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Agus Amaya: “Hoy estamos bien los dos”

Cuando a Agustina Amaya –embarazada- le diagnosticaron linfoma de hodking (cáncer de la sangre), tenía dos opciones: abortar, o esperar que progrese el embarazo y hacer quimios al segundo trimestre de gestación. Decidió salvar su vida, y la de su bebé

23/05/2023
Agus Amaya: “Hoy estamos bien los dos”

 Agus Amaya compartió su historia de vida en La Voz del Orden por FM Ciudad. “Tengo 24 años, pasé por un linfoma de hodking, cáncer de la sangre que afecta a ganglios linfáticos, sistema inmune y defensa” cuenta.

 

Mientras trabajaba en la oficina, se le empezaron a formar pelotitas en el cuello e hincharse, en momentos en que atravesaba un embarazo.

 “Me hicieron biopsia y arrojó el linfoma. El oncólogo me dijo que había dos opciones: una, que desista del embarazo; la otra esperar a llegar al segundo trimestre y hacer tratamiento embarazada, sabiendo las consecuencias como el aborto o que pueda nacer prematuro Bautista: me decidí por mi bebé y siempre pensé en que todo iba a salir bien”.

 Agus dice que sabía que se jugaba su vida, y que quizá –si las cosas salían mal-, ese bebé se podía quedar sin mamá.

 “Arranque el tratamiento embarazada, con la fe de salir adelante. Acudí a ginecólogo de alto riesgo e hice el tratamiento junto a oncólogo, con súper minuciosidad. Hasta septiembre bien, después tuve plecancia, enfermedad de la placenta”.

 A los 7 meses de embarazo, concurrió a control a Bahía, y ahí le informaron que sí o sí había que practicarle cesárea.

 “Bautista pesó 2.450 kg y nació con hipertensión pulmonar. En mi caso, cuando sale la placenta me regularicé, pero ahora seguíamos con él (Bautista) con la parte respiratoria y cardíaca. Y en plena pandemia”.

 Agustina recién a los 15 días de nacer pude alzar a su hijo, aun con respirador, con todos los cuidados por la pandemia, pero luego, al mes, les dieron el alta.

 

“TODO LO MALO TERMINÓ”

 “El papá de Bauti, mi mamá, papá, hermana, mis amigas. Necesitaba de ellos” expresa, sobre quienes le dieron su apoyo en ese momento tan difícil.

 “La idea de los tratamientos era llegar a lo negativo. Necesitábamos terminar con quimio, y cuando se da lo más mínimo, me dice el doctor: vamos a hacer autotrasplante, pero para eso se necesitaban dadores de sangre”.

 “Hoy estamos bien los dos, Bauti va a cumplir 2 años. Una no se da cuenta, pero en los momentos que más bajo caes, más fuerzas tenés. La terapia te ayuda a procesar, y siempre tuve la certeza que iba a salir bien. Cuando me dieron el alta, todo lo malo terminó en un pet negativo, hacemos diez más y se termina para siempre”.

 Por último, deja un mensaje: “me tocó enfrentar cáncer de mama de un familiar, una se aferra a la vida, decirle que de todo se sale, que le ponga mucha fe. A veces las cosas se ponen negras, pero en mi caso terminé con vida, todo se dio. Se puede ser fuerte y se puede salir”.

 ROGELIO GÓMEZ – EL ORDEN

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