2023-05-20

OPINION

¡¡Oíd el ruido de rotas cadenas!!

IGUALDAD, LIBERTAD, FRATERNIDAD: valores de la reciente Revolución Francesa.

 Son los valores que invoca nuestro HIMNO, valores en los que se funda el concepto del Estado moderno y el concepto de la República con separación de poderes.

El texto expresa que aquellos logros deben ser perennes, así como el compromiso de empeñar la vida en mantenerlos. “… o juremos con gloria a morir.”

210 años. Si, si. DOSCIENTOS DIEZ años. Tanto pasó, tanto pasa, y nada de aquellos anhelos hemos consolidado. Algunos destellos y espasmos, siempre de la mano de algún “ISMO” de los que hemos LAUREADO —si vale el término—, coronado con laureles. Laureles que siempre nos taparon los ojos para VER hacia delante.

Más cerca en el tiempo, ya se nos pasaron 40 de esos 210. 40 años de esta última democracia, desde aquel LAUREADO Raúl Ricardo hasta este último —no, no, tranquilo, no voy a decir LAUREADO—; este último más parecido a dieta de hipertenso (será que la sufro), sin gusto a nada, ni salado, y menos a LAUREADO. Se nos pasaron 40 AÑOS, cuarenta. Y nada. Nada de IGUALDAD, nada de LIBERTAD, y alguito de FRATERNIDAD.

Nada de IGUALDAD porque sigue habiendo privilegiados. Y ojo que siempre se mira para “arriba” cuando hablamos de privilegios; y hoy por hoy los privilegios también están en otro lado, no seamos necios.

Nada de LIBERTAD porque, ya sea por piquetes (y ahí aparecen privilegios de violar la ley) o por inseguridad, no podemos caminar tranquilos por las calles de nuestra PATRIA —muchas de ellas ya dominadas por el NARCO—.

Chispas de FRATERNIDAD, que sin ser solidaridad se le acerca y siempre aparece ante la desgracia del otro. ¿Pero por qué no aparece en la GRACIA? ¿O como prosolidaridad? Me refiero a acompañar al otro cuando anda BIEN, cuando le va bien; y celebrarlo, no “envidiarlo” y así cuestionarlo.

Quizás Vicente y Blas no fueron muy ambiciosos en que su MARCHA PATRIÓTICA se cumpliera al pie de la letra. Lo que seguramente no imaginaron fue que la simplificáramos por un tarareo en las canchas o que estemos al límite de reemplazarla por un “muchaaaachos”. Será porque allá en el 1800 la redonda todavía no giraba.

Volviendo al título, “…oíd el ruido de rotas cadenas…”, me pregunto si las cadenas son tan fuertes como las de la Vuelta de Obligado. ¿O será que nosotros no hacemos el suficiente ruido para romperlas? ¿Qué será lo que nos tiene tan atados al PASADO?

Nos acercamos al momento en el que asumimos la responsabilidad de ELEGIR a quien decidirá sobre buena parte de las cosas que influyen en nuestra vida cotidiana. Y aparecen opciones con más PASADO que FUTURO. Opciones que tienen que dedicarle más tiempo a explicar su PASADO que a cómo es el FUTURO que nos proponen. Y otros que nuevamente nos piden LAURELES sin dejarnos ver para dónde nos quiere llevar.

Nos volvemos a confundir detrás de “ISMOS”; nos siguen teniendo atados con CADENAS al pasado. “…hijos de generaciones diezmadas…”, “…conmigo esto no pasa más…”, “…viva la libertad carajo…”. Unos PASADO, otros LAUREADOS, y con otros vaya a saber a dónde vamos a ir a parar. Poco se escucha de REALIDAD ruidosamente cruel, ruidosamente desigual, ruidosamente falta de libertad, ruidosamente individualista; pocos hablan de nuestras REALES posibilidades; pocos hablan en PLURAL más que en “yo”.

Ojalá nos tomemos seriamente esta RESPONSABILIDAD que tanto pedimos asumir, durante tantos años, con tanto sacrificio; nos tomemos el tiempo —sin el RUIDO que tanto hacen en estos días— y podamos “oír el ruido de rotas cadenas”, para que como cierra la MARCHA PATRIA de Vicente y Blas, “…los libres del mundo respondan...”:

“…AL GRAN PUEBLO ARGENTINO, SALUD…”

Juan Pedro de Vega

Te puede interesar