Crónica de un pueblo solo y que espera

Y en estos momentos, son las que más se sienten. Se puede apreciar lo dicho, con solo mirar los rostros de nuestros abuelos, de nuestros trabajadores, de nuestros jóvenes, de comerciantes,  principalmente de pequeñas y medianas empresas, de familias enteras, que muestran y provocan un sentimiento de impotencia, ante un presente difícil y un futuro que no ven con mucha esperanza. 

 Pero… todo tiene una razón de ser, por ejemplo:

   Cuando a una familia tipo, de cuatro integrantes, no le alcanza lo que ganan, y hacen milagros para llegar a fin de mes…

    Cuando los jubilados, que trabajaron toda su vida, soñando un futuro tranquilo, feliz, junto a sus hijos y nietos, con juegos y paseos, deben comprar por unidades los artículos que van a consumir…ni hablar si no poseen casa propia y deben alquilar. Aquí, es más dramático: o comen o alquilan….

    Cuando los jóvenes, ven como sus sueños se disipan. Algunos no pueden continuar sus estudios, porque ven las penurias de su familia, otros lo hace con inmenso sacrificio, ayudados, los que pueden, por sus padres. Y los más, están esperando un trabajo digno, una salida diferente para mantenerse  e independizarse  o sobrevivir como se pueda…

    También, están los otros, que ni estudian, ni trabajan, (los llamados ‘Ni-Ni’) que nacieron, crecieron y viven, al igual que su familia, con los planes que les da el Estado, que es solamente, un subsidio ínfimo, para que sobrevivan…

  Cuando las encuestas señalan que de cada diez niños, siete son indigentes, no tienen educación, ni servicios esenciales y se alimentan con una comida al día....

     Cuando nuestros niños y adolescentes, no se educan en valores, como el sueño que tuvo el Primer Maestro,  Domingo Faustino Sarmiento, en cuya época  la Educación Argentina era modelo en el mundo.

 Hoy, nuestros jóvenes no entienden un texto, rebotan en las universidades, desconocen el país.  Ni siquiera saben cuántas provincias tiene Argentina y cuándo es el Día de la Patria…

 A todos ellos, en sus caras se muestra el cansancio, la desilusión, el temor por lo que pueda acontecerle el mañana.

En estas  condiciones, que no tienen explicación, por lo menos valedera - ningún ser humano puede vivir alegre, feliz y disfrutar de la vida con lo que tienen, aún viviendo en un país hermoso como el nuestro, cuya tierra tiene todo lo que se necesita, para que sus habitantes tengan un digno nivel de vida.

 . Claro…  pero para ello,  es necesario el estimulo, el amor al trabajo, contar con dirigentes probos, honestos,  incorruptibles, que amen su país, que piensen no solo en sus bolsillos, sino en los habitantes para revertir una situación, que a través de los años se ha ido deteriorando. Nos guste o no.

     Pero… también están los que se aprovechan de estas tristes circunstancias.

 Todos los días vemos las ‘quejas’ silenciosas, de los que no tienen voz,  porque otros se han apoderado de sus vidas, de sus trabajos, de sus ahorros,  de sus sueños, de sus proyectos,, de su salud,  por gente que eligen por ellos y deciden, sin mucha coherencia, que es lo que deben y pueden obtener,  cómo tienen que vivir, aunque sean migajas.

 ¿Cómo puede ser que esta tierra bendecida por Dios, expulse a sus hijos?. Todos los días vemos las colas en los consulados europeos, de argentinos en busca de la tabla de salvación, ante la tristeza de sus padres.

Vemos, todos los días, a nuestros jubilados contar las monedas que les quedan hasta fin de mes                     .

   Vemos como las villas se van aumentando en progresión geométrica.

Vemos como va desapareciendo la clase media con la humillación a la que nunca le ponen ‘corralito’, por lo que la pobreza se ha extendido al fabricar cada día más pobres, mientras una minoría se va enriqueciendo sin pudor, con el sacrificio del que menos tiene….

    Todos ellos no eligieron esa vida,  hoy toman lo que pueden y cómo pueden.

A veces, con violencia, otras con gritos,  con rebeldía y los más, con un silencio, sacro,

   Son conscientes que ya no tienen futuro, el tiempo que les queda no les alcanza para revertir  lo que algún día soñaron. Toda su vida la vieron pasar detrás de una ventana, imaginando lo que pudieron haber sido y no fueron, y pensando qué serán de sus hijos, de sus nietos el día de mañana….

   .  Como corolario, un niño de apenas 11 años, que cursa quinto grado, nos hizo una pregunta que nos dejó casi sin palabras.

Nos preguntó: “¿Por qué el Norte Argentino es tan pobre?  

Le dimos una somera explicación, que parece que no lo conformó. ¿Cómo explicarían nuestros Lectores esta realidad que duele a la mayoría de los habitantes y que ya no solo afecta al Norte Argentino, sino a todo el país? Tienen la palabra.  Hasta la próxima.

MAC