SOCIEDAD
Guido, el pringlense que desarrolla su carrera en Sidney
En Pringles se recuerda a Guido San Martín, ese joven que le cumplió el sueño de volar en avión a su abuelo. Hoy se encuentra en Sidney, Australia, desarrollando su carrera, buscando ser piloto comercial, y trabajando

“Podía seguir la carrera en Argentina o en otro lugar diferente, así que averigüe los planes de estudio y acá estoy. En unos meses arranco a volar avionetas, y en dos años espero tener la licencia para vuelos comerciales”.
Este es Guido San Martín, a quien recordamos por cumplirle el sueño a su abuelo, el de volar en avión.
Cuenta que en Sidney, Australia, es más accesible económicamente continuar con la carrera de piloto de avión, buscando la licencia comercial, y que extraña la calidez de nuestra gente.
Cuando llegó a Australia, se tomo unas mini vacaciones de una semana en la playa, a la semana siguiente comenzó a buscar trabajo para solventar los estudios, y en dos días ya estaba trabajando.
“EN DOS MESES ME PUDE COMPRAR UNA CAMIONETA”
Guido se encuentra haciendo un curso de inglés y tiene dos trabajos. De 7 a 15 horas se desempeña en una distribuidora de medicamentos, como encargado del área donde se guarda el equipamiento; por la tarde colabora con otra empresa, y por la noche hace el cursado.
Con su salario básico (unos 4.000 dólares australianos, 2.800 dólares americanos), en dos meses ya se pudo comprar una camioneta.
“Acá las distancias son muy largas, y lo necesitaba. La camioneta que compre, automática, la pague 2500 dólares, cuando en Argentina vale 7.900” expresó.
Allí, se tuvo que acostumbrar a manejar con el volante del lado derecho, y hasta a comer carne de canguro. Pero es lo de menos, cuando se encuentra en un lugar donde es posible ahorrar, la gente es respetuosa y hay mucha seguridad.
“Con dos días de trabajo, teniendo un sueldo básico, compras toda la comida de un mes. Y con una semana y media o dos, pagas el alquiler. Con lo que ahorras en un año (30 o 40 mil dólares) podés volver a Argentina y te podés comprar algo, o construir”.
Señala que si bien él viajó a Australia por motivos profesionales, hay amigos que viajan por un año o dos y vuelven con un buen nivel de inglés y un poco de dinero.
“Ganas experiencia y recuperas el dinero que gastaste”.
Sidney también se destaca por sus rutas, cuidadas: “hago 30 km por día en la camioneta y no he visto un bache. No ves un papel tirado en el suelo, la gente respeta, y el nivel de seguridad que hay es tremendo. Hay helicópteros continuamente dando vuelta, cámaras por todos lados, y es difícil manejar por el tema de las velocidades. Y a los policías hasta te da hasta miedo verlos, están bien preparados físicamente”.
“LO MÁS DURO FUE VER LLORAR A MI VIEJO EN EL AEROPUERTO”
“De Pringles se extraña mi familia, la gente es otra cosa. Acá no son fríos, pero son más cerrados, aunque igual me hice amigo de algunos australianos enseguida. Se extraña el pueblo, el aeroclub, pero lo más duro al venirme fue ver llorar a mi viejo en el aeropuerto” afirma.
“Eso fue lo más duro, pero después es todo experiencia. Vas a tener tus buenas y malas experiencias, tengo 29 años y tenía que hacerlo. Y si alguien de Pringles quiere charlar conmigo para sacarse alguna duda, bienvenido sea”.
En 2 años espera poder obtener la licencia de piloto comercial, sabe que hay muchos vuelos, mucha demanda, peor a la vez mucha oferta laboral.
Por último, envía saludos a la gente de Pringles: “saludos a toda mi familia, a mi abuelo que lo quiero un montón, al Aeroclub que siempre me bancaron en todo, son unos genios a la familia Aversano, y a todo la ciudad de Pringles”.
ROGELIO GÓMEZ – EL ORDEN