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Del Periodismo

Fuegos que desnudan tristes realidades

Lo sucedido por estos días en cuestiones de incendios, desnuda toda una serie de infortunios que van desde la simple visión de quienes creen poder opinar de todo y criticar todo, hasta la falta de responsabilidad de los organismos estatales involucrados. Tras los fuegos los campos quedan expuestos a una triste realidad: no existe un solo plan para estos acontecimientos, ni del estado,  ni de las entidades, ni de los productores.

09/01/2017
Fuegos que desnudan tristes realidades

El diario del lunes del “hablemos sin saber” dirá que no hubo hidroaviones, cuando los mismos solo podrían ser útiles cuando el fuego se inicia ya que en este tipo de incendios – por magnitud, por terreno y por distancias entre lugares de abastecimientos y pistas – hace del uso de los mismos prácticamente una utopía sin demasiados resultados. Lo que sí es cierto, que no existe ningún tipo de plan coordinado para que los miles de bomberos –voluntarios, ya que los otros son apenas 2 mil en la provincia – laburen bajo un objetivo común, sin fronteras ni mezquindades políticas, más allá de que sea o no cierta la versión de que “no tienen seguro” si van de una provincia a la otra.

 

Poco para decir de quien está al frente de los organismos, llegando diez días después al lugar de los hechos, con frases apocalípticas y mostrando muy poca capacidad de respuesta, organización y mando, aptitudes fundamentales cuando no se tiene conocimiento en la materia. Lógicamente no habiendo una cabeza visible, las criticas llovieron sobre el resto de los funcionarios, como si el Ministerio de Agroindustria fuera el coordinador del fuego, sin con esto defender la figura de nadie pero desnudando también las broncas contenidas contra todos y sin miramientos. Si el intendente no va al lugar del hecho, será defenestrado por ausente y falto de compromiso. Si va al lugar del hecho, estará haciendo “rostro para la foto”, dos caras que muestran la histeria colectiva y más de lo mismo, todos contra todos, sin nada en común.

 

Las entidades denunciarán, pedirán colaboración de todo tipo, exenciones, descuentos, créditos, emergencias y desastres, defendiendo a los productores pero a la vez también demostrando que nadie ha estado preparado para estas situaciones, no habiendo realizado un plan integral para sus propios dirigidos a la hora de coordinar actuaciones, como lo harían en un consorcio de caminos o con los propios problemas de inseguridad.

Los mismos productores que sin temor a error, el 50% carecían –y algunos aún carecen- de un contrafuego que más allá de la discutida eficiencia en fuegos de este porte, podrían permitir al menos una primera defensa a la hora de las labores. Los mismos productores que nada prevén sin un australiano útil, con casas que hasta en la puerta se hallaban enmalezadas, con corrales fáciles de quemar, sin un tractor, sin un arado a disco y mucho menos, un litro de gas oil para cualquier urgencia que vaya a requerirse. Los mismos productores que no están adheridos a ninguna entidad, que no participan en una sola reunión, que solo critican por criticar y que luego rápidamente buscarán el amparo de una emergencia, de un subsidio o de un crédito.

 

Para rematar la guerra cruzada estarán los que criticarán si se trata de una emergencia, cuando al productor no le quedan ni vacas, ni alambres, ni campo, por lo que poco le servirá una prorroga o un crédito blando con un capital que no podrá pagar. O la discusión se basará si existe un seguro, o si el mismo cubre o no cubre con o sin contrafuegos, si ese seguro debería pagarlo de manera compartida con el estado y no vivir emparchando situaciones donde siempre se llegará tarde.

 

Indudablemente los incendios dejan todo al desnudo: los campos en primer lugar, las políticas ausentes en esta materia, los protocolos de actuación, la prevención y la coordinación por parte de las entidades y sobre todas las cosas, el estado de autismo en que vive muchas veces, el productor Argentino. Todos contra todos, para que nadie sume. (Carlos Bodanza -Mañanas de Campo).

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