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El gas que llegó del frío:

La construcción del gasoducto Comodoro Rivadavia-Buenos Aires

11/08/2020
La construcción del gasoducto Comodoro Rivadavia-Buenos Aires

Un día como hoy, pero de 1948, se iniciaba el tramo Laprida-Coronel Pringles; meses después el tramo Coronel Pringles-Bahía Blanca, del que sería en aquella ocasión el gasoducto más largo del mundo.

 


Esta obra significó para la Argentina mucho más que cualquier infraestructura ambiciosa destinada a transportar el preciado combustible que yacía bajo suelo, muy lejos de la capital del país. Representó el primer paso hacia la consolidación de Gas del Estado, una de las empresas más grandes e importantes de nuestra historia, y la aplicación -por fin- de políticas que llevaban a aprovechar nuestros recursos naturales, a generar economías millonarias y, sobre todo, a proveer el bienestar de la población

En los inicios de la creación de esa gran empresa que fue Gas del Estado, dieron un paso enorme con coraje y confianza. Este progreso permitió la industrialización de nuestro país y facilitó el gas natural a millares de hogares.

En aquel entonces, era presidente el general Juan Domingo Perón, como director general de Gas del Estado oficiaba el ingeniero Julio Canessa, autor del proyecto y director de la obra.
Fue la segunda obra en extensión del mundo en aquella época, y quienes vivieron de cerca la construcción del gasoducto recuerdan la ardua labor de los trabajadores que participaron en las distintas etapas de la obra.

Los motivos que llevaron a construir el gasoducto desde Comodoro Rivadavia:
o En primer lugar, era necesario que el país economizara en combustibles, al tiempo que lograra abastecer con gas natural a la mayor parte de la población.
o En segundo lugar, convenía enormemente utilizar las colosales reservas energéticas, hasta ese entonces desaprovechadas, ya que esto aseguraba al mismo tiempo la independencia del país en materia de disponibilidad de combustibles.
o Pero además, se favorecía al bienestar ciudadano con la posibilidad de acceder al preciado combustible doméstico a un precio más reducido.
El problema radicaba en que los grandes centros urbanos del país estaban usando elevadas cantidades de electricidad y de combustible de bajo rendimiento -propios de la campiña- para satisfacer necesidades domésticas de calor. En consecuencia, llevaba a un derroche enorme de calorías.
Para satisfacer una misma necesidad calórica, si con gas implicaba un gasto de 100 calorías, se estaba usando querosén (160 calorías), carbón vegetal (281 calorías) o electricidad (335).
Se llegó a la conclusión de que la fuente más apropiada era el gas, salvo en aquellas zonas donde podía utilizarse energía de origen hidroeléctrico y siempre que existieran excedentes de energía, una vez satisfechas las necesidades de iluminación y fuerza motriz, que era un campo normal de aplicación.

 

De entre los yacimientos del país en la década de los cuarenta, los más importantes eran Comodoro Rivadavia, Cañadón Seco, Plaza Huincul, Mendoza y Salta; las reservas de gas natural de ese entonces superaban los 14.000 millones de m3 . La magnitud de esas reservas era de tal importancia que justificaba, sin lugar a dudas, la preocupación de su aprovechamiento como combustible para fines domésticos e industriales mediante la construcción de las obras necesarias. Podía apreciarse, pues, que la Argentina disponía de gas natural en cantidades importantes, prácticamente no aprovechadas.

Hasta que la Segunda Guerra Mundial afectó a la producción de la Primitiva, empresa que concentraba la distribución del gas en la Ciudad de Buenos Aires, gas manufacturado con combustible importado.

En 1940, venció el contrato; y, en 1942, las autoridades entregaron la explotación a Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF). En 1944, el Gobierno declaró a la Primitiva de utilidad pública sujeta a expropiación; y, el 5 de marzo de 1945, nacionalizó los servicios de gas de la Capital y los puse en manos de YPF. Apenas diez meses después, tomó esas funciones la recién creada Dirección General del Gas del Estado, organismo autárquico dependiente de la Secretaría (luego Ministerio) de Industria y Comercio, cuyo primer director general fue el ingeniero Canessa.

A partir de ese momento, la expansión de redes de distribución y la capacidad de producción entraron en un ritmo ágil y provechoso. Se intensificaron las actividades comerciales para incorporar nuevos clientes en las zonas que ya contaban con redes. A su vez, Usina Corrales, por ese entonces única proveedora de gas para la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, experimentó cambios fundamentales: sus planteles de producción se modernizaron, aumentaron los equipos y se empezó a utilizar el gas de Destilería La Plata con el gasoducto que se construyó al efecto. Así, las ventas registraron aumentos considerables y pasaron de 139.600.000 m3 (de 4500 calorías) en 1945 a 325.700.000 m3 en 1950. Reflotó entonces la necesidad de construir el gasoducto Comodoro Rivadavia-Buenos Aires, y se encaró la construcción del gasoducto de casi 1850 km de longitud. El propósito era movilizar por fin las enormes fuentes de energía, lo que contribuiría al abastecimiento de las necesidades calóricas del país y disminuiría sensiblemente la importación de combustible.
La construcción del gasoducto permitiría bajar del promedio de la época de 26 centavos a unos 13,7 centavos la unidad de 4500 calorías. Implicaría significativos ahorros para la economía nacional, ya que el gas de Comodoro requería poco tratamiento previo y tenía una pureza mayor exenta de las proporciones de óxido de carbono presente en los gases manufacturados. Las obras comenzaron finalmente el 21 de febrero de 1847.

La construcción fue dividida en tramos:
1) Sector norte: Bajo órdenes del ingeniero Esteban Pérez, que luego estaría por varios años al frente de la empresa, de una trayectoria ampliamente reconocida y con quien colaboraron sus pares Roberto Carrizo y Santiago Capurro.
Dentro de este frente, el primer tramo Llavallol-Capital Federal fue ejecutado por el Sector Distribución de Capital Federal.

Tramo Llavallol-Capital Federal 29 de mayo de 1947
Tramo Llavallol-Cañuelas 18 de septiembre de 1947
Tramo Cañuelas -Monte 10 de noviembre de 1947
Tramo Monte-Las Flores 10 de enero de 1948
Tramo Las Flores -Azul 23 de marzo de 1948
Tramos Azul-Laprida 15 de junio de 1948
Tramo Laprida-Coronel Pringles 11 de agosto de 1948
Tramo Coronel Pringles-Bahía Blanca 22 de octubre de 1948
Tramo Bahía Blanca-Río Colorado 4 de mayo de 1949
Tramo Río Colorado-General Conesa 3 de mayo de 1949

2) Sector sur: Por contrato con Sadop (después Techint):
Tramo TRELEW-San Antonio Oeste 4 de marzo de 1949
Tramo San Antonio Oeste - General Conesa 4 de abril de 1949
Tramo TRELEW-Pampa Castillo 5 de julio de 1949
Tramo Pampa Castillo - Comodoro Rivadavia 17 de septiembre de 1949

La obra estuvo constituida por una tubería de acero de un diámetro entre los 25 y 30 cm; su espesor era de 6 mm, y su longitud, de 1700 km. Su traza unió los yacimientos gasíferos de Comodoro Rivadavia con la Ciudad de Buenos Aires.
Cruzó en su extenso recorrido las siguientes poblaciones: Rawson, Puerto Madryn, San Antonio Oeste, General Conesa, Río Colorado, Bahía Blanca, Coronel Pringles, Laprida, Olavarría, Azul, Las Flores, Monte y Cañuelas en los accesos a la Capital Federal.
Fuente: PETROTECNIA

 

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