FALLO DEL TRIBUNAL ORAL FEDERAL
Condenan a dos pringlenses a seis años de prisión por tráfico de drogas
Gonzalo Hernández y Lucas Mauro Vallejo junto a otro cuatro integrantes de la organización recibieron 6 años de prisión. Conexiones con Pigüé y Coronel Pringles.
Roxana Verónica Contreras Garrido, de 46 años; su hijo, Julián Moreno (30); Luciano Darío Suárez (32); Guillermo Andrés Valenzuela (33); Gonzalo Hernández (26) y Lucas Mauro Vallejo (30) fueron condenados a cumplir 6 años de prisión.
Todos están acusados de tenencia de drogas con fines de comercialización, agravado por la intervención de 3 o más personas.
El fallo fue dictado por el juez Oscar Edmundo Albrieu, del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Bahía Blanca.
El grupo, según se estableció en la investigación y se acreditó en el juicio, tenía conexiones con Pigüé y Coronel Pringles.
La investigación se inició a partir de una denuncia telefónica a la Policía Federal, el 6 de julio de 2013, dando cuenta que Valenzuela, apodado “El Chileno”, se dedicaba a vender “paco” en el barrio Puertas del Sur y que hacía delivery con un remís.
En la causa también intervino personal de Prefectura Naval y de la policía bonaerense, que habían recibido denuncias paralelas sobre la misma organización.
Los allanamientos
De esa manera se pudieron secuestrar 7 kilos de marihuana, más de 100 mil pesos en efectivo, armas de fuego y celulares. Y se aprehendió a dos de los acusados.
Uno de los procedimientos tuvo lugar en la casa de Contreras, supuesta cabecilla, en Río Atuel 3498, donde se encontraron los panes de droga, dinero, armas, una balanza, computadoras y una caja fuerte.
“Se trataba de una banda que abastecía a otros vendedores más pequeños. En las escuchas telefónicas se aprecia que también trabajaban con cocaína”, había dicho en aquel entonces una fuente de la investigación.
En Brasil 1007 fue aprehendido Moreno (foto), el hijo de Contreras. Allí encontraron 4 bochas de marihuana y una balanza. Luego cayó el resto.
Cómo era la cadena
En el juicio se estableció que el domicilio de Contreras y su pareja Valenzuela, si bien funcionaba como un “quiosco” de drogas, también era eje de la organización.
De ahí saldría la marihuana para el domicilio de su hijo (otro “quiosco”) y también hacia proveedores y almacenadores, como Vallejo y Hernández, ambos oriundos de Pringles.
De las escuchas, a su vez, surgió que Suárez era una especie de “mayorista” de Contreras en Pigüé.
Todos hoy cumplen la pena en prisiones de Santa Rosa y Viedma, salvo Moreno, quien se encuentra bajo arresto domiciliario en Bahia Blanca.
LA NUEVA