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Abel Dornes: “trato de vivir cada día, cada momento”

El pringlense padece Wegener, un tipo de vasculitis, viéndose afectada su capacidad pulmonar. Ha tenido unas diez intervenciones quirúrgicas, y cuenta cómo es esta enfermedad. “Me va apagando de a poquito, pero hay que seguir adelante” señaló

24/01/2023
Abel Dornes: “trato de vivir cada día, cada momento”

Una historia de vida, de superación, es la del pringlense Abel Dornes, el “Ruso” como lo conocen muchos en nuestra ciudad.

 

A finales de 2015 y principios de 2016 le diagnosticaron un tipo de vasculitis que ataca las vías respiratorias, articulaciones y riñones. Abel debió intervenirse quirúrgicamente en diez ocasiones, se realizó una traqueotomía y estuvo casi tres años sin poder hablar.

 Hoy, aun con la voz desgarrada, cuenta su historia a Diario EL ORDEN.

 “Esto empezó a finales de 2015, principios de 2016. En su momento los médicos de acá no sabían qué era lo que tenía, me tuvieron tres meses a las vueltas y me derivaron a Bahía Blanca porque se los pedí” explicó en el inicio de la charla.

 “En Bahía, un equipo completo de cinco médicos que hoy me siguen atendiendo, me descubrieron que tenía la enfermedad Wegener, un tipo de vasculitis. Ataca las articulaciones, vías respiratorias y riñones. En el caso mío lo que más atacó fueron las vías respiratorias, justo arriba de la glotis”.

 

El 21 de diciembre del año pasado tuvo su última operación, que fue una de las más rápidas (recambio de stent que duró una hora); en tanto que la anterior a esa fue la más brava, con una duración de 7 horas y media.

 

“Por más que me vea derrotado le voy a seguir poniendo el pecho a las balas. Siempre hay alguien que la está pasando más mal que vos. Cuando arranqué con dolores, la “Negra” (Eva, su esposa) que estuvo siempre a la par mía, me ayudaba hasta para sentarme y levantarme del inodoro”.

 

En 2017-2018, los médicos le dijeron que la mejor opción era hacerse una traqueotomía.

 

“Fui a ver a dos especialistas en La Plata que coincidieron en la traqueotomía. Yo les decía que estaba ahogado pero podía respirar bien, y si me sentía ahogado iba al hospital para que me apliquen corticoides. Me dijeron que lo que estaba haciendo con mi vida era jugar a la ruleta rusa, porque si un día no llegaba al hospital, no iba a poder respirar. Y eso fue un click en mi cabeza”.

 

Fue así que decidió hacerse la traqueotomía, y lo operaron en Bahía Blanca.

 

“Tiempo después empezó la pandemia, así que le dije a la “Negra”: nos tenemos que quedar los dos encerrados, y con el único que podés charlar quedó mudo”.

 

Durante casi 3 años, Abel permaneció sin habla, junto a su mujer que lo cuidó.

 

“La “Negra” es la mejor mujer que me ha tocado y toda mi familia también. Mi hija, mi hermana, mi cuñado y mis cuatro sobrinas están siempre al 100% conmigo. En estos años que yo no podía hablar, mi hija (vive en Bahía Blanca), que la amo, hasta me entendía cuando hacíamos videollamada”.

 

UNA ENFERMEDAD QUE NO TIENE CURA

 

“Wegener es como si fuera un cáncer, que a veces es mortal a corto plazo, y otras a largo plazo. Te va matando de a poquito y hay que seguir para adelante, pero los pulmones se van fibrando y voy perdiendo capacidad pulmonar”.

 

Esta cuestión, lo ha llevado a vivir la vida a pleno.

 

“Es todo a largo plazo, por eso trato de vivir cada día, cada momento, y no hacerme problema por nada. Si hay un problema lo esquivo”.

 

Recomienda a los pringlenses seguir esa forma de vivir, de disfrutar cada minuto, no quejarse y tampoco estar pendiente del trabajo.

 

“15 años atrás era un tractor trabajando, hoy soy un tractor viviendo. No todo es trabajar. En el mes cada persona tiene que tomarse su tiempo libre, su cable a tierra –señala-. Hoy la gente se queja por todo, tenés que trabajar para vivir y no vivir para trabajar, es una frase súper hecha pero nadie la lleva adelante”.

 

Para finalizar, realiza agradecimientos a quienes lo acompañan siempre, y a todos aquellos que le brindan su cariño en todo momento, enviando sus mensajes de aliento.

 

“Tengo 51 años y se te pasa la vida volando cuando te enfermas. Hoy tengo el gran apoyo de mi familia y mis amigos, que son pocos pero valen mucho. Agradezco el cariño de toda la gente, cada mensajito, llamadas en cada operación, eso me da mucha energía”.

 

ROGELIO GÓMEZ – EL ORDEN

 

 

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