El arresto, la flagelación, la condena y muerte de Jesús

La comunidad católica de Coronel Pringles volvió a “vivir”  la noche de este Viernes Santo, la Pasión y Muerte de Cristo a través del Vía Crucis (Camino de la Cruz).

 El arresto en el Huerto de los Olivos; la coronación de espinas; la flagelación; la condena a muerte; la vía dolorosa hasta el Calvario llevando la Cruz a cuestas; la crucifixión; la agonía y la muerte de Jesús, fueron otros tantos momentos de reflexión. Las 14 estaciones fueron escenificadas por miembros de la comunidad y de la Parroquia Santa Rosa de Lima,  guiadas bajo la atenta dirección de nuestro Párroco, Ernesto Mendiondo.

Previamente, ante de comenzar el Vía Crucis,  en la explanada se representó la Ultima Cena, momento en que Jesús se encuentra acompañado de sus Doce Apóstoles e instituye la Eucaristía.

Seguidamente en la misma Plaza, se da comienzo a las primeras Estaciones del Vía Crucis.

Una vez  culminadas estas escena, se continuó con el Camino de la Cruz,   desde la Explanada del Palacio Municipal, que continuó por calle Alem, hasta Pellegrini, de allí a boulevard Uno, para retomar la Avenida 9 de Julio, hasta llegar al predio preparado para la Crucifixión y sepultura de Jesús.

El acompañamiento de numerosos fieles que, con velas en sus manos,  se encolumnaron detrás de  la Cruz que era seguida de cerca por el Padre Ernesto y el grupo de monaguillos que lo acompañaron.

Así se fueron recordando los pasajes de los últimos días de Jesús. Durante el trayecto se realizaron restantes paradas para individualizar las estaciones, que eran compartidas con la feligresía en profundo silencio y recogimiento. Además, en cada una de ellas se elevaban distintas plegarias y rezos que fueron dándole un significativo valor religioso a esta ceremonia del Viernes Santo.

A marcha lenta los fieles continuaron el recorrido establecido, manifestándose con profunda emoción ante cada recordación de la Pasión de Jesús.

De esta manera, se fue llevando adelante esta ceremonia que fue acompañada por un excelente clima, fresco, pero bueno, que permitió su realización tal como estaba programada y que fue organizada por integrantes de los distintos movimientos parroquiales, entidades e instituciones que se dieron cita para participar activamente.

El Vía Crucis contó con coloridos vestuarios, escenografías y una importante iluminación con efectos especiales. Cada uno de ellos encarnó a un personaje de la historia de la Salvación.

El drama de la Pasión de Jesús, se hizo más comprensible al estar representado, llegando directo al corazón de los fieles.

En cada Estación, quienes tenía a su cargo la representación mostraron con nitidez los pasos que siguió Jesús, representado como todos los años, por  Rodrigo Mattioli, quien le dio una vez más, una impronta tan real, que por momentos se asemejaba a Cristo, provocando distintas emociones, haciendo  recordar el gran sacrificio que hizo el Hijo de Dios por toda la humanidad. Además de recordar el mensaje de esperanza y amor que Jesús dejó en la tierra hace más de dos mil años.

A lo largo del recorrido fue sumándose gente, que lentamente se incorporaba a la caravana, a fin de poder participar de las Estaciones que culminó en el predio ubicado al lado de la Maderera de Genaro Diez, lugar donde tuvo lugar las últimas Estaciones: la Crucifixión de Jesús y su Sepultura.

La escenografía, el lugar, los protagonistas, el acompañamiento lumínico y sonoro de cada escena, el trabajo de los colaboradores hicieron emocionar a cada uno de los espectadores.

Así se desarrolló el Camino de la Cruz Viviente, en la noche de ayer, previo a las actividades programadas para la jornada de hoy sábado, que comenzará con la Solemne Vigilia Pascual, a las 20 horas en la Parroquia Santa Rosa de Lima, que seguirá toda la noche,  y culminará mañana con el Domingo de Resurrección o Domingo de Pascua.

Como todos los años, nuestra Parroquia, con el trabajo de los movimientos, la participación de niños, jóvenes y adultos que dieron vida a las diversas  Estaciones y bajo la atenta mirada del Padre Ernesto, la comunidad revivió la Pasión y Muerte de Jesús. Una vez más la escenas trasmitieron con exactitud el mensaje de Jesús, lo que se vio reflejado en las numerosas  personas que siguieron con detenimiento todo el Vía Crucis.