eso se fueron acostumbrando, pero lo único a lo que no se acostumbran es a no traer las mascotas. La gente a veces no lo entiende" señaló.

"Hace muchos años que estoy trabajando acá, no sabía casi nada pero fui aprendiendo. Para mí el balneario es todo, es mi segunda casa" finalizó.

ROGELIO GÓMEZ - EL ORDEN

 

 

 

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