"Me lo mataron por tres bolsas de cemento", dijo el padre de un joven suarense asesinado en La Plata

Luis Occhiuto consideró que es muy leve la sanción de 9 años que le impusieron a uno de los asesinos, quien era menor al momento del crimen.

Mauricio Occhiuto nació en Coronel Suárez. Le gustaba la electrónica, por lo que al finalizar la secundaria se radicó en La Plata con el objetivo de estudiar en la facultad.

   Si bien sus padres podían ayudarlo económicamente para subsistir, “Mauri”, como lo conocían sus amigos, quería trabajar y ganar su plata.

   En 2015 lo tomaron como sereno en una obra en construcción de un jardín de infantes en el barrio Los Hornos, ubicada en calle 65, entre 152 y 153.

   El 15 de diciembre de ese año recibió seis disparos, cuatro de ellos en la espalda, y falleció el 5 de agosto de 2016, tras permanecer casi 8 meses internado en grave estado.

   Por el caso fueron detenidos un joven que por entonces tenía 17 años y Ezequiél Herrera.

   En las últimas horas el primero de ellos fue condenado por el Tribunal de Responsabilidad Penal Juvenil Nº 1 a 9 años de cárcel.

   Herrera, por su parte, está en prisión y será juzgado en febrero.

   El padre de Mauricio se llama Luis, es policía de la División Casos Especiales, y él mismo se hizo cargo de investigar y hallar pruebas de importancia para el procesamiento de los acusados.

   “Estaba criado en un pueblo, no desconfiaba de nadie... yo no quería que vaya a La Plata, pero pasó lo que pasó”, admite el hombre.

   Comentó que el joven sentenciado en las últimas horas había sido detenido poco después del asesinato, pero la fiscal a cargo de la causa cometió un grave error.

   “La fiscal lo manda a detener, pero se equivoca en la edad. Le faltaban tres días para ser mayor y el día del velorio lo liberaron. La firma para la largarlo la puso (César) Melazo, que ahora está detenido”.

   Luis se refiere al exjuez de Garantías platense, arrestado a mediados de septiembre y acusado de formar parte de una asociación ilícita integrada por policías, ladrones y funcionarios judiciales.

   “No habían hecho nada. Este tipo estuvo prófugo casi un año (lo detuvieron en octubre de 2017) y me puse a cargo de la causa. Investigué mucho, me metí en el barrio y junté elementos de importancia”.

Fusilado por la espalda

   “El día anterior a que lo maten entraron personas a robar bolsas de cemento en el jardín. Mi hijo escucha, prende las luces y grita, por lo que los ladrones las dejaron tiradas y se fueron. Después supe que las bolsas eran para el delincuente que lo mató”.

   Comenta que esta situación provocó el enojo de los delincuentes, quienes al día siguiente lo esperaron para recriminarle haber cumplido con su trabajo.

   “Al otro día cruza a un quiosco a comprar una gaseosa, entonces lo ven y lo esperan. El iba acompañado por una chica y le empiezan a decir de todo por haber actuado frente al robo. Esa chica le dice que siga caminando y no discuta, entonces siguen y ahí recibió seis tiros, cuatro de ellos en la espalda”.

   Esa joven sabía que a Mauricio no le convenía quedarse, Luis descubrió poco después que era prima-hermana de uno de los delincuentes.

   “Eran los ladrones del barrio, todo el mundo sabía que eran los responsables de los hechos que ahí ocurrían”.

   Mauricio hacía ocho meses que trabajaba en la obra.

   “La ligó porque evitó el robo el día anterior. Me lo mataron por tres bolsas de cemento”, reflexiona.

   El hombre no está satisfecho con la condena impuesta al joven -quien se encuentra detenido en la cárcel de Olmos- por los jueces platenses.

   “Es una vergüenza la pena, porque se trató de un homicidio con alevosía y encima estuvo casi un año prófugo”.

   Luis sigue esperando que los culpables paguen por lo que hicieron, pero no habrá justicia que pueda reparar el dolor que esos delincuentes le provocaron a su familia.

LA NUEVA