DE GAYS, LESBIANAS Y TRANS

En el marco de la renovación que está llevando a cabo el Diario El Orden sumamos este espacio de reflexión donde intentaremos poner el foco en cuestiones que aporten a nuestra conversación y desanudar las nociones de antaño pensando el mundo que se nos viene.

Las NN significan, en este espacio, Nueva Normalidad, expresión naciente de la crisis desatada por el Coronavirus y lo que nos plantea el mundo que se viene. Aquí lo aplicaremos en paralelo a la pandemia con el objetivo de imaginar nuestro comportamiento en complemento a la nueva forma de vivir la cotidianeidad en la que nos deposite el COVID-19.
DE GAYS, LESBIANAS Y TRANS no es solo un título resonante y de lectura amable con la respiración, también es la expresión común hacia una porción de la sociedad que ha decidido ser libre de estructuras y hacer de su deseo su vida.
¿Por qué empezar el espacio con este tema? Ayer 17 de mayo se cumplieron 30 años de que la Asamblea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobó la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Relacionados (CIE 10), que ya no enumera la homosexualidad como diagnóstico. A raíz de ello, desde 2004 se conmemora el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia y cada año nos pone en el "tapete" aprender, educar, informar y gobernar sin discriminación bien iniciado el siglo XXI.

Esto es, sin ir más lejos, que hace 30 años se creía que las personas gays, lesbianas y trans estaban enfermas y requerían un tratamiento. Parece una sinrazón pensarlo hoy en esos términos tan extremos, pero sí debemos reconocer que todavía no hay igualdad de condiciones ni de oportunidades para estos colectivos.
En el mundo enfrentan una alarmante situación las personas con diversas orientaciones sexuales, identidades o expresiones de género. En Argentina, leyes mediante (Ley de Matrimonio Igualitario Nº 26.618), tenemos una situación distinta en los centros urbanos y las ciudades más chicas. Mientras que en los grandes conglomerados se vive con mayor libertad y menor juicio de valor (no sin discriminación), el desafío más importante existe en ciudades como la nuestra donde la mirada ajena se hace más palpable.
El caso que exista la tan necesaria Ley de Cupo Laboral Trans (Ley 14.783 en la Provincia de Buenos Aires) nos interpela como sociedad y nos muestra que lejos estamos de tratarnos como iguales, al urgir una ley para indicárnoslo.
Incorporar la perspectiva de la diversidad sexual (entre otras) en nuestra cotidianeidad, cuestionar la discriminación y la intolerancia, ser en el "lugar del otro" deben ser los valores que acompañen esta Nueva Normalidad que vamos a tener. No es más ni menos que dejar de ver al otro como algo que nos pertenece y tiene que encajar en nuestra caja mental.
Aceptar al otro parece lo más difícil, aceptar al otro como es, sin juicio. Hasta donde cada uno puede aportar un grano de arena y no de sal. ¿Cuánto más tenemos de reflexión interna en pos de una conducta colectiva de respeto y tolerancia? ¿Qué Nueva Normalidad podemos construir sino aceptamos la que ya tenemos? Siempre quedan más preguntas que respuestas.
Borrón y cuenta nueva. El COVID-19 y la cuarentena nos pueden hacer mejores o nos puede mostrar en la cara que no podemos ser mejores. Si seremos distintos (y diversos), de eso no hay dudas.