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Están vivas: el testimonio de dos víctimas de violencia de género 

Ana, nombre ficticio para preservarla, y Cintia, nombre verdadero, son dos mujeres pringlenses que tuvieron una relación con violencia de género que casi llegó al peor final. Pero lograron salir, y contaron  su historia a la Voz del Orden por Fm 89.5.

18/03/2023
Están vivas: el testimonio de dos víctimas de violencia de género 

La violencia de género es un problema grave y generalizado que afecta a muchas mujeres en todo el mundo. Este artículo presenta dos testimonios de mujeres que sufrieron violencia de género y lograron escapar de sus parejas abusivas. La primera, Cintia, experimentó violencia psicológica y física durante cinco años, incluyendo un embarazo doloroso que resultó en la pérdida de uno de sus ovarios. Cintia finalmente escapó de su pareja después de que la encerró en su monoambiente.

La segunda, Ana, soportó el abuso físico y psicológico de su pareja durante más de 20 años, hasta que su hijo le animó a buscar ayuda y presentar una denuncia. Ambas mujeres destacan la importancia de buscar ayuda y hablar sobre el problema para poder superarlo. El artículo también destaca la importancia de la información y la ayuda disponibles actualmente para las víctimas de violencia de género.

 

Los relatos

"Viví violencia de género durante 5 años con mi ex pareja. El domingo sufrí maltrato físico y psicológico, y me sacó la policía de su domicilio".

 El relato de Cintia sobre lo que le sucedió, el infierno del que logró escapar.

 

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"Me atreví a denunciar, con miedo, pero lo pude hacer y salir' explica.

 Cintia convivía con su ex pareja en la casa de los padres de éste. El primer año de convivencia fue relativamente normal, pero luego la situación cambió.

 "Se empezó a hacer complicado, todo lo que yo hacía estaba mal. Me cortó relaciones con familiares y amigos, me fue dejando sola. Y empezó (la violencia) de forma psicológica, pero después física" contó, en el programa radial La Voz del Orden.

 Los padres de éste sujeto lo defendían, luego siguieron conviviendo en un monoambiente detrás de la casa de éstos, y todo se.hizo cada vez más difícil.

 "Era desesperación, quería estar con mi familia y no vivir esto".

 Cintia pudo contarle a alguien, y ésa fue su mamá, con la.que incluso debió crear un código de mensajes telefónicos para que su pareja no la descubra.

 "Él tenía acceso a mi teléfono, yo me comunicaba con mamá por ahí y tenía que borrar chats. El se dió cuenta, yo le decía a mamá que iba a poder salir y ella vivía con el corazón en la boca. 

Era la única con la que hablaba".

 Cintia tuvo un embarazo, dónde por los golpes perdió su trompa y ovario derechos.

 La decisión de escapar fue cuando la encerró en ese monoambiente.

 "Me había encerrado, me metí en el baño y llame a mamá. Apareció la policía y me sacó de esa casa.Gracias a ellos pude salir".

 La ex pareja de Cintia fue derivado a Bahía, por esta denuncia y otras anteriores.

 "Hoy estoy bien, con terapia, con medicación, y estoy con mi familia. Por más oscuro que sea, busquen la solución y hablen, no se callen, cuenten todo. Se puede salir, yo pude" cerró.

 

El otro testimonio es de Ana, nombre ficticio. Ana hoy tiene 50 años, desde los 16 hasta los 38, convivió con una persona violenta. Por miedo, y por vergüenza, no sé animaba a denunciarlo.

 "Estaba de novia, parecía todo color de rosa, pero una vez quise viajar con mamá a otra ciudad, y dijo: yo no la dejo. Ahí empezó el infierno, psicólogico, físico' relata.

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 Cuenta que además del miedo, que la paralizaba, en ese entonces había falta de información.

 "Habia falta de información, hoy hay mucha más y lugares donde podes pedir ayuda".

 

Tuvieron hijos con esta persona, pero como es habitual en estos casos, se formaba una máscara detrás de la violencia para que los niños no lo vean.

 

"Ellos ven que está todo bien pero a la oscuridad está todo mal, pero cuando van creciendo se dan cuenta".

 

Su pareja la golpeaba dentro de la casa, y lo hacía en lugares no visibles del cuerpo.

 

Cualquier excusa era signo de violencia, aprovechaba cualquier situación para golpearla.

 

Mientras tanto, Ana sufría pero no le contaba a nadie.

 

"No le contaba nada a nadie, porque sentís vergüenza del que dirán. Pasan los años, los hijos crecen y ven ciertas actitudes".

 

Ana no comía, a veces no dormía, tenía muchas manchas en el rostro y estaba muy delgada. Vivía en la oscuridad.

 

"Un día mi hijo dijo, mamá basta, buscá ayuda. En ese momento no había las herramientas que hoy tenemos, pero me hizo un click, tomé la decisión y primero hablé con una persona que me dijo que vaya a un abogado de familia".

 

Mientras le contaba la historia a la abogada de familia, su pareja la llamó y la agredió verbalmente.

 

Ahí me dijeron que haga la denuncia, y la atención, contención de la Comisaría de la Mujer y la Familia fue fundamental.

Siempre hay alguien que te escucha".

 

Su pareja (ex) la siguió buscando, y tuvieron que ponerle perimetral.

 

"Quería seguir conquistando su "cosa", después se puso violento y quiso quitarme la vida. Estuvo preso hasta hace poco por ese tema" cerró.

Cualquier persona que sea víctima o tenga conocimiento de una situación de violencia familiar o sexual puede comunicarse las 24 horas, los 365 días del año, desde todo el país y de manera gratuita a la línea 137 o enviar un mensaje de WhatsApp al 11-3133-1000.

 

ROGELIO GÓMEZ - EL ORDEN

 

 

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