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Cuestión de actitud

El mal llamado género débil sigue, con fuerza, derribando paredes para ir ganando terreno y ocupando lugares que antes les estaban negados y dominados por los hombres. Esta es la historia de Fiamma Battelli, una joven de 22 años que vio una buena salida laboral en la construcción.

31/01/2023
Cuestión de actitud

Uno de esos ámbitos es la construcción. Si bien muchas mujeres trabajan en la construcción de sus propias casas, otras han dado un paso más: profesionalizarse en ese ámbito, como el caso de Fiamma Battelli, una joven pringlense de 22 años.

El cemento, la cal, la arena y los ladrillos no son elementos desconocidos en la vida de Fiamma, como tampoco levantar una carretilla con materiales. Su padre es un reconocido constructor de nuestra ciudad, y como ella misma lo dice “de chica siempre ayudé a papá en las obras”. Fiamma relata que “me iba a ir a estudiar, pero después de la pandemia hice mi vida acá. Me quedé a ayudar a papá”.

El trabajo en la construcción es una tarea dura, Fiamma hace tres meses que está trabajando como albañil con su padre a quien siempre ayudó por lo que “se hacer de todo, tengo manejo de herramientas y conocimientos en el tema”.

Preparar la mezcla y levantar paredes ya es un trabajo habitual para esta albañil, un oficio que siempre estuvo ligado a los hombres y que hoy, aunque no tendría que sorprender, muchos puedan asombrarse de ver a una mujer joven en una obra levantando paredes. Para Fiamma esto es “solo una cuestión de actitud”

Falta mano de obra.

Al trabajar junto a su padre, Fiamma notó una problemática en este rubro: la falta de mano de obra, de albañiles. “La realidad es que no hay gente para trabajar. Si bien todo el mundo te pregunta por trabajo, a la hora de trabajar nadie quiere ir. Sucede también que algunos faltan el lunes, van el martes y así sucesivamente”. A la falta de mano de obra calificada, hay que sumarle la falta de responsabilidad.

Otra de las tareas que tiene junto a su padre es buscar gente para trabajar y “a pesar de ser un trabajo bien pago” porque “cuanto más conocimiento tenga la persona, mejor se le paga, no se consigue gente”.

Fiamma se acercó hasta la Oficina de Empleo pero no encontró personas para trabajar por lo que “propuse que cuando entrevisten a las mujeres, propongan este trabajo o que en las categorías de trabajo incluyen el rubro de la construcción” porque “es una buena salida laboral para una mujer que quiera trabajar. Yo estoy re contenta y me encanta trabajar en esto. A pesar de que trabajo con mi papá, es entretenido, me gusta. Y tampoco es nada de otro mundo. Algunos dirán que es difícil, pero todo se aprende”, resaltó.

 

Rompiendo estereotipos.

Sabemos que Fiamma no es la única mujer albañil pero lo que nos llamó la atención que siendo tan joven haya visto este trabajo como una muy buena salida laboral, más aun sabiendo que tenía la posibilidad de seguir estudiando alguna carrera. “Mi idea era volver en marzo a Bahía a estudiar pero me conviene quedarme viviendo acá” y asegura que “no quiero dejar todo lo que tengo como para irme a terminar de estudiar”.

Fiamma apostó a Pringles, a quedarse a trabajar y vivir acá y que por ser mujer no pueda hacer una tarea muy identificada con los hombres, “no ponerle un género al rubro”, asegura “y que pasa en otros rubros plomería, electricidad donde se ven muchos hombres trabajando y las mujeres como que nos ocultamos, aunque nos guste, pero como que está calificado que lo hace solamente el hombre o porque a nadie le gusta; entonces está bueno que las mujeres nos animamos a aprender y a probar las mismas cosas, que sepamos que podemos, que no somos las únicas. Que la gente aprenda y vea que hay otras salidas laborales. Es romper el estereotipo”.

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